"El guerrero exitoso es un hombre común concentrado como un láser" —Bruce Lee
Durante algún tiempo la capacidad de hacer varias cosas a la vez, ‘la multitarea’, fue considerado como el elixir mágico de la productividad.
Con la necesidad de ser cada vez más eficientes, la posibilidad de multiplicar por dos (o por más) nuestra producción, es una oferta difícil de rechazar. La aparición de múltiples dispositivos móviles como tabletas y smartphones empeoró aún más el asunto. Hoy es común que niños y no tan niños vean televisión mientras juegan también en algún dispositivo electrónico. Y si por casualidad entra un mensaje de WhatsApp, también se responde ¡faltaría más! Sin embargo la ciencia se ha encargado de demostrar que la multitarea no es más que un mito. No solo es contraproducente en términos de productividad (hacer dos cosas a la vez toma más tiempo que hacer una y luego la otra), también tiene consecuencias negativas sobre nuestra capacidad de aprender, ser creativos y pensar en profundidad. Hay actividades poco complejas que sí podemos hacer al mismo tiempo: caminar y conversar, masticar chicle y ver televisión, y la pareja más eficiente y sinérgica de todas: descargar nuestros intestinos mientras revisamos el correo u hojeamos una revista. El problema surge cuando se quiere realizar actividades complejas al mismo tiempo. Esto escribió Winifred Gallagher en su estupendo libro Atención Plena: El inconveniente más obvio de la multitarea es la ineficacia. En muchos casos, la facultad de hacer dos cosas a la vez presenta dificultades, porque ambas actividades requieren la participación de uno o más de los mismos sistemas de procesamiento de información cerebrales. En actividades que implican el uso del lenguaje, como conversar, mirar la televisión o simplemente pensar […] la información se envía y recibe a través de un único canal principal... “si intentas hablar por teléfono a la vez que tecleas un e-mail tendrás que renunciar a una de las dos cosas”.
No hacemos dos cosas a la vez. Lo que ocurre es que el cerebro es capaz de alternar entre una y otra actividad tan rápido que parece que las hacemos al tiempo. Sin embargo, esta alternancia entre tareas tiene consecuencias indeseables: deteriora nuestra capacidad de concentrarnos.
La capacidad de concentrarse es una habilidad como cualquier otra, se incrementa con el ejercicio. Si continuamente estamos cambiando de actividad, luego, cuando lo deseemos, nos resultará casi imposible concentrarnos de forma profunda y sostenida. Resulta que la base del aprendizaje, la creatividad y la capacidad de pensar sobre ideas complejas, depende de la concentración. Einstein no hubiera podido dar con la teoría de la relatividad si mientras pensaba en ella hubiese estado también ‘guasapeando’. Tampoco se escribe una obra maestra mientras se chatea en Facebook. Una gran parte de lo que conocemos como genialidad es precisamente la habilidad de concentrarse en algo durante mucho tiempo. Para desarrollar ideas complejas necesitamos dedicarles plena atención. Así que si queremos realizar un gran trabajo intelectual debemos evitar la multitarea y fortalecer nuestra habilidad de concentrarnos. Por fortuna, para mejorar nuestra concentración lo único que tenemos que hacer es… concentrarnos. Sí, así de simple. No son necesarias técnicas extravagantes ni complicadas. Esto recomienda el intelectual y experto en filosofías orientales Alan Watts: Cuando tenemos que enfrentarnos a este problema, retrocedemos y empezamos a evadirnos con una serie de discusiones sobre métodos y técnicas, y otro tipo de ayudas para la concentración. Pero debería ser fácil darse cuenta de que todo ello sólo indica falta de decisión y ganas de postergar el asunto… La única forma de concentrarse es concentrándose.
Una mente distraída es una mente que tiene dificultades para almacenar información, adquirir conocimientos y aprender nuevas habilidades. Por el contrario, la facultad de sostener la atención en algo durante mucho tiempo es el sello de distinción de los pensadores efectivos. Si quieres ser uno de ellos mejor evita la multitarea y cultiva la concentración.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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