Son muchas y muy variadas las estadísticas que vemos a diario que resultan desalentadoras: la tasa de paro, la cantidad de ni-nis, el tiempo que en promedio pasa una persona durante su vida haciendo fila (5 años, jo), etc. Entre ellas, hay una que me llamó la atención: según el Eurobarómetro, dentro de la población que cuenta con empleo, menos de la mitad (44%) se sienten implicados en el. Es decir, la mayoría de los empleados no ven su trabajo como una fuente de satisfacción y felicidad sino como una carga que es necesaria llevar, para, con suerte, poder pagar las cuentas del mes.
Vamos al trabajo como zombis carentes de emociones; llevamos a cabo las tareas que se nos han asignado y monitoreamos permanentemente el reloj (que no avanza!) esperando a que termine la jornada y podamos salir a vivir nuestra verdadera vida; la que nos gusta de verdad. Durante las tediosas jornadas, en incontables ocasiones seguro que habremos imaginado como será nuestra existencia cuando las cosas cambien y podamos tener un trabajo más gratificante. Ese que nos merecemos. Por ahora, no nos queda otra que esperar a que la situación se torne más propicia y por fin encontremos esa oportunidad que tanto anhelamos. El problema con esperar a que la cosa cambie, que con seguridad va a cambiar, es que no sabemos si ese cambio nos afectará de manera positiva o negativa. Son numerosas las industrias (y empleos) que han desaparecido en los últimos años debido al cambio tecnológico: la industria discográfica, la fotografía, los trabajadores de las gasolineras, por nombrar sólo algunas. Las condiciones de trabajo gracias a la tercerización en países con bajos costos laborales y al avance de la tecnología pueden deteriorarse aún más. Así que presentarnos al trabajo, cumplir con las labores diarias ya no es una opción segura. El mundo avanza de manera vertiginosa, haciendo que cada vez tengamos que correr más simplemente para no quedarnos atrás. Ante este panorama volátil e incierto ¿Qué podemos hacer? Mi opinión, dejar de esperar a que cambie la situación y comenzar a construir la carrera profesional de tus sueños. La forma de escapar a un trabajo que no nos llena es construirnos nuestro propio empleo en en aquello que nos apasiona. Ojo, no me mal interpretes. No estoy diciendo que renuncies y saltes al vacío sin paracaídas. Todos sabemos que la situación actual es complicada y que las facturas del mes debemos pagarlas. Mi sugerencia es bastante simple y los riesgos son mínimos. Permítanme explicarme. Cada uno de nosotros tiene un enorme potencial. Cuando trabajamos basados en aquello que nos apasiona y nos tomamos el tiempo para desarrollar nuestro talento, cosas maravillosas pueden ocurrir. Lo que te estoy proponiendo no es una receta mágica que en pocos días te hará millonario ¡Dios me libre! En la vida nada que valga la pena se consigue de la noche a la mañana. El exitoso empresario británico Richard Branson lo expresa de manera admirable: “toma mucho tiempo convertirse en un éxito de la noche a la mañana”. Bill Gates también nos ofrece su valioso consejo, “muchas veces sobre valoramos lo que podemos alcanzar en un año y menospreciamos lo que lograríamos en una década”. ¡Has de la siguiente década la mejor de tu vida! Para comenzar, lo primero que debemos hacer es seleccionar un área que nos interese especialmente, que nos apasione ¿Te gusta el marketing en las redes sociales? ¿La repostería? ¿Las mascotas? ¿Has tenido éxito adoptando hábitos saludables? Existen literalmente millones de personas que pueden estar teniendo dificultades con el tema que a ti tanto te atrae y que les encantaría les ayudases a solucionarlas. Y lo mejor de todo ¡están dispuestas a pagarte por esa ayuda! Una vez tienes definido tu campo de acción, el siguiente paso es convertirte en un experto. Ya sé que estás pensando que ser un experto en algo requiere toda una vida de preparación. Y es así. Pero también te puedo asegurar que con una pequeña inversión de tiempo y esfuerzo, estarás en un lapso muy corto en capacidad de aportar valor y ayudar a otros a solucionar las dificultades que afrontan en el asunto que a ti te encanta. Pongamos un ejemplo; si lo que te apasiona son las redes sociales, ve y busca seis libros sobre el tema. Porque seis? Porque esa cantidad te permitirá acumular un conocimiento relevante y estarás en capacidad de ayudar. Uno o dos libros no son suficiente. Dedicándole menos de una hora diaria de lectura te los habrás consumido en tres meses (aprox.). Una vez que tienes tu nuevo conocimiento disponible, utiliza las redes sociales (ahora que ya eres un experto) para promocionar tus servicios y empezar a generar ingresos. Al comienzo no serán muchos (creo), pero si persistes y sigues formándote, tarde o temprano vendrán los resultados y seguro que en una década tu éxito será masivo. Ejemplos como el que acabo de ilustrar hay muchos. En los medios de comunicación no son infrecuentes las historias de blogueros, YouTubers, tuiteros, etcétera, que han logrado fama y fortuna compartiendo sus pasiones a través del uso inteligente de la tecnología. Más abajo dejo dos enlaces de historias que me encontré hoy en la red y que son buenos ejemplos. Lo anterior te garantiza el éxito? No. Pero trabajar en algo que disfrutamos, una sincera preocupación por contribuir con soluciones que mejoren la vida de las personas y una atención implacable con la calidad, te sitúan en la dirección correcta y tus probabilidades aumentan de manera exponencial. - Una mujer gana 5.000 al mes - El plan que le permitió perder 100 kilos
1 Comentario
Sara Moran
3/8/2022 05:45:17 pm
Quiero aprender mas
Responder
Dejar una respuesta. |
Tu privacidad está a salvo, tu correo no será compartido con nadie
pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
Archivos
Agosto 2022
|