En el campo de la investigación psicológica, la felicidad ocupa un espacio destacado; son numerosas las investigaciones realizadas buscando respuestas sobre lo que nos hace felices y los beneficios que esto conlleva. Precisamente ayer estaba leyendo un ensayo de la doctora Bárbara Fredrickson de la Universidad de Carolina del Norte, y en él, la destacada investigadora enumeraba varios de los efectos positivos que tiene ser feliz.
Según sus investigaciones las personas felices disfrutan de las siguientes ventajas: - Son más creativas. Cuando se experimentan emociones positivas, generamos una mayor cantidad de ideas para solucionar problemas. - Tienden a ser más resistentes ante las adversidades. Se recuperan más pronto de los contratiempos que inevitablemente aparecen en la vida de todas las personas. - Los niños mejoran su desempeño académico cuando se les pide que piensen en un recuerdo positivo antes de realizar una prueba. - Las emociones positivas nos hacen estar mejor conectados socialmente. Las personas amables y de buen ánimo atraen a otras personas. - Las personas felices se casan más pronto y disfrutan de matrimonios más gratificantes. - Gozan de mejor salud y por lo tanto tiene vidas más longevas. La lista continúa. Son muchísimas más las ventajas que nos brinda tener un estado de ánimo positivo (así es como le llaman algunos científicos a la felicidad) , pero como sé que nuestra atención (y tiempo) son cortos, no me voy a extender más. De la anterior lista, he destacado tres de ellas porque en mi opinión tienen un impacto determinante en la vida de un emprendedor. La primera; todos sabemos que el emprendedor es alguien que da solución a los problemas, a los de su empresa y a los de los demás (léase clientes). Así que un emprendedor contento es más creativo y por tanto generará más alternativas para solucionar las dificultades que diariamente aparecen en su vida. La segunda. En cualquier lista de las que circulan por ahí enumerando los atributos imprescindibles que debe poseer un buen emprendedor, siempre aparece resistencia ante la adversidad como una de las más importantes. Todos los emprendedores afrontaran contratiempos. Recuperarse pronto de ellos marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Tercera. Conexiones sociales, ampliar la red de contactos es una de las actividades claves que debe realizar un emprendedor con el fin de obtener acceso a personas y recursos de los cuales no dispone. Un emprendedor con malas pulgas difícilmente atraerá a personas a su lado con ganas de ayudarle. Ahora que sabemos que los emprendedores con mejor ánimo y más positivos gozan de ventajas claves, la pregunta es ¿ser feliz es una condición dada o es algo sobre lo cual podemos incidir? La respuesta también nos la trae la ciencia: todos podemos mejorar nuestro nivel de felicidad mediante la realización de actividades que nos ayudan a ser más positivos. Diferentes autores tienen diferentes recetas. Lo clave aquí es que no hay una receta universal. Cada uno de nosotros obtenemos mejores resultados si realizamos actividades que se ajusten a nuestra personalidad. Abajo dejo tres que casi con toda seguridad beneficiaran a todo el mundo - Meditar de forma regular, así sea durante poco tiempo, ha demostrado tener efectos positivos en el estado de ánimo. - Actividad física, practicar deporte también mejora el estado de ánimo. Estudios han encontrado que hacer ejercicio mejora tu estado de ánimo durante las siguientes doce horas. Pista, si haces deporte en la noche desperdiciarás el subidón anímico durmiendo. Pero ojo, no me mal intérpretes, no estoy diciendo que hacer ejercicio en la tarde es una pérdida de tiempo. Hacer ejercicio es bueno a cualquier hora. Lo que pasa es que si lo haces al final del día el resto de nosotros no gozará de tu buen humor. - Gratitud, no existe persona feliz que no aprecie lo que tiene en la vida. Al final del día puedes escribir tres cosas positivas que te hayan pasado durante el día. Dale a cada un título, describe detalladamente lo que pasó, como te hizo sentir y reflexiona sobre porque te sentiste tan bien. Esta actividad te tomará 10 minutos y sus beneficios son enormes. Uno de los paradigmas más perniciosos de las últimas décadas en el campo de la empresa es La Maximización del Valor de los Accionistas, el cual argumenta que la única forma de medir el éxito de una empresa es la riqueza que produce para sus dueños. Lo cual implica que empleados y clientes son vistos solamente como medios para producir dinero y no como personas que deben ser tratadas con justicia, respeto y dignidad.
Afortunadamente eso está cambiando, no a la velocidad que todos quisiéramos, pero está cambiando, dando paso a un paradigma mucho más inclusivo que busca generar valor para un número más amplio de personas: clientes, empleados, proveedores y comunidad. Lo mejor de todo, y el mayor motivo para el optimismo, es que ser buena gente en los negocios paga, y mucho. Universidades como Harvard y Stanford han realizado investigaciones que señalan que las empresas que tiene un propósito más ambicioso que solo hacer dinero, como brindar soluciones a los problemas de las personas, y que se preocupan por el bienestar de sus empleados, obtiene resultados (muy) superiores a las demás. Veamos un par de ejemplos. Wal-Mart y McDonald’s son dos empresas que pagan salarios muy bajos, incluso se cuestiona que el contribuyente americano está subsidiando el modelo de negocio de estas dos empresas. Esto se debe a que a una gran parte de sus empleados el salario no les alcanza para pagar sus gastos médicos, a pesar de que trabajan jornada completa y deben recurrir a programas de ayudas gubernamentales. Si comparamos el desempeño de sus acciones con el índice de referencia S&P 500 vemos que han tenido un crecimiento muy inferior. Mientras el S&P 500 ha aumentado su valor un 92,51% en los últimos cinco años, las acciones de estas compañías lo ha hecho peor; Wal-Mart ha subido un 55,36% y McDonald’s un 65,76%. Es decir, muy por detrás del crecimiento promedio de las empresas cotizadas en Bolsa. Pero las diferencias se tornan aún más dramáticas si comparamos esas empresas con otras en el mismo sector, pero que aparecen en la lista Great Place to Work 100 (la lista que agrupa las mejores empresas para trabajar según sus empleados). Nordstrom, por ejemplo, es otro minorista cuyas acciones se ha valorizado 129,66% (muy por encima del 55,36% de Wal-Mart) y Cheesecake Factory es otra franquicia de comidas rápidas y sus acciones subieron 142% (McDonald’s 65,76%). Como lo demuestran las anteriores cifras, pagar bien a quienes trabajan en una empresa y crear un ambiente donde se sienten valorados y tratados con cariño, es el camino más corto para la prosperidad. Son muchas y muy variadas las estadísticas que vemos a diario que resultan desalentadoras: la tasa de paro, la cantidad de ni-nis, el tiempo que en promedio pasa una persona durante su vida haciendo fila (5 años, jo), etc. Entre ellas, hay una que me llamó la atención: según el Eurobarómetro, dentro de la población que cuenta con empleo, menos de la mitad (44%) se sienten implicados en el. Es decir, la mayoría de los empleados no ven su trabajo como una fuente de satisfacción y felicidad sino como una carga que es necesaria llevar, para, con suerte, poder pagar las cuentas del mes.
Vamos al trabajo como zombis carentes de emociones; llevamos a cabo las tareas que se nos han asignado y monitoreamos permanentemente el reloj (que no avanza!) esperando a que termine la jornada y podamos salir a vivir nuestra verdadera vida; la que nos gusta de verdad. Durante las tediosas jornadas, en incontables ocasiones seguro que habremos imaginado como será nuestra existencia cuando las cosas cambien y podamos tener un trabajo más gratificante. Ese que nos merecemos. Por ahora, no nos queda otra que esperar a que la situación se torne más propicia y por fin encontremos esa oportunidad que tanto anhelamos. El problema con esperar a que la cosa cambie, que con seguridad va a cambiar, es que no sabemos si ese cambio nos afectará de manera positiva o negativa. Son numerosas las industrias (y empleos) que han desaparecido en los últimos años debido al cambio tecnológico: la industria discográfica, la fotografía, los trabajadores de las gasolineras, por nombrar sólo algunas. Las condiciones de trabajo gracias a la tercerización en países con bajos costos laborales y al avance de la tecnología pueden deteriorarse aún más. Así que presentarnos al trabajo, cumplir con las labores diarias ya no es una opción segura. El mundo avanza de manera vertiginosa, haciendo que cada vez tengamos que correr más simplemente para no quedarnos atrás. Ante este panorama volátil e incierto ¿Qué podemos hacer? Mi opinión, dejar de esperar a que cambie la situación y comenzar a construir la carrera profesional de tus sueños. La forma de escapar a un trabajo que no nos llena es construirnos nuestro propio empleo en en aquello que nos apasiona. Ojo, no me mal interpretes. No estoy diciendo que renuncies y saltes al vacío sin paracaídas. Todos sabemos que la situación actual es complicada y que las facturas del mes debemos pagarlas. Mi sugerencia es bastante simple y los riesgos son mínimos. Permítanme explicarme. Cada uno de nosotros tiene un enorme potencial. Cuando trabajamos basados en aquello que nos apasiona y nos tomamos el tiempo para desarrollar nuestro talento, cosas maravillosas pueden ocurrir. Lo que te estoy proponiendo no es una receta mágica que en pocos días te hará millonario ¡Dios me libre! En la vida nada que valga la pena se consigue de la noche a la mañana. El exitoso empresario británico Richard Branson lo expresa de manera admirable: “toma mucho tiempo convertirse en un éxito de la noche a la mañana”. Bill Gates también nos ofrece su valioso consejo, “muchas veces sobre valoramos lo que podemos alcanzar en un año y menospreciamos lo que lograríamos en una década”. ¡Has de la siguiente década la mejor de tu vida! Para comenzar, lo primero que debemos hacer es seleccionar un área que nos interese especialmente, que nos apasione ¿Te gusta el marketing en las redes sociales? ¿La repostería? ¿Las mascotas? ¿Has tenido éxito adoptando hábitos saludables? Existen literalmente millones de personas que pueden estar teniendo dificultades con el tema que a ti tanto te atrae y que les encantaría les ayudases a solucionarlas. Y lo mejor de todo ¡están dispuestas a pagarte por esa ayuda! Una vez tienes definido tu campo de acción, el siguiente paso es convertirte en un experto. Ya sé que estás pensando que ser un experto en algo requiere toda una vida de preparación. Y es así. Pero también te puedo asegurar que con una pequeña inversión de tiempo y esfuerzo, estarás en un lapso muy corto en capacidad de aportar valor y ayudar a otros a solucionar las dificultades que afrontan en el asunto que a ti te encanta. Pongamos un ejemplo; si lo que te apasiona son las redes sociales, ve y busca seis libros sobre el tema. Porque seis? Porque esa cantidad te permitirá acumular un conocimiento relevante y estarás en capacidad de ayudar. Uno o dos libros no son suficiente. Dedicándole menos de una hora diaria de lectura te los habrás consumido en tres meses (aprox.). Una vez que tienes tu nuevo conocimiento disponible, utiliza las redes sociales (ahora que ya eres un experto) para promocionar tus servicios y empezar a generar ingresos. Al comienzo no serán muchos (creo), pero si persistes y sigues formándote, tarde o temprano vendrán los resultados y seguro que en una década tu éxito será masivo. Ejemplos como el que acabo de ilustrar hay muchos. En los medios de comunicación no son infrecuentes las historias de blogueros, YouTubers, tuiteros, etcétera, que han logrado fama y fortuna compartiendo sus pasiones a través del uso inteligente de la tecnología. Más abajo dejo dos enlaces de historias que me encontré hoy en la red y que son buenos ejemplos. Lo anterior te garantiza el éxito? No. Pero trabajar en algo que disfrutamos, una sincera preocupación por contribuir con soluciones que mejoren la vida de las personas y una atención implacable con la calidad, te sitúan en la dirección correcta y tus probabilidades aumentan de manera exponencial. - Una mujer gana 5.000 al mes - El plan que le permitió perder 100 kilos “El mito más peligroso sobre liderazgo es que los líderes nacen, que tienen el gen del liderazgo. Este mito asevera que las personas simplemente, o tienen ciertas cualidades que los hacen carismáticos o no las tienen. Eso es una tontería. De hecho, es todo lo contrario; los líderes se hacen, no nacen” Warren Bennis Hace poco más de un mes falleció Warren Bennis, el que para muchos es considerado el pionero del estudio moderno del liderazgo. El prestigioso diario Financial Times se refirió a él como “el profesor que estableció al liderazgo como un campo académico respetable” y la revista Forbes lo nombro como “el decano de los gurús del liderazgo” En julio de 2010 concedió una entrevista para Harvard Business Review, y como no, le preguntaron por las cosas que hace un gran líder. El profesor Bennis nombró dos como las principales: formar grandes equipos y tomar buenas decisiones. Los líderes son evaluados por los resultados que obtienen, y para que estos sean extraordinarios, deben llevarse a cabo (bien) las dos tareas nombradas por el profesor Bennis. Los grandes líderes ensamblan equipos que triunfan. Y para que triunfen no basta con tener a los mejores; los más brillantes. Si estos no son capaces de trabajar juntos, casi con seguridad se le verán las orejas al fracaso. En el fútbol, por ejemplo, todos hemos visto equipos formados por estrellas que luego no alcanzan los resultados esperados, porque primaron más los egos individuales que el espíritu colectivo (remember Mourino’s Team). Los buenos equipos se apalancan en las fortalezas de sus miembros (que deben ser complementarias) y disimulan o hacen irrelevantes las debilidades de cada uno. Eso hace que sean más fuertes juntos que separados. Son conscientes de que su destino está en estrecha correlación y que el éxito individual invariablemente pasa por tener éxito como colectivo. Es importante que el líder siempre esté en sintonía con su equipo, debe ser capaz de reconocer síntomas de agotamiento, de confusión. Saber cuándo se ha producido un desvío del rumbo y tomar las medidas necesarias para superar los baches que inevitablemente aparecerán y continuar la buena marcha. La otra gran asignatura del líder es tomar buenas decisiones y asegurarse de que sean adecuada y oportunamente ejecutadas. Sin embargo, es una ilusión pensar que en cada ocasión tomaremos la mejor decisión posible y nunca fallaremos; es el balance entre las positivas y las negativas lo que determina si una carrera fue exitosa o no. Para tomar buenas decisiones de manera consistente es condición sine qua non que el líder posea una gran cantidad de autoconocimiento. Como señalan las investigaciones de los sicólogos Dan Ariely y Daniel Kahneman, entre otros, no somos aquellos sujetos perfectamente racionales que hemos creído ser. Por el contrario, tenemos numerosos sesgos y prejuicios que influyen de una manera u otra en las decisiones que tomamos. Ser consciente de ellos hará posible que cometamos menos errores de juicio. El buen juicio y buenos equipos están en el corazón del arte de liderar bien. Si te ha gustado el artículo ayúdame a difundirlo y compártelo. Gracias
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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Agosto 2022
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