"Cada aspecto de la tecnología humana tiene un lado oscuro, incluyendo el arco y la flecha" Margaret Atwood No hay duda de que el futuro de la humanidad sería sombrío sin el avance de la tecnología y sin que se produzcan innovaciones en diferentes campos. Son muchos los desafíos que como sociedad tenemos enfrente y que para afrontarlos, necesariamente debemos contar con nuevas herramientas. El cambio de energías fósiles a energías renovables, la escasez de agua limpia, la falta de tierras cultivables, la derrota del terrorismo sin convertir el planeta en un gran estado vigilante… Todos son desafíos que requerirán la aparición de nuevas tecnologías. De igual manera, en nuestra vida cotidiana dependemos cada vez más de ella, haciendo necesario que estemos constantemente adaptándonos a cambios tecnológicos. Los deportes para toda la vida son llamados así porque pueden ser practicados hasta muy avanzada edad; tenis y golf son dos ejemplos de ello. Yo considero la actualización tecnológica como un deporte para toda la vida. Dicho lo anterior, es también importante saber que en no pocas ocasiones los avances tecnológicos han traído consigo enormes costes para la humanidad, así que podemos esperar que algunos de los que están por llegar, también traigan consigo indeseables consecuencias. Por ejemplo, los avances en la agricultura y la medicina, han permitido que la población humana crezca de manera acelerada y viva muchos años más; sin embargo, esa sobre-población ejerce una demanda desmesurada e insostenible sobre los recursos de la tierra. Nuestra creciente longevidad también está llevando a la ruina los sistemas de pensiones que se crearon cuando las expectativas de vida eran menores. El desarrollo de la energía nuclear hace aproximadamente siete décadas, entusiasmo a la comunidad científica con la promesa de ventaja militares e industriales. No obstante, hoy parece que el precio de esa tecnología es demasiado alto. Algunas estimaciones señalan que a EE.UU. le costaría cientos de billones de dólares disponer de manera segura de sus desechos nucleares. No esta claro que Rusia cuente con los recursos suficientes para hacer lo propio con su arsenal. Si los desechos nucleares no son tratados de forma adecuada, habríamos hecho inhabitable un gran pedazo del planeta. Cada cambio tecnológico (la popularización de los coches, la energía nuclear, los ordenadores, las redes sociales) tiene un lado potencialmente negativo que en ocasiones se hace evidente cuando es demasiado tarde. Debemos darle la bienvenida a la tecnología y a los avances que produce la creatividad humana, hoy los necesitamos más que nunca; pero también tenemos que estar vigilantes de sus potenciales efectos negativos. Habrá ocasiones en que adoptar una nueva tecnología implique riesgos inadmisibles, otras, la solución podría ser una combinación de lo nuevo con lo no tan nuevo. La aparición masiva de artículos electrónicos en las aulas de clase y el progresivo abandono de la escritura a mano parece ser uno de esos avances que trae la tecnología y que, sin embargo, no está exento de consecuencias indeseables. Leí en el muy visitado blog de Enrique Dans un artículo donde él afirma que se debe “eliminar de manera radical el papel en el proceso educativo”; y va aún más allá: “mi posición, en realidad, es la de eliminar el papel en todas partes y fomentar el uso de dispositivos”. El artículo es la respuesta del profesor Dans a una investigación que encontró que los estudiantes memorizan mejor cuando escriben a mano que cuando lo hacen sobre un teclado. Dice el autor que “establecer los objetivos del proceso educativo en términos de retención o memorización del conocimiento. Es sencillamente absurdo. En la época en la que el conocimiento está disponible a un solo clic de distancia, lo que tenemos necesariamente que primar en el proceso educativo no es la retención memorística a través de la toma de apuntes, sino la capacidad de asimilar y entender el conocimiento mediante la lógica”. Lo que es sencillamente absurdo es hacer afirmaciones tan radicales como las anteriores. Es cierto que la memorización de algún tipo de datos es una absoluta pérdida de tiempo, ser capaz de recitar los datos de población de un país o los afluentes de un río no parece muy útil hoy en día. Pero hay otros terrenos donde memorizar cosas sigue siendo la única manera de aprender, y si es más eficiente la memorización utilizando lápiz y papel, parece ‘sencillamente absurdo’ empeñarse en hacerlo usando la menos eficiente vía tecnológica. De poco sirve que yo haya asimilado y entendido la lógica de la gramática de una lengua si no he memorizado una gran cantidad de vocabulario. ¡Claro que el conocimiento está a un solo clic de distancia! (Google traduce cada vez mejor), pero será muy complicado mantener una conversación si tengo que ‘ciclar’ cada palabra que quiero decir. Entender algo no significa que ya está almacenado en mi cabeza y que lo puedo usar después con fluidez. “Entender un concepto en clase versus ser capaz de aplicarlo en un auténtico problema físico, es la diferencia entre un simple estudiante y un científico en toda regla, o un ingeniero. La única manera que conozco de hacer ese salto es trabajar con el concepto hasta que se convierte en una segunda naturaleza, así se puede comenzar a usarlo como una herramienta " afirma el profesor de ingeniería Thomas Day. De nada me sirve entender algo si al poco tiempo lo olvido. La profesora Barbara Oakley en su libro A Mind For Numbers nos previene de la ilusión de creer que sabemos algo: “muchos estudiantes experimentan la 'ilusión de la competencia' cuando están estudiando… Cuando tienes el libro (o ¡Google!) abierto justo en frente tuyo, esto provee la ilusión de que el material está también en tu cerebro. Pero no lo está.” Dice el profesor Dans que memorizar no es necesario porque si algo es importante recordar, su uso continuo hará que lo aprendamos sin tener que consagrarnos a la tediosa labor de memorizar. Pero la realidad es que hay cosas que es mejor tener aprendidas antes de requerir su uso. Yo prefiero que el cirujano que me interviene tenga memorizadas las probables complicaciones que se puedan presentar, y ¡sus soluciones! antes de que aparezcan. Si esperamos a que las aprenda mediante el uso continuo, es probable que más de un paciente permanezca anestesiado eternamente. Existe otro problema si prescindimos completamente del papel y realizamos toda nuestra lectura mediante dispositivos. Investigaciones han demostrado como los rayos azules que emiten las pantallas , al ser similares a la luz solar, estimula el estado de vigilia y por lo tanto trastorna los patrones de sueño. Los adolescentes que usan hasta última hora de la noche dispositivos electrónicos tienen mayores problemas para conciliar el sueño. La falta de descanso nocturno menoscaban de manera severa el aprendizaje. Ese problema no lo experimentan quienes leen en el arcaico y casi profano papel. Yo mismo soy un amante de los libros electrónicos, por razones de comodidad y medioambientales, casi todo lo que leo es en ese formato, pero una hora antes de irme a dormir apago la tableta y sigo leyendo en papel, principalmente novelas, de esta manera me relajo y puedo conciliar el sueño más rápido. El entusiasmo del profesor Dans por dar una respuesta tecnológica a todo, dada su formación y su campo profesional, es un fenómeno muy común entre los profesionales de varios sectores. El profesor Mihály Csíkszentmihályi en su apasionante (e indispensable) libro Creatividad: El fluir y la psicología del descubrimiento y la invención advierte sobre este fenómeno: “Casi por definición, los miembros de un campo (de conocimiento) se dedican a promover la hegemonía de su dominio, sin prestar mucha atención al resto de la cultura. Aunque algunos físicos se unieron después de la Segunda Guerra Mundial para alertar a la sociedad sobre los peligros de la proliferación nuclear, el campo de la física en su conjunto, no se pudo resistir a hacer lobby para ampliar la investigación y las aplicaciones de la física de alta energía. Del mismo modo, pocos médicos han dado la voz de alarma sobre como la medicina de alta tecnología puede interferir con el progreso en la sanidad pública, la mayor parte del campo, liderado por la Asociación Médica Americana, ve como su deber respaldar la proliferación de equipos y procedimientos costosos. Como lo dije antes, la tecnología es muy necesaria, pero no podemos ingenuamente creer que todo lo nuevo es beneficioso y que lo que no se conecta a internet es simplemente rancio.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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