"Si tenemos algún problema usando algo, entonces es probable que sea debido a que la cosa está mal diseñado, en vez de nosotros siendo estúpidos" Dmitry Fadeyev
Desde la perspectiva de los negocios, el diseño ha sido considerado durante mucho tiempo como algo superficial, con el potencial de mejorar las ventas (vendes mejor cosas bellas que esperpentos), pero que de ninguna manera pertenecía a las actividades esenciales de la empresa.
Se pensaba que el aporte del diseño a la empresa era limitado, que no contribuía a mejorar su competitividad ni ayudaba a reducir costes. Por eso era desdeñado. La poca atención que se le prestaba al diseño condujo a la creación de verdaderos adefesios. Incluso hoy todavía padecemos muchos productos mal diseñados. ¿Que es mal diseño? Te dejo una pista: todo producto que te haga parecer estúpido está mal diseñado. Hace unos días iba abrir un paquete de jamón que en una esquina decía ‘abre fácil’. ¡¿Abre fácil?! ¡Ni en sueños!, el letrero estaba puesto ahí de manera testimonial; el empecinado paquete resistió sin alterarse el brutal ataque al que lo sometí. Al final, derrotado, tuve que recurrir a un cuchillo para poder abrirlo. Los retretes de las casas hacen que los hombres luzcamos estúpidos. Verter líquido desde cierta altura en abundante agua estática produce a menudo resultados no muy afortunados. Por fortuna las cosas están cambiando. Hoy, cualquier producto que no considere la perspectiva del usuario en primera instancia no tiene ninguna posibilidad de triunfar, lo que define su éxito es la auténtica habilidad de resolver necesidades de las personas. Las compañías que entienden y otorgan un sitio destacado al diseño dentro de la gestión general de la empresa, aumentan exponencialmente sus posibilidades de éxito. Pero no el diseño entendido como mera decoración, sino el diseño que conduce a resultados de negocio destacados, generando innovaciones, mejorando la experiencia del consumidor y ganándose su lealtad; conectando emocionalmente con él y construyendo sólidas marcas. Un análisis realizado por el Design Management Institute, empresa ubicada en Boston que se dedica a estudiar la gestión del diseño, pone números a lo que los adictos al diseño han sospechado desde el principio: en los últimos 10 años, las empresas impulsadas por el diseño superaron el índice bursátil S&P 500 un sólido 228%. Estas empresas incluyen Apple, Coca-Cola, Ford, Herman Miller, IBM, Intuit, Newell Rubbermaid, Nike, Procter & Gamble, Starbucks, Starwood, Steelcase, Target, Walt Disney, y Jacuzzi. Todo el dinero que estas empresas ponen en crear experiencias exquisitas, hermoso branding y anuncios innovadores, aparentemente rinde sus frutos. El diseño no solo ha beneficiado a empresas consolidadas como las mencionadas atrás. Las startups que anteponen el diseño también lo hacen mejor. El Wall Street Journal y Dow Jones VentureSource han estado siguiendo el rastro de las empresas privadas respaldadas por capital de riesgo que valen más de 1.000 millones de dólares. Muchas de las startups que que sobrepasan esa cifra tienen un fuerte sesgo hacia el diseño. Houzz, Dropbox, Pinterest, Airbnb, Fab, Jawbone y Nest, son firmas que tienen el diseño en su ADN. La evidencia es clara, el diseño paga, ahora tu escoges si lo incluyes o no en tu empresa.
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"Las compañías que cometen el error de tratar de ser buenos en demasiadas cosas, terminan siendo mediocres en todo. Y en el entorno actual, no hay manera de tener éxito si eres un cinco en una escala general de 10" Frances X. Frei
Para tener éxito en el mercado debemos ser realmente buenos en algo. Para ser realmente bueno en algo, debemos decidir en que seremos malos: intentar ser bueno en todo es una fórmula segura para la mediocridad. Michael Porter, el influyente académico afirma: “Estrategia consiste en tomar decisiones, renunciar a cosas; Se trata de deliberadamente elegir ser diferente… Una empresa sin una estrategia está dispuesta a intentar de todo”.
Jason Fried y David Heinemeier, en su fantástico libro Reinicia: Borra lo aprendido y piensa la empresa de otra forma, expresan de manera convincente la necesidad de decidir en que seremos malos: “Las grandes empresas tienen un punto de vista, no sólo un producto o servicio. Tienes que creer en algo. Tienes que tener una columna vertebral. Necesitas saber porque estás dispuesto a luchar. Y luego, necesitas mostrárselo al mundo.
"Para buenas ideas y verdadera innovación, necesitas interacción humana, conflicto, argumentos, debate." Margaret Heffernan
En 1966 un joven químico llamado Spencer Silver, se unió al equipo de I+D de 3M, luego de dos años trabajando en varios proyectos empezó a trabajar en uno de los productos estrella de la empresa, los adhesivos. Después de cinco años de trabajo, Silver desarrolló un pegante de inferior adherencia comparado con los que ya existían. Sin embargo, el joven ingeniero creía que su fórmula debía tener algún uso.
Art Fry, un ingeniero químico que conocía el proyecto de Silver, participaba en el coro de su iglesia y luchaba por encontrar un método para marcar las hojas de su himnario; mientras cantaba el separador se caía al suelo. Un domingo durante la misa recordó el adhesivo de Spencer Silver y lo contactó. La pareja de ingenieros trabajó durante dos años creando un separador de libros que se pudiera adherir a las hojas. El proyecto fue presentado a 3M y de inmediato es bien acogido, pero existía un problema: los separadores de libros son usado una sola vez, por lo tanto el mercado para el nuevo producto de Silver y Fry parecía muy reducido. Por fortuna, Fry tuvo una nueva idea mientras revisaba un reporte sobre otro proyecto. Había un párrafo en el reporte sobre el cual quería más información, así que tomó uno de los separalibros y escribió una nota en el. El creador del reporte cuando recibió la nota, envió su respuesta en otro separalibros también pegado en el reporte. Pocas semanas después, las oficinas de 3M estaban llenas de pequeños cuadrados de colores pegados sobre cualquier superficie imaginable. En 1980, doce años después de que Silver descubriera su ‘adhesivo inferior’, 3M lanzó al mercado las Post-it Notes. El resto de la historia ya todos la conocemos. La historia de los Post-it es un clásico en los libros de creatividad e innovación (la de Edison y sus miles de fallos, antes de encontrar el material adecuado para la bombilla, es otra). Resulta inspiradora la tenacidad de Silver y Fry, no se dieron por vencidos hasta que desarrollaron un producto exitoso. Son historias como esta las que nos conducen a la romántica creencia que el talento siempre termina imponiéndose, no importa cuánto tiempo tarde. Sin embargo, la realidad es menos romántica. Una innovación es más el producto de un sistema, que el resultado del esfuerzo de una mente iluminada; esa es la razón por la cual no siempre el talento/genio se impone. Mihaly Csikszentmihalyi en su indispensable obra Creatividad: El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención describe el sistema que hace posible que la creatividad tome lugar: “Mi trabajo en esta área me ha convencido que la creatividad no puede ser entendida observando sólo a las personas que parecen hacerla posible. Igual que el sonido de un árbol cuando se rompe no es escuchado si no hay nadie en el bosque, las ideas creativas se desvanecen si no hay una audiencia que las capture y las implemente. Sin la valoración de personas externas competentes, no existe forma confiable de decidir si el reclamo de la persona creativa es válido.
El primer elemento, el innovador, no requiere mayor explicación, es la persona que se consagra al trabajo en una disciplina y que aporta ideas innovadoras a ella.
El segundo elemento es el Dominio. El Dominio es el campo del conocimiento o cultura que contiene reglas simbólicas sobre las cuales trabaja el creativo. Yo no puedo hacer un aporte innovador en el dominio de las relaciones conyugales entre vacas y cangrejos porque sencillamente es un dominio que no existe. Las matemáticas, la física, la pintura, la literatura, los negocios... son ejemplos de dominios. Para que una idea sea considerada creativa debe introducir novedades en uno o más dominios. El tercer elemento es el campo de expertos. Estas son las personas que conocen el dominio y son quienes deciden si algo es novedoso o no, si la idea del creativo tiene valor. En la literatura el campo de expertos lo componen los profesores de literatura, los críticos, otros escritores, etc. A través de la historia son innumerables los ejemplos de ideas/personas creativas que pasaron desapercibidas porque el campo de expertos en su época no le otorgó valor a dicha idea. Bach era considerado un virtuoso organista y clavecinista por sus contemporáneos, pero su reconocimiento como compositor tuvo que esperar ¡200 años! hasta que fue redescubierto por Felix Mendelssohn. El campo de expertos que vivió durante la época de Vincent van Gogh no consideró al pintor como digno de destacarse, fue después de su muerte que otros otorgaron valor a sus pinturas. En nuestros tiempos los ejemplos de ideas incomprendidas también abundan. Los ingenieros de Kodak habían desarrollado la tecnología de fotografía digital, pero los directivos de la empresa (¿expertos?) la descartaron porque consideraron que fotos de tan baja calidad no tendrían ningún interés. Al interior de Visa existía un proyecto igual a Paypal que tampoco fue aprobado por los directivos, y murió archivado en un cajón. Mientras tanto, Peter Thiel lanzó Paypal e hizo millones para él y sus cofundadores. La conclusión que podemos establecer es que las empresas que quieran innovar no solo deben fomentar la creatividad individual, también deben establecer mecanismos para capturar ideas geniales y evitar dolorosas (y costosas) pérdidas de inspiración.
"El objetivo del Marketing es conocer y entender al cliente, para que el producto o servicio se ajuste tan bien a el, que se venda solo" Peter Drucker Existe hoy una paradoja en torno al Marketing. Por un lado, según una encuesta realizada a CEO’s, tres de cada cuatro piensan que los departamentos de marketing siempre están pidiendo más dinero, pero rara vez pueden explicar cuánto hará crecer el negocio ese dinero. Aparentemente los directores de marketing están de acuerdo con los CEO’s; en otra encuesta reciente, sólo un tercio de los directores de marketing afirman que tienen cuantitatívamente probado el impacto de los recursos que utilizan. La paradoja surge porque a pesar del recelo de los CEO por la falta de métricas claras, estos están apoyándose más que nunca en los departamentos de marketing ante la necesidad de hacer crecer los ingresos de las empresas. Los CEO consideran a los departamentos de marketing elementos críticos a la hora de generar crecimiento. La consultora de gestión McKinsey & Company publicó recientemente un artículo en el cual afirma que el marketing está experimentando el inicio de una nueva era dorada, y que, gracias a los nuevos desarrollos, será capaz de cumplir con las expectativas de los CEO’s. Para McKinsey, son cinco los elementos que permitirán al marketing vivir una nueva edad de oro: Ciencia: Atrás quedaron los tiempos en que los presupuestos eran guiados por intuición y focus groups. La aparición del Big Data está permitiendo realizar estudios del consumidor en una escala que antes, cuando se interceptaban personas en los centros comerciales, era inimaginable. La capacidad de procesar grandes cantidades de información está mejorando la precisión con la cual se toman decisiones en tiempo real. Por ejemplo, una empresa industrial que tiene en su portafolio más de 500 diferentes productos, fue capaz de analizar 1.3 millones de transacciones para organizar su caótica política de precios, en donde era frecuente encontrar un mismo producto con un amplia variación de precio. Sustancia: Tradicionalmente marketing entraba en el proceso de venta una vez el producto estaba listo. Los ingenieros diseñaban un producto, luego pasaba a producción y después marketing se encargaba de apoyar las ventas. Hoy, con la nueva información que dispone marketing, está empezando a participar en el proceso en una etapa más temprana, interviniendo en el diseño de los productos. Armados con importante información sobre los clientes, los directores de marketing están bien posicionados para ayudar a diferenciar productos, servicios y experiencias. Historias: No todo es Big Data. La necesidad de crear y transmitir historias que inspiren no ha disminuido. Debido a los costes y a la falta de alternativas, las empresas tenían severas restricciones a la hora de transmitir su mensaje, la publicidad en los medios tradicionales es cara. Hoy, sin embargo, gracias a las redes sociales, YouTube, los dispositivos móviles y demás, existe una gran variedad de canales alternativos que permiten contar historias que inspiran tanto a consumidores como a empleados. “En este nuevo mundo la creatividad es más demandada que nunca”. Velocidad: En una economía digital, marketing es ahora un proceso continuo. Las preferencias de los consumidores cambian con asombrosa velocidad, de igual manera cambian las dinámicas de los mercados y los ciclos de vida de los productos. Esta cultura de urgencia significa que los marketeros necesitan una nueva agilidad, además de habilidades de gestión e influencia organizacional para coordinar equipos multidisciplinarios que trabajen con un reloj que funciona más rápido. Simplicidad: Lo complejo es enemigo de lo ágil, esa es una de las razones por las cuales los directores de marketing están reformando sus organizaciones. A Menudo, la expansión geográfica, proliferación de productos, nuevos canales y especializaciones digitales, han dado lugar a complejas jerarquías, silos, fallas de comunicación, y redundancias. Pero todo esto puede ser domesticado. Para saber si tu organización esta evolucionando y sacando provecho de estas cinco dimensiones, McKinsey recomienda hacerse las siguientes preguntas: 1. ¿Estamos tomando ventaja de la ciencia de la información y la investigación para descubrir nuevas ideas, o estamos trabajando con hechos de ayer, suposiciones y tanteos?
"Cada aspecto de la tecnología humana tiene un lado oscuro, incluyendo el arco y la flecha" Margaret Atwood No hay duda de que el futuro de la humanidad sería sombrío sin el avance de la tecnología y sin que se produzcan innovaciones en diferentes campos. Son muchos los desafíos que como sociedad tenemos enfrente y que para afrontarlos, necesariamente debemos contar con nuevas herramientas. El cambio de energías fósiles a energías renovables, la escasez de agua limpia, la falta de tierras cultivables, la derrota del terrorismo sin convertir el planeta en un gran estado vigilante… Todos son desafíos que requerirán la aparición de nuevas tecnologías. De igual manera, en nuestra vida cotidiana dependemos cada vez más de ella, haciendo necesario que estemos constantemente adaptándonos a cambios tecnológicos. Los deportes para toda la vida son llamados así porque pueden ser practicados hasta muy avanzada edad; tenis y golf son dos ejemplos de ello. Yo considero la actualización tecnológica como un deporte para toda la vida. Dicho lo anterior, es también importante saber que en no pocas ocasiones los avances tecnológicos han traído consigo enormes costes para la humanidad, así que podemos esperar que algunos de los que están por llegar, también traigan consigo indeseables consecuencias. Por ejemplo, los avances en la agricultura y la medicina, han permitido que la población humana crezca de manera acelerada y viva muchos años más; sin embargo, esa sobre-población ejerce una demanda desmesurada e insostenible sobre los recursos de la tierra. Nuestra creciente longevidad también está llevando a la ruina los sistemas de pensiones que se crearon cuando las expectativas de vida eran menores. El desarrollo de la energía nuclear hace aproximadamente siete décadas, entusiasmo a la comunidad científica con la promesa de ventaja militares e industriales. No obstante, hoy parece que el precio de esa tecnología es demasiado alto. Algunas estimaciones señalan que a EE.UU. le costaría cientos de billones de dólares disponer de manera segura de sus desechos nucleares. No esta claro que Rusia cuente con los recursos suficientes para hacer lo propio con su arsenal. Si los desechos nucleares no son tratados de forma adecuada, habríamos hecho inhabitable un gran pedazo del planeta. Cada cambio tecnológico (la popularización de los coches, la energía nuclear, los ordenadores, las redes sociales) tiene un lado potencialmente negativo que en ocasiones se hace evidente cuando es demasiado tarde. Debemos darle la bienvenida a la tecnología y a los avances que produce la creatividad humana, hoy los necesitamos más que nunca; pero también tenemos que estar vigilantes de sus potenciales efectos negativos. Habrá ocasiones en que adoptar una nueva tecnología implique riesgos inadmisibles, otras, la solución podría ser una combinación de lo nuevo con lo no tan nuevo. La aparición masiva de artículos electrónicos en las aulas de clase y el progresivo abandono de la escritura a mano parece ser uno de esos avances que trae la tecnología y que, sin embargo, no está exento de consecuencias indeseables. Leí en el muy visitado blog de Enrique Dans un artículo donde él afirma que se debe “eliminar de manera radical el papel en el proceso educativo”; y va aún más allá: “mi posición, en realidad, es la de eliminar el papel en todas partes y fomentar el uso de dispositivos”. El artículo es la respuesta del profesor Dans a una investigación que encontró que los estudiantes memorizan mejor cuando escriben a mano que cuando lo hacen sobre un teclado. Dice el autor que “establecer los objetivos del proceso educativo en términos de retención o memorización del conocimiento. Es sencillamente absurdo. En la época en la que el conocimiento está disponible a un solo clic de distancia, lo que tenemos necesariamente que primar en el proceso educativo no es la retención memorística a través de la toma de apuntes, sino la capacidad de asimilar y entender el conocimiento mediante la lógica”. Lo que es sencillamente absurdo es hacer afirmaciones tan radicales como las anteriores. Es cierto que la memorización de algún tipo de datos es una absoluta pérdida de tiempo, ser capaz de recitar los datos de población de un país o los afluentes de un río no parece muy útil hoy en día. Pero hay otros terrenos donde memorizar cosas sigue siendo la única manera de aprender, y si es más eficiente la memorización utilizando lápiz y papel, parece ‘sencillamente absurdo’ empeñarse en hacerlo usando la menos eficiente vía tecnológica. De poco sirve que yo haya asimilado y entendido la lógica de la gramática de una lengua si no he memorizado una gran cantidad de vocabulario. ¡Claro que el conocimiento está a un solo clic de distancia! (Google traduce cada vez mejor), pero será muy complicado mantener una conversación si tengo que ‘ciclar’ cada palabra que quiero decir. Entender algo no significa que ya está almacenado en mi cabeza y que lo puedo usar después con fluidez. “Entender un concepto en clase versus ser capaz de aplicarlo en un auténtico problema físico, es la diferencia entre un simple estudiante y un científico en toda regla, o un ingeniero. La única manera que conozco de hacer ese salto es trabajar con el concepto hasta que se convierte en una segunda naturaleza, así se puede comenzar a usarlo como una herramienta " afirma el profesor de ingeniería Thomas Day. De nada me sirve entender algo si al poco tiempo lo olvido. La profesora Barbara Oakley en su libro A Mind For Numbers nos previene de la ilusión de creer que sabemos algo: “muchos estudiantes experimentan la 'ilusión de la competencia' cuando están estudiando… Cuando tienes el libro (o ¡Google!) abierto justo en frente tuyo, esto provee la ilusión de que el material está también en tu cerebro. Pero no lo está.” Dice el profesor Dans que memorizar no es necesario porque si algo es importante recordar, su uso continuo hará que lo aprendamos sin tener que consagrarnos a la tediosa labor de memorizar. Pero la realidad es que hay cosas que es mejor tener aprendidas antes de requerir su uso. Yo prefiero que el cirujano que me interviene tenga memorizadas las probables complicaciones que se puedan presentar, y ¡sus soluciones! antes de que aparezcan. Si esperamos a que las aprenda mediante el uso continuo, es probable que más de un paciente permanezca anestesiado eternamente. Existe otro problema si prescindimos completamente del papel y realizamos toda nuestra lectura mediante dispositivos. Investigaciones han demostrado como los rayos azules que emiten las pantallas , al ser similares a la luz solar, estimula el estado de vigilia y por lo tanto trastorna los patrones de sueño. Los adolescentes que usan hasta última hora de la noche dispositivos electrónicos tienen mayores problemas para conciliar el sueño. La falta de descanso nocturno menoscaban de manera severa el aprendizaje. Ese problema no lo experimentan quienes leen en el arcaico y casi profano papel. Yo mismo soy un amante de los libros electrónicos, por razones de comodidad y medioambientales, casi todo lo que leo es en ese formato, pero una hora antes de irme a dormir apago la tableta y sigo leyendo en papel, principalmente novelas, de esta manera me relajo y puedo conciliar el sueño más rápido. El entusiasmo del profesor Dans por dar una respuesta tecnológica a todo, dada su formación y su campo profesional, es un fenómeno muy común entre los profesionales de varios sectores. El profesor Mihály Csíkszentmihályi en su apasionante (e indispensable) libro Creatividad: El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención advierte sobre este fenómeno: “Casi por definición, los miembros de un campo (de conocimiento) se dedican a promover la hegemonía de su dominio, sin prestar mucha atención al resto de la cultura. Aunque algunos físicos se unieron después de la Segunda Guerra Mundial para alertar a la sociedad sobre los peligros de la proliferación nuclear, el campo de la física en su conjunto, no se pudo resistir a hacer lobby para ampliar la investigación y las aplicaciones de la física de alta energía. Del mismo modo, pocos médicos han dado la voz de alarma sobre como la medicina de alta tecnología puede interferir con el progreso en la sanidad pública, la mayor parte del campo, liderado por la Asociación Médica Americana, ve como su deber respaldar la proliferación de equipos y procedimientos costosos. Como lo dije antes, la tecnología es muy necesaria, pero no podemos ingenuamente creer que todo lo nuevo es beneficioso y que lo que no se conecta a internet es simplemente rancio.
“Mi proceso creativo es muy lento. Yo escucho melodias en mi cabeza mientras estoy lavando los platos, y permito que mi subconciente haga el trabajo” Sinead O’Connor Muchas veces pensamos que la creatividad es un acto único y espontáneo, que se enciende una luz y tenemos el momento ¡Ajá! o el ¡Eureka! de Arquímedes en su bañera. Pero la realidad es que la creatividad con mayúscula, aquella que genera innovaciones heroicas, grandes descubrimientos científicos o avances sustantivos de la medicina, es hija de un proceso más prolongado. Y digo creatividad con mayúscula para diferenciarla de la otra, la más común y cotidiana, y sin embargo, también indispensable. La creatividad que se revela en la ingeniosa frase que nos hace soltar una carcajada, o con la que resolvemos los pequeños apuros que se presentan en nuestro día a día. Esa que también es muy saludable y socorrida, pero que no es la que origina los grandes avances de la humanidad. Así pues, la creatividad con mayúscula tiene cinco etapas:
Mozart constantemente era sorprendido por ideas incubadas que luego se hacían notar: Cuando me siento bien y de buen humor, o cuando doy un paseo o camino después de una buena comida, o en la noche cuando no puedo dormir, pensamientos se agolpan en mi mente tan fácilmente como usted podría desear. ¿De dónde y cómo vienen? No lo sé, no tengo nada que ver con eso. Los que me agradan, los conservo en mi cabeza y los tarareo; al menos, otros me han dicho que eso hago. Una vez que tengo mi tema, otra melodía viene, uniéndose ella misma a la primera, de acuerdo con las necesidades de la composición, como un todo: el contrapunto, la parte de cada instrumento, y todos estos fragmentos melódicos, al final, producen la obra completa.
"Edúcate a ti mismo durante toda la vida mediante la lectura voraz; cultiva la curiosidad y esfuérzate por ser un poco más sabio cada día.” Charlie Munguer El interés compuesto es cosa importante y poderosa. Peter Thiel en el libro De Cero a Uno hace la siguiente reflexión: “Albert Einstein afirmó que el interés compuesto era "la octava maravilla del mundo", "el mayor descubrimiento matemático de todos los tiempos", o incluso "la fuerza más poderosa del universo." Cualquiera que sea la versión que prefieras, no puedes minimizar su mensaje: nunca subestimar el crecimiento exponencial. En realidad, no hay pruebas de que Einstein haya dicho alguna vez esas cosas, las citas son apócrifas. Pero esta atribución errónea refuerza el mensaje: por haber invertido toda su vida en ser brillante, Einstein continúa ganando intereses desde el más allá, recibiendo crédito por cosas que nunca dijo.” Sin embargo el tema de este artículo no es el dinero sino el conocimiento, que funciona de la misma manera. Warren Buffet, al ser preguntado por la fórmula para ser más inteligente, agarró un montón de papel y respondió: “lee 500 páginas como esta todos los días. Así es como se edifica el conocimiento, igual que el interés compuesto”. La belleza del crecimiento exponencial es que no es necesario hacer enormes inversiones, como las 500 páginas diarias de Buffet, para obtener resultados sorprendentes. Pequeñas cantidades invertidas de manera continua durante mucho tiempo pueden crear excepcional riqueza. Imaginemos que a partir de hoy decides dedicar 30 minutos diarios a la lectura de libros escritos por autores importantes en su campo. ¿Serás más sabio mañana? No ¿En una semana? Tampoco ¿Qué tal dentro de un año cuando hayas acumulado 10.950 minutos de aprendizaje? Seguro que para entonces ya notaras una gran diferencia ¿Y en 10 años? Con 109.500 minutos de lectura entre pecho y espalda el mundo lo verás de manera diferente. El conocimiento es un bicho especial y generoso. Leer dos libros no equivale a dos libros de conocimiento, es más. Supongamos que lees dos libros y que cada libro alberga un concepto importante, eso no significa que ahora dispones dos conceptos. Las posibilidades son mayores debido a que esos dos conceptos se pueden combinar y formar uno nuevo (1+1=3), es así como se genera el crecimiento exponencial. Rohan Rajiv escribe en su interesante blog: “Al leer una interesante combinación de temas, pronto comienzas a darte cuenta de que la ciencia, el arte, la gestión, la psicología, el liderazgo, la autoayuda, todos están relacionados entre sí. Empiezas a ver patrones y vínculos. El profundo conocimiento de esos vínculos es lo que nos da sabiduría. La sabiduría es simplemente una extensión de ese entendimiento (es saber qué hacer con todo ese conocimiento en el contexto de la vida cotidiana). Y sabemos que una cosa es estar bien informado, pero otra muy distinta es poseer sabiduría. Para finalizar dejemos que sea de nuevo las palabras de Charlie Munguer las que nos aconsejen: “Constantemente veo que personas que sobresalen en la vida no son las más inteligentes, a veces no son siquiera las más diligentes, pero son unas máquinas de aprendizaje. Ellos se van cada noche a la cama siendo un poco más inteligentes que cuando se levantaron, y chico, eso ayuda, particularmente cuando tienes un largo camino delante tuyo” Chris Anderson (1961) fue hasta 2012 el editor jefe de la popular revista WIRED, actualmente es cofundador y CEO de 3D Robotics, empresa que vende piezas de tecnología que permiten ensamblar drones en la comodidad del hogar. También es autor; en 2004 escribió un influyente artículo titulado The Long Tail (La Cola Larga), el cual dio luego origen a un libro del mismo nombre. En 2012 publicó Makers: La Nueva Revolución Industrial. En su libro de 2012, Anderson afirma que la democratización de los medios de producción, principalmente gracias a la disponibilidad de herramientas de diseño gratuitas y a la (muy probable) masificación de las impresoras 3D, va a traer como resultado el surgimiento de pequeños productores/emprendedores que obtendrán su sustento fabricando bienes para grupos reducidos de consumidores cuyo gusto difiere del gusto de las masas. Pero antes de explicar en qué consiste esta nueva revolución industrial es necesario conocer el concepto de Cola Larga. La teoría de la Cola Larga sostiene que nuestra cultura y economía están de manera progresiva alejándose del modelo predominante, que se centra en producir y comercializar un número pequeño de productos muy populares, y acercándose hacia un modelo económico basado en la manufactura de un gran número de productos de nicho en la cola de la curva de demanda. Las emisoras de radio o los canales de vídeos nos sirven para ilustrar esta teoría. Debido a las limitaciones de tiempo, dado que es imposible emitir más de 24 horas de música diaria, la mayoría de emisoras se centran en programar las canciones más populares, y dejan de lado aquellas menos conocidas que disfrutan sólo unos pocos. Lo mismo ocurre en los supermercados, en ellos el espacio es costoso, así que los comerciantes abastecen las estanterías con productos que tengan una alta demanda. Sin embargo, la llegada de servicios como itunes o Amazon ha cambiado el panorama, hoy encontramos a nuestra disposición una mayor oferta de canciones que no necesariamente son mega hits. Esto se debe a que en la economía digital es posible almacenar y transferir productos casi sin costo alguno. Para las empresas es un modelo de negocio atractivo, ya que no solo se benefician de vender productos súper populares sino que pueden obtener unos beneficios decentes vendiendo una gran cantidad productos con menor demanda. En vez de un producto que venda 100 unidades, pueden hacer lo mismo con 10 productos que vendan 10 cada uno. Ahora bien, el concepto de cola larga ha tenido un mayor impacto en la economía digital, su efecto no se ha sentido aún con fuerza en la producción de bienes físicos. “La revolución digital se ha limitado en gran medida a las pantallas. Nos encantan las pantallas, por supuesto, en nuestros portátiles, televisores, teléfonos. Pero vivimos en casas, conducimos coches y trabajamos en oficinas. Estamos rodeados de bienes físicos, la mayoría de ellos productos de una economía manufacturera que en el último siglo ha sido transformada en todos los aspectos, menos uno: a diferencia de la web, no está abierta para todos. Debido a la experiencia, los equipos y los costos de producir cosas a gran escala, la industria manufacturera sigue siendo territorio de las grandes empresas y profesionales bien entrenados. Eso está por cambiar.” El impacto de esta nueva revolución industrial será mucho mayor que el ejercido por la economía digital, pues el tamaño de esta última es marginal si la comparamos con la economía de bienes físicos (economía de los átomos, como la llama Anderson). Este nuevo panorama podría generar grandes oportunidades en la creación de nuevas empresas y puestos de trabajo. La productividad crece, pero hay millones de parados. En gran parte, eso se debe a que la fabricación, la gran proveedora de empleos durante el siglo XX (y la vía de acceso a la clase media desde hace generaciones), ya no crea puestos de trabajo en Occidente. Aunque está aumentando el rendimiento de las fábricas en países como Estados Unidos y Alemania, el porcentaje de los puestos de trabajo industriales en el conjunto de la fuerza laboral está en un mínimo histórico. Ello es debido en parte a la automatización, y en parte a que la competencia mundial está acabando con las empresas más pequeñas. Makers es un libro interesante que sin embargo se me hizo muy largo. Mas de 200 páginas hablando de las impresoras 3D me parece innecesario, tanto, que di por concluida su lectura al rededor de la página 100. "En la vida todos enfrentamos elecciones entre hacer lo que es popular, fácil y equivocado versus hacer lo que es solitario, difícil y correcto. Esas decisiones se intensifican cuando diriges una empresa, porque la consecuencias se magnifican por mil. Como en la vida, las excusas de los líderes que toman las decisiones equivocadas abundan" El mayor problema con algunos de los libros de negocios es que tienden a simplificar demasiado las cosas. Pretenden vendernos una fórmula única para problemas complejos y que mutan constantemente. Por ejemplo, ahora se lleva mucho lo de iterar, pivotar; cambiar ágilmente de dirección. Pero también hay empresas que alcanzaron grandes éxitos persistiendo con obstinación en un producto. No hay una receta única. Ser obstinado cuando estás en lo cierto es magnífico, pero persistir si estás equivocado es la ruina. Sin embargo, los libros de negocios pasan por alto esto y te ofrecen una sola fórmula para todo, desconociendo la complejidad y particularidad de cada situación. Pero claro, la complejidad no vende libros, es más fácil vender recetas mágicas. Ben Horowitz fue el CEO de Opsware, una de las primeras empresas en hablar de computación en la nube y software como servicio, la cual fue adquirida por HP en 2007 por 1.600 millones de dólares. Hoy es un exitoso venture capitalist (inversor de riesgo). En su libro The Hard Thing about The Hard Things (mi traducción libre: Lo difícil de las cosas difíciles), hace un intento por eludir la vieja práctica de la simplificación y aborda lo que en su concepto son las cosas difíciles de liderar una empresa. Lo difícil no es la creación de grandes, peludas y audaces metas. Lo difícil es despedir gente cuando no se cumple la gran meta. Lo difícil no es contratar gente estupenda. Lo difícil es cuando esa "gente estupenda" empieza a creer que tienen derecho a exigir cosas irrazonables. Lo difícil no es la creación de un organigrama. Lo difícil es conseguir que las personas se comuniquen dentro de la organización que acabas diseñar. Lo difícil no es soñar en grande. Lo difícil es despertar en el medio de la noche empapado en un sudor frío cuando el sueño se ha convertido en una pesadilla. Aunque no haya una fórmula única no significa que no haya esperanza. Valorar cada situación y un poco de consejo ayudan. Por eso el libro de Horowitz resulta relevante, es de los pocos CEO que han podido darle la vuelta a una situación tan dramática que parecía que no tendría reversa. Tan cerca estuvo del fracaso que llegó a sentir su fétido aliento; no obstante, logró escapar de sus fauces segundos antes de ser devorado. Semejante gesta produjo la admiración de muchos pesos pesados del mundo de los negocios. En palabras de su esposa Felicia: “menos Dios, lo han llamado de todo”. Yo aprendí una importante lección: el CEO de una startup no debería jugar con las probabilidades. Cuando estás construyendo una empresa, tu debes creer que hay una respuesta y no puedes prestarle atención a las probabilidades de encontrarla. Tu tienes que asegurarte de encontrarla. No es cuestión de si tus probabilidades son una entre cien o una entre mil; tu tarea es la misma… yo no creo en estadísticas. Yo creo en cálculo. El libro de Horowitz está en la lista de Amazon de los mejores libros de negocios del 2014. Seguramente en este blog volveremos a él en más de una oportunidad. "Cuando seleccionamos lo que consumimos en los medios de comunicación (y creamos nuestro propio medio) y cuando decidimos qué historia contarnos a nosotros mismos (en lugar de aceptar la historia de alguien con objetivos diferentes a los nuestros), podemos reconfigurar lo que ingresa a nuestra mente y la forma en que lo procesamos" Seth Godin Con cierta frecuencia leo en diferentes medios comentarios que advierten sobre la existencia de una ‘burbuja emprendedora’. Incluso, este el fin de semana estuve participando en un debate en Linkedin sobre el asunto. El debate se originó a propósito de un artículo de prensa donde se registraba el lanzamiento del libro ¡Emprendedores! El virus de la ingenuidad. El autor del libro sostiene que “el 95% de lo que te cuenten sobre emprendedores es mentira podrida” y recuerda que el 70% de los negocios no llegan a los cuatro años. Lo primero que me gustaría comentar es que emprender es cada vez menos una opción y se está convirtiendo en una necesidad (¿obligación?). Nos guste o no, el empleo independiente es una tendencia que no va a desaparecer, todo lo contrario, va a ir en aumento en los próximos años. En Estados Unidos un tercio de la fuerza laboral son ya trabajadores independientes y se espera que para el 2020 (¡en solo cinco años!) sean la mitad. En España los autónomos constituyen en este momento el 20% de los trabajadores y también se espera que la proporción siga subiendo. La razón para ello es simple: a las empresas les resulta más barato contratar los servicios de un contratista que a un trabajador en nómina. Así que si el empleo independiente es una tendencia en aumento que no va a desaparecer en los próximos años, no tiene sentido lamentarse. Más vale estar preparado y adaptarse lo más pronto posible. Una de las quejas que más frecuentes es que en Europa, y más concretamente en España, las condiciones para emprender son más engorrosas que en Estados Unidos. Eso es cierto, el estado en Norteamérica estorba menos que por estos lados. Pero quienes añoran las facilidades que los americanos encuentran a la hora de emprender se olvidan de una cosa: EEUU es el mercado más competido del mundo, la rivalidad entre las empresas es brutal. Con los niveles de competencia que existen ahí, equivocarse con frecuencia resulta mortal. Las 'facilidades' que te da el estado te las quita la competencia. De ahí que las cifras de fracaso de las empresas nuevas sean muy similares a las que tenemos por acá. Todavía persisten muchos obstáculos burocráticos a la hora de crear una empresa, eso es innegable, pero tampoco podemos desconocer que hoy emprender es más fácil que nunca. Gracias a internet, las redes sociales y a las empresas con modelos de negocio freemium (que por ejemplo te permiten crear una página web gratis), se puede empezar un negocio con mínima inversión, como quien no quiere la cosa. Ahora existe la posibilidad real de convertir tu hobby en una empresa (muy) lucrativa. No son pocos los casos de blogueros y youtubers que encuentran fama y fortuna compartiendo sus aficiones. En el libro Makers: The New Industrial Revolution, el autor, Chris Anderson, relata su experiencia como emprendedor low cost. En unos pocos meses y por menos de $5.000 dólares creó un prototipo de un innovador sistema de riego para jardines, el cual está conectado con agencias meteorológicas para evitar regar si va a llover pronto y además puede ser operado desde un smartphone. ¿Como lo hizo? Gracias a comunidades de innovación abierta y a plataformas de programación gratis como Arduino. Hoy el OpenSprinkler (así es como fue denominado el sistema de riego) puede ser adquirido por $149 (menos de la mitad de lo que cuestan sistemas similares). ¿Es fácil emprender? Por supuesto que no. Se requiere un enorme esfuerzo. Pero el sacrificio requerido no puede ser excusa para no intentarlo. Si así lo hiciéramos, todo intento por cambiar, por evolucionar sería evitado. Además, existe un recurso para hacer más llevadero el ‘padecimiento’ de emprender: hacerlo en algo que disfrutes. Es un mundo completamente distinto emprender en algo que te apasiona a hacerlo en algo que no. Yo he conocido emprendedores exitosos que se aburren infinitamente en sus empresas, porque no disfrutan lo que hacen. También he conocido otros que parecen que nunca se agotarán, a pesar de trabajar largas horas, su nivel de energía no decae gracias a que sienten una gran pasión por aquello que hacen. Escribe Yvon Chouinard, fundador de Patagonia: "Un maestro en el arte de vivir no establece ninguna distinción clara entre su trabajo y su obra; su trabajo y su tiempo libre; su mente y su cuerpo; su educación y su recreación. El difícilmente sabe cuál es cuál. Simplemente persigue su visión de la excelencia a través de lo que está haciendo, y deja a otros que determinen si está trabajando o jugando. A el siempre le parece que está haciendo las dos cosas". Es cierto que las estadísticas de emprendimiento no son muy alentadoras, pero hay otras mucho peores: algunos estudios señalan que sólo un 5% de las personas que pierden peso logran mantener alejados los kilos perdidos. Sin embargo, el hecho de que 5 personas por cada 100 que lo intentan logren mantener su peso significa que es posible. Igualmente el hecho de que existan emprendedores que han sido capaces de crear no solo una sino varias empresas exitosas demuestra igualmente que se puede. Y si otros lo han logrado no hay razón para que tu no puedas hacerlo ¿Si no eres tu, quien? ¿Si no es ahora, cuando? |
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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