"Si uno no sabe a que puerto se dirige, ningún viento es favorable" —Séneca
El experto en mitos Joseph Campbell afirmó que para vivir una vida emocionante y satisfactoria era preciso descubrir nuestro propio camino, “seguir lo que nos hace felices”. Steve Jobs también señaló en la misma dirección, “sigue tu pasión” fue su manera de expresarlo.
Lucio Anneo Séneca, quizá el más importante filósofo estoico, no solo nos aconseja sobre la importancia de seguir nuestro propio camino, también nos advierte del peligro de seguir el camino más transitado, por el que todos van. En una encuesta realizada a adolescentes norteamericano, a la pregunta sobre qué les gustaría ser de mayores, un gran (y decepcionante) número contestó: “famoso”. Fama, dinero y poder son poderosos señores que nos seducen con su brillo y nos pueden desorientar cuando queremos hallar nuestra propia senda. El sabio Séneca en el maravilloso Sobre la felicidad nos previene contra las rutas que la mayoría anhela: Todos los hombres, hermano Galión, quieren vivir felices, pero al ir a descubrir lo que hace feliz la vida, van a tientas, y no es fácil conseguir la felicidad en la vida... si ha errado el camino, si éste lleva en sentido contrario, la misma velocidad aumenta la distancia. Hay que determinar, pues, primero lo que apetecemos; luego se ha de considerar por dónde podemos avanzar hacia ello más rápidamente, y veremos por el camino, siempre que sea el bueno, cuánto se adelanta cada día y cuánto nos acercamos a aquéllo que nos impulsa un deseo natural.
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"Si buscas ideas creativas, sal a caminar. Los ángeles susurran al hombre cuando camina"
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"El secreto para un rendimiento asombroso es empoderar a personas con talento para tener éxito en un trabajo significativo" —Teresa Amabile
Según la investigación, el mayor predictor del éxito de un equipo es la salud de la vida emocional de sus integrantes en el trabajo. Cuando dentro de un equipo las personas se sienten contentas, ese equipo funciona. Por el contrario, cuando las personas están frustradas, el trabajo no avanza.
Dicho así, de lo obvio parece tonto (mi abuela diría: “¡se gastaron semejante dineral investigando esa bobada!”). No obstante, las conclusiones del estudio van en contravía de la filosofía reinante en las empresas.
Durante mucho tiempo se ha considerado que empresa y sentimientos no es una buena combinación. El mundo corporativo ha sido una jungla donde perro come perro y el que se deja llevar por las emociones, pierde.
Para asegurar el óptimo rendimiento de las personas lo único que bastaba era la concienzuda administración del garrote y la zanahoria. Nada de tonterías sensibleras.
Sin embargo, la investigación de Amabile y su compañero encontraron que la vida emocional juega un papel fundamental:
A lo largo del día, la gente reacciona a los acontecimientos que se presentan y tratan de dar sentido a ellos. Estas reacciones emocionales y percepciones afectan su motivación dentro del trabajo, los cual, a su vez, tiene una poderosa influencia sobre su desempeño. Hemos encontrado que cuando la vida emocional de las personas en el trabajo es positiva, son más creativos, productivos, comprometidos, y sienten un mayor afecto hacia sus compañeros de trabajo. Y cuando tienen pobres vidas interiores en el trabajo, lo opuesto es verdad: son menos creativos, productivos, comprometidos y unidos.
Descubrimos El Principio del Progreso: de todas las cosas que pueden mejorar las emociones, la motivación y las percepciones durante una jornada de trabajo, la más importante es sentir que se avanza en la realización de un trabajo significativo. Y cuanto más a menudo las personas experimentan esa sensación de progreso, más probabilidades hay de que sean creativamente productivos en el largo plazo. Ya sea que están tratando de resolver un gran enigma científico o simplemente creando un producto o servicio de alta calidad, progresar todos los días, incluso una pequeña victoria, puede hacer una gran diferencia en cómo se sienten y funcionan.
Curiosamente, el progreso no tiene porqué ser un gran avance o un gran logro. Muchos de los avances que promueven una buena vida emocional son en realidad pequeños pasos graduales hacia adelante. Y lo mismo puede decirse de los contratiempos; incluso los pequeños contratiempos tienen un impacto negativo en el trabajo y la vida interior. Debido a que los efectos de los contratiempos son más fuertes que los del progreso, es crítico que los gerentes eliminen los obstáculos que puedan bloquear el progreso, incluso los problemas aparentemente insignificantes, pueden impedir que el trabajo sea hecho. Otra implicación es que los gerentes deben dividir las grandes metas en metas más pequeñas, así maximizaran el sentimiento de progreso que los trabajadores pueden experimentar.
Si tu meta es leer más, puedes empezar con algo asequible, 5-10 páginas al día. Si es perder peso, reducir un poco el consumo de bebidas azucaradas y alimentos procesados. O recortar un poco el tiempo en las redes sociales.
El éxito crea más éxito. Sentir que todos los días avanzamos hacia nuestros objetivos nos dará la motivación y el impulso para lograr esas grandes metas con las que soñamos. Solo necesitamos dar un (pequeño) paso a la vez.
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"Con el tiempo, la perseverancia es lo que separa las vidas fructíferas de las vidas sin rumbo"
—John Ortberg
La frase fue: “Es la economía, estúpido”. Esta frase logró distraer a los votantes de la política exterior y centrar su atención en los asuntos domésticos (la economía) y así dar oportunidad a Clinton de ganar la carrera por la Casa Blanca.
Con el tiempo esta frase se ha popularizado y se utiliza, cambiando la palabra economía por la que haga falta, para señalar que es lo trascendental en alguna situación.
Cuando hablamos de grandes victorias personales, ya sea en el campo de los negocios, la ciencia o las artes; o en cualquier otro campo, y utilizando la frase de la campaña de Clinton diríamos: “Es la determinación, estúpido”.
No es el nivel de inteligencia, ni los talentos naturales, ni la suerte (aunque todos ayudan), lo que distingue aquellos que lo consiguen de los que no; es la determinación. La implacable y testaruda decisión de ir tras un objetivo, sin detenerse ante las dificultades que inevitables aparecen cuando intentamos alcanzar metas superiores.
Steven Kotler, autor de varios excelentes libros como Abundancia, Bold y Tomorrowland, escribió hace unos días en Medium un buen artículo sobre la perseverancia (grit). Según el autor, los ingredientes claves de la perseverancia son tres:
Fuerza de voluntad.
La fuerza de voluntad es autocontrol. Y es también un recurso finito. De forma resumida, perdemos fuerza de voluntad a medida que transcurre el día, por lo que casi todo el mundo con quien consulté, me sugirió comenzar el día con la tarea más difícil, y luego trabajar sobre las otras en orden descendente de importancia y dificultad.
Mentalidad.
Mentalidad es a lo que mi amigo Peter Diamandis se refiere cuando dice: "Si piensas que puedes o que no puedes, bueno, tienes razón." Más técnicamente, la mentalidad se refiere a nuestras actitudes hacia el aprendizaje. Puedes tener una de dos: una mentalidad fija, lo que significa que crees que el talento es innato y que ninguna cantidad de práctica ayudará. O tienes una mentalidad de crecimiento, lo que significa que consideras que el talento es más un punto de partida, y que la práctica hace la verdadera diferencia.
Pasión.
La pasión es importante para la perseverancia porque, simplemente, sin pasión, no hay manera de perseverar durante años y años. De hecho, una gran cantidad de investigadores en realidad definen perseverancia como "la intersección de la pasión y la persistencia." "Obsesionate y permanece obsesionado" es a menudo cómo se presenta esta idea.
El Gran Maestro Internacional de Ajedrez, que luego se volvió campeón mundial de artes marciales, Josh Waitzkin, argumenta que el tipo más importante de persistencia es un tipo completamente distinto, el tipo persistencia necesario para dar lo mejor cuando las condiciones son lo peor. "Esto es realmente la línea divisoria entre los artistas de nivel élite y todos los demás," explicó.
La buena noticia es que hay algunas maneras fáciles de entrenar este nivel de persistencia. Cuando practico una presentación, por ejemplo, siempre hago una práctica bajo condiciones horribles. Escojo un momento en el cual no haya dormido lo suficiente, que haya estado durante diez horas escribiendo, y luego en el gimnasio para una sesión pesada. Me imagino que si puedo dar una charla coherente cuando apenas puedo mantener los ojos abiertos, no importa lo que suceda en el escenario, voy a estar bien.
Como William James escribió hace tantos años:
"En casos excepcionales podemos encontrar, más allá de la muy extrema fatiga, cantidades de alivio y energía que nunca siquiera soñaríamos tener, fuentes de fortaleza que en absoluto utilizamos habitualmente, porque habitualmente nunca vamos más allá del primer obstáculo, nunca sobrepasamos los puntos críticos iniciales".
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"La preocupación no disminuye el dolor de mañana, sólo disminuye la alegría de hoy"
—Leo Buscaglia
Al darte cuenta que es imposible llegar a tiempo, tu ansiedad se dispara. Empiezas a pensar en todas las consecuencias negativas que tendrá tu falta: la pérdida de la venta/contrato/entrevista de trabajo; la reacción airada de tus jefes, clientes o compañeros; la vergüenza al explicar tu imperdonable error.
Nada se te escapa. El más lúgubre panorama se presenta ante ti con total claridad.
El frenético camino hacia la reunión es un verdadera tortura. Cada semáforo, cada atasco se hacen insufribles e interminables. Lo cual no hace sino aumentar tu desesperación.
No obstante, la realidad es que ese estado de ansiedad en el que a veces caemos, es del todo innecesario y no aporta nada positivo a la situación. La situación es la que es: vas tarde. Sobre el tráfico no se tiene ningún poder. Es decir, nuestra preocupación no tiene ningún efecto sobre la realidad.
"Lo que va a pasar, pasa. Nos preocupemos o no" afirmó la poetisa y educadora Ana Monnar.
Peor aún, entre más alta sea la ansiedad, menor será nuestra habilidad para lidiar con el asunto de manera constructiva.
Investigaciones llevadas a cabo por la doctora Barbara Fredrickson de la Universidad de Carolina del Norte, han demostrado que el estrés literalmente reduce nuestro mundo. Cuando se les mostró imágenes generadas por ordenador, complejas y abstractas, a unas personas que estaban bajo estrés, veían una porción más reducidas de ellas. Mientras que si las personas tenían un estado de ánimo optimista, veían las imágenes de manera más amplia y eran capaces de percibir más detalles periféricos.
Esta reducción del campo visual, llamada también visión de túnel, tiene efectos negativos sobre tu creatividad y capacidad para tomar decisiones, pues reduce el número de opciones que estás en capacidad de considerar en una situación determinada.
Lidiar con circunstancias adversas de una manera más serena y eficaz es posible, pero para poder hacerlo, antes debemos entender el origen de nuestras preocupaciones.
Nuestras preocupaciones y ansiedades provienen del futuro. Michel de Montaigne afirmó: "Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron". Las preocupaciones por hechos futuros, es decir, por hechos que aún no han ocurrido y que quizá nunca lleguen a ocurrir, nos distraen del único momento que sí existe y sobre el cual tenemos influencia: el presente.
Nos preocupamos por todo, por nuestra salud y la de nuestros seres queridos, por nuestra estabilidad laboral, por sí viviremos lo suficiente… Y ocurre que ese viaje al futuro nos aparta del presente.
Con esto no quiero decir que pensar en el futuro sea malo. Todo lo contrario. No sólo no es malo, es necesario. Lo que digo es que una cosa es pensar en él y tomar medidas ahora para protegernos, y otra es limitarnos a preocuparnos sin hacer nada, como la liebre que se paraliza presa del pánico ante las luces del coche que se acerca.
Si nos preocupa nuestra salud, lo mejor será ocuparnos de ella AHORA. Ejercitándonos y alimentándonos de forma apropiada, dejará de ser una preocupación.
Si nos preocupa nuestra estabilidad laboral, será mejor que desarrollemos nuevas habilidades AHORA, para que nuestra empleabilidad permanezca alta.
Ese es el mejor remedio para la ansiedad y la preocupación: aprender a enfocar nuestra mente en el presente, en el único momento que existe y en el que podemos hacer algo. Una mente ocupada en el presente es una mente que no está preocupada por el futuro.
El estudiante que ante la proximidad de un examen permite que su mente se distraiga, pensando en las terribles consecuencias que tendría perder el examen, está perdiendo tiempo valioso dejando de hacer lo único que puede hacer para prevenir ese futuro aterrador, estudiar.
Así que lo mejor para evitar preocupaciones innecesarias y disfrutar más de la vida es ejercitar nuestra mente para que viva en el presente.
Meditar es quizá la mejor herramienta para lograr esto. La meditación no es otra cosa que entrenar la mente para prestar atención al ahora.
Las investigaciones han demostrado que tras un corto tiempo practicando la meditación (ocho semanas), se fortalece y aumenta la actividad en el área del cerebro que se encarga de vivir la experiencia presente.
Liberarnos de preocupaciones innecesarias e inexistentes mejora de manera excepcional nuestro bienestar. Y lo mejor es que está al alcance de todos mediante un pequeño esfuerzo. La decisión es nuestra.
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Estas 18 frases te animarán a convertirte en un perpetuo aprendiz.
- Cualquier persona que deja de aprender es viejo, ya sea a los veinte o a los ochenta. Cualquier persona que continúa aprendiendo se mantiene joven. La cosa más grande en la vida es mantener la mente joven. —Henry Ford
- La mente del hombre que es expandida gracias a una nueva idea nunca vuelve a sus dimensiones originales. —Oliver Wendell Holmes Jr.
- El aprendizaje no se logra por casualidad. Debe buscarse con ardor y ser atendido con diligencia —Abigail Adams
- Ser ignorante no es una vergüenza tan grande como no estar dispuesto a aprender. —Benjamin Franklin
- Desarrolla la pasión por aprender, si lo haces nunca dejaras de crecer. —Anthony J. D’Angelo
- El mayor obstáculo para el descubrimiento no es la ignorancia: es la ilusión del conocimiento. —Daniel J. Boorstin
- Nunca desanime a nadie que continuamente avanza, no importa qué tan lento lo haga —Platón
- Es la capacidad para desarrollar y mejorar las habilidades lo que distingue a los líderes de los seguidores —Warren Bennis y Bert Nanus
- Los analfabetos del futuro no son los que no saben leer ni escribir, sino los que no puedan aprender, desaprender y volver a aprender. —Alvin Toffler
- No tengo talentos especiales. Solo soy apasionadamente curioso. —Albert Einstein
- En tiempos de cambio, los aprendices heredarán la tierra, mientras que los que ya aprendieron se encontrarán muy bien equipados para hacer frente a un mundo que ya no existe. —Eric Hoffer
- La forma más rápida de convertirse en un perro viejo es dejar de aprender nuevos trucos. —John Rooney
- ¿Qué es una universidad? Un instituto de enseñanza. ¿Qué es una empresa? Un instituto de enseñanza. La vida, en sí misma, es un instituto de enseñanza. —Thomas Edison
- No todos los lectores son líderes, pero todos los líderes son lectores. —Harry S. Truman
- Hay muchas pequeñas maneras de expandir el mundo de su hijo. El amor por los libros es la mejor de todas. —Jacqueline Kennedy
- Hace seis años lo sabía todo. Ahora no se nada. La educación es el progresivo descubrimiento de nuestra propia ignorancia. —Will Durant
- La única persona educada es aquella que ha aprendido cómo aprender y cambiar. —Carl Rogers
- La mejor amiga es la educación. Una persona educada es respetada en todas partes. La educación triunfa sobre la belleza y la juventud. —Chanakya
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"Si puedes ver en frente de ti un camino trazado paso a paso, ya sabes que ese no es tu camino. Tu propio camino es el que haces con cada paso que das. Por eso es tu camino "
—Joseph Campbell
Nuestros genes, nuestras experiencias (buenas o malas), los amigos que hemos tenido, el lugar donde crecimos… Todo esto combinado ha influido de forma poderosa en la formación de nuestra personalidad.
Dado que es imposible que ese cúmulo de cosas se repita idéntico en otra persona, eso significa que no hay nadie más como tu. Tus gustos, tus valores, tu forma de pensar se han desarrollado gracias la vida que has vivido, y son una combinación única que solo vive en ti.
Así que lo más apropiado sería que tu forma de vivir se encontrara en armonía con tu identidad. Sin embargo, la mayoría no somos conscientes de esto e insistimos en vivir una vida desconectada de quienes somos.
Quizá en ningún otro ámbito esta desconexión es más evidente que en nuestro trabajo. La mayoría de trabajadores (casi el 90%) no sienten afecto por él. Es como si alguien dijera: «si quieres vivir, si quieres hacer lo que te apetezca, primero debes ingerir este espantoso plato». Plato que no es otra cosa que una inacabable jornada de ocho horas haciendo algo que no significa nada para nosotros.
¿Por qué ocurre esto? Porque en muchas ocasiones no somos nosotros los que decidimos a qué dedicar nuestra vida, sino que permitimos que sean las circunstancias, otras personas o falsos dioses los que decidan.
Lo se por experiencia. Cuando terminé el bachillerato no tenía ni idea que carrera escoger. Como estaba muy mal visto no empezar la universidad inmediatamente después de terminar el bachillerato, tomarme unos meses sabáticos para encontrar mi verdadera vocación no era una posibilidad.
Así que terminé estudiando economía, empujado por las circunstancias y por mi incapacidad de identificar mi verdadero llamado. ¿El resultado? El plan de estudios que debería realizar en seis años terminé cumpliéndolo casi en diez.
En otras ocasiones permitimos que sean los encantos de falsos dioses los que determinen nuestro camino. El dinero, el poder y el prestigio quizás sean los más seductores de todos.
No es que estas tres cosas sean malas de en sí mismas, nada tengo en contra de ellos. Lo que ocurre es que su atractivo es tan poderoso que terminan influyendo de forma desproporcionada en nuestras decisiones, en detrimento de otros aspectos que pueden ser más importantes y satisfactorios.
Contra esta piedra también tropecé. El empleo que consideraba como el de mis sueños no era tal. Con el tiempo descubrí que eran el prestigio y el dinero, no mi verdadera vocación, lo que había determinado mi decisión.
Para encontrar nuestro camino, el camino que transcurre en armonía con quienes somos, debemos dejar que hable nuestra vida. Debemos escuchar atentos lo que nos dice el corazón y seguir el camino que nos señala.
El poder del Mito es un maravilloso libro que recoge una conversación entre el periodista Bill Moyers y el experto en mitos Joseph Campbell. En una parte de la conversación Moyers y Campbell hablan sobre lo que ocurre cuando uno sigue su propio camino:
MOYERS: ¿Alguna vez, cuando sigues el camino de tu corazón, tienes la sensación, como la tengo yo por momentos, de que te ayudan manos invisibles?
CAMPBELL: Siempre. Es milagroso. Yo tengo incluso una superstición que ha crecido en mí como resultado de la acción constante de las manos invisibles: que si sigues el camino de tu corazón te colocas en una especie de sendero que ha estado allí todo el tiempo, esperándote, y la vida que deberías estar viviendo es la que estás viviendo. Cuando puedes ver eso, empiezas a encontrar gente que está en el camino de tu corazón, y que te abre las puertas. Yo digo: «Persigue tu felicidad y no tengas miedo, y las puertas se abrirán donde menos lo sospeches».
¿Existe la seguridad de que si sigues tu pasión podrás vivir de ello? No, pero yo estoy convencido, al igual que Campbell, de que las posibilidades juegan a tu favor. Si haces lo que te apasiona tu motivación se disparará, esto hará que seas más perseverante, recursivo y creativo. Multiplicando así tus posibilidades de éxito.
Casi el 90% de las personas no se identifica con su trabajo, pero la prueba de que es posible seguir el camino que señala el corazón se halla en el 10% restante. Si ellos lo consiguieron ¿por qué no lo puedo conseguir yo? ¿Por qué no tú?
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"El guerrero exitoso es un hombre común concentrado como un láser" —Bruce Lee
Con la necesidad de ser cada vez más eficientes, la posibilidad de multiplicar por dos (o por más) nuestra producción, es una oferta difícil de rechazar.
La aparición de múltiples dispositivos móviles como tabletas y smartphones empeoró aún más el asunto. Hoy es común que niños y no tan niños vean televisión mientras juegan también en algún dispositivo electrónico. Y si por casualidad entra un mensaje de WhatsApp, también se responde ¡faltaría más!
Sin embargo la ciencia se ha encargado de demostrar que la multitarea no es más que un mito. No solo es contraproducente en términos de productividad (hacer dos cosas a la vez toma más tiempo que hacer una y luego la otra), también tiene consecuencias negativas sobre nuestra capacidad de aprender, ser creativos y pensar en profundidad.
Hay actividades poco complejas que sí podemos hacer al mismo tiempo: caminar y conversar, masticar chicle y ver televisión, y la pareja más eficiente y sinérgica de todas: descargar nuestros intestinos mientras revisamos el correo u hojeamos una revista.
El problema surge cuando se quiere realizar actividades complejas al mismo tiempo. Esto escribió Winifred Gallagher en su estupendo libro Atención Plena:
El inconveniente más obvio de la multitarea es la ineficacia. En muchos casos, la facultad de hacer dos cosas a la vez presenta dificultades, porque ambas actividades requieren la participación de uno o más de los mismos sistemas de procesamiento de información cerebrales. En actividades que implican el uso del lenguaje, como conversar, mirar la televisión o simplemente pensar […] la información se envía y recibe a través de un único canal principal... “si intentas hablar por teléfono a la vez que tecleas un e-mail tendrás que renunciar a una de las dos cosas”.
Algunas personas piensan que dominan la multitarea porque escuchan el informe de su jefe a la vez que buscan en su agenda un hueco para concertar un almuerzo de negocios, pero lo que están haciendo es en realidad conectar y desconectar entre una y otra actividad. Sus pretensiones son infundadas, porque el esfuerzo realizado no nos hace más competentes, sino menos; la ejecución, en términos generales, será deficiente, propensa al error y requerirá más tiempo del que hubiera exigido las tareas por separado.
Hacer varias cosas a la vez no sólo resta eficacia, sino que puede ser peligroso, incluso letal… Miles de accidentes al año relacionados con el uso del teléfono prueban que la combinación coche-móvil es insegura, potencialmente mortal, y que debería ser prohibida.
La capacidad de concentrarse es una habilidad como cualquier otra, se incrementa con el ejercicio. Si continuamente estamos cambiando de actividad, luego, cuando lo deseemos, nos resultará casi imposible concentrarnos de forma profunda y sostenida.
Resulta que la base del aprendizaje, la creatividad y la capacidad de pensar sobre ideas complejas, depende de la concentración. Einstein no hubiera podido dar con la teoría de la relatividad si mientras pensaba en ella hubiese estado también ‘guasapeando’. Tampoco se escribe una obra maestra mientras se chatea en Facebook.
Una gran parte de lo que conocemos como genialidad es precisamente la habilidad de concentrarse en algo durante mucho tiempo. Para desarrollar ideas complejas necesitamos dedicarles plena atención.
Así que si queremos realizar un gran trabajo intelectual debemos evitar la multitarea y fortalecer nuestra habilidad de concentrarnos. Por fortuna, para mejorar nuestra concentración lo único que tenemos que hacer es… concentrarnos. Sí, así de simple. No son necesarias técnicas extravagantes ni complicadas.
Esto recomienda el intelectual y experto en filosofías orientales Alan Watts:
Cuando tenemos que enfrentarnos a este problema, retrocedemos y empezamos a evadirnos con una serie de discusiones sobre métodos y técnicas, y otro tipo de ayudas para la concentración. Pero debería ser fácil darse cuenta de que todo ello sólo indica falta de decisión y ganas de postergar el asunto… La única forma de concentrarse es concentrándose.
[...] Si puedes concentrar tu mente durante dos segundos, puedes hacerlo durante dos minutos, y si puedes hacerlo durante dos minutos, puedes hacerlo durante dos horas… Concéntrate durante un segundo. Si después de este tiempo tu mente se ha distraído, concéntrate un segundo más, y luego otro. Nadie ha de concentrarse más de un segundo este segundo.
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"Sólo hay un rincón del universo que usted puede estar seguro es capaz de mejorar, y ese es su propio ser" —Aldous Huxley
Después de unos estupendos días de descanso en familia y en compañía de amigos maravillosos, aquí estamos de nuevo, con ganas de seguir aprendiendo, creciendo y compartiendo muchas cosas durante este año.
Todo comienzo de año es época de nuevos propósitos: año nuevo, vida nueva. Cada nuevo año queremos dejar atrás nuestros fallos y malos hábitos anteriores y ser mejores.
Esa es la razón por la cual los gimnasios registran el mayor número de nuevas suscripciones en enero. También se multiplican por esta época las búsquedas en Google sobre dietas y cómo crear buenos hábitos.
Aunque mejorar es posible durante todo el año, no tiene nada de malo aprovechar el empujón psicológico del nuevo comienzo. Si el inicio de un nuevo calendario nos motiva ¿por qué desperdiciar ese impulso?
Nuestro desarrollo personal, nuestro crecimiento, es importante. Vital. No lo debemos considerar como algo opcional, como algo que estaría bien dedicarle atención algún día. Es una necesidad. Tenemos la obligación moral de luchar por ser mejores. No sólo por nosotros mismos sino también por nuestros seres queridos.
El mejor regalo que le podemos dar a nuestros familiares, amigos y compañeros, es una versión actualizada y mejorada de nosotros mismos: un mejor tú. Un tú más sabio, amoroso, compasivo, creativo…
Los hijos son un reflejo de los padres. Si los padres están bien, los hijos tienen muy buenas posibilidades de crecer y desarrollarse bien. Si los padres tienen buenos hábitos y han desarrollado un carácter apropiado, lo más probable es que sus hijos sean como ellos.
Por ellos, por lo que más queremos, tenemos la obligación de luchar por mejorar todos los días.
Educamos a través del ejemplo, no de las palabras. No le podemos enseñar a nuestros hijos a que respondan de manera apropiada a las frustraciones, con resiliencia, si cada vez que nos enfrentamos a una perdemos los estribos y estallamos como volcán.
Tampoco les podemos enseñar a que contesten de forma respetuosa si los corregimos mediante gritos. ¿Les podemos exigir que coman de forma saludable y hagan ejercicio, si nosotros nos alimentamos con porquerías y permanecemos en el sofá?
Sé el cambio que quieres ver. Si nosotros mejoramos, si adquirimos nuevos hábitos saludables, si trabajamos por ser mejores personas, más amorosos, empáticos y compasivos; esos cambios, y los beneficios que traen consigo, inspirarán a otros a querer cambiar. Los ayudaremos a crecer.
Lo mismo ocurre en nuestro trabajo. Si ampliamos nuestro conocimiento, si somos más productivos y creativos, beneficiamos a todos a nuestro alrededor, y tendremos un mayor impacto dentro de nuestra organización.
Ser mejores profesionales no solo nos beneficia a nosotros, beneficia también a nuestros clientes, compañeros y jefes.
Así que el mejor regalo que le puedes dar a tus seres queridos eres tú, un mejor tú. Actualizado y con nuevas y mejores prestaciones.
Y lo mejor de todo, si eres un lector habitual de Las Notas del Aprendiz, ya vas por el buen camino. Porque de eso se trata este blog: aprender a ser mejores, intentar todos los días crecer un poco, despacio, pero de forma continua e implacable. Con el tiempo, esas pequeñas ganancias harán una enorme diferencia.
Y ese es mi compromiso contigo para este año: traer a estas paginas nuevo y abundante contenido que hagan que mejorar sea más fácil y divertido.
Feliz año.
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pablo a. arango
Lector. Escritor. Coach. Emprendedor.
Las Notas del Aprendiz está dedicado a ayudarte a comprender que significa vivir una gran vida y como puedes conseguirlo.
Mi misión: Inspirar y guiar la transformación de las personas. Contribuir para que sean su mejor versión y puedan vivir con mayor felicidad y satisfacción.
Espero disfrutes la conversación
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