Los libros de citas (conocidos en inglés como commonplaces o commonplace books) eran cuadernos usados para recopilar conocimiento. Académicos, escritores, lectores, científicos; cualquier persona con ambiciones intelectuales era probable que llevara uno. En ellos registraban conceptos, citas, recetas, textos interesantes o inspiradores. Cada libro de citas era único y reflejaba los intereses de su dueño. Su uso se popularizó durante la era de la Ilustración, especialmente en Inglaterra durante el siglo XVII. Destacados personajes de esa época los usaron: el poeta John Milton, los filósofos Bacon y Locke, entre otros, los llevaban con celo y los usaban como una forma de potenciar su memoria. Gracias al libro de citas de Charles Darwin, es posible seguir paso a paso el desarrollo de La Teoría de la Evolución de las Especies en su mente. ¿Porque llevar un libro de citas hoy en día? La respuesta de Séneca “Deberíamos perseguir piezas con enseñanzas útiles y dichos fogosos y nobles que son capaces de práctica aplicación inmediata (alejarse de metáforas arcaicas o rebuscadas, y figuras extravagantes del lenguaje), aprenderlos tan bien que las palabras se conviertan en obras” La escritora Gretchen Rubin también nos anima a llevar uno: “Conserva un libro de citas, tablero de inspiración, álbum de recortes o cajón del sastre para hacer seguimiento de ideas e imágenes. Estas colecciones no solo ayudan a recordar pensamientos, crean mezclas que estimulan la creatividad. El mio tiene 500 páginas a espacio simple. Cuando necesito una sacudida mental, salto sobre él y leo secciones al azar. Siempre ayuda” Los libros de citas son una manera estupenda de ir atesorando esas joyas de sabiduría con las cuales tropezamos día a día. No sólo las ajenas, también las propias. Mientras tomamos una ducha o cuando damos un paseo seguro habremos experimentado la alegría de sentir como llega una idea genial a nuestra mente, bueno, registrarla en un libro de citas es una forma de evitar que esa genialidad se pierda en la niebla del olvido.
Yo empecé el mío hace poco y ha resultado de invaluable utilidad. Antes, mientras escribía luchaba por recordar dónde había leído tal o cual cita; o en qué libro estaba esa historia que es perfecta para el artículo que estaba escribiendo. Ahora todo es más fácil, dispongo de un archivo actualizado que me permite ubicar la información que necesito de manera sencilla. Sin embargo, todavía sigo indeciso sobre cual es la mejor opción de llevarlo: análogo (lápiz y papel) o digital (en mi caso Evernote, aunque existen otras alternativas). Cada uno tiene sus ventajas y desventajas. Por ahora estoy usando ambas, con el tiempo tendré oportunidad de evaluar mejor las dos alternativas y decantarme por una (o no). Escribir en papel favorece que las ideas queden mejor grabadas en nuestra mente, como lo dijo el escritor Raymond Chandler: “cuando tienes que usar tu energía para escribir las palabras, estás más inclinado a hacer que cuenten”. Lo digital también tiene su encanto, y mucho. Evernote te permite etiquetar las notas que vas almacenando, y cuando grabas una nueva te muestra otras similares, lo cual favorece encontrarte con viejas ideas y de esa manera recordarlas y mezclarlas con las más recientes. Cualquiera que sea el método que escojas, lo más importante es que lo uses a menudo, adopta la costumbre de revisar lo que has registrado en el y te aseguro que siempre te encontrarás con agradables sorpresas.
6 Comentarios
¿Es posible ser más creativo? Rotundamente, sí ¿Es fácil ser más creativo? mmm… hasta cierto punto. Pero, antes de seguir con lo que nos hace más creativos, precisemos algunos conceptos. Toda idea novedosa es hija de otras ideas anteriores. María Popova, la escritora responsable del maravilloso blog Brain Pickings lo define así: “Creatividad es combinación, nada es completamente original, todo está construido sobre lo que había antes. Nosotros creamos tomando piezas existentes de inspiración, conocimiento, habilidades e ideas, que reunimos sobre el curso de nuestras vidas y creamos con ellas nuevas combinaciones increíbles.” Albert Einstein pensaba igual. En su libro Mi visión del mundo reconoce la importancia que han tenido las ideas de otras personas en su trabajo y lo expresaba de la siguiente manera: “Pienso mil veces al día que mi vida externa e interna se basa en el trabajo de otros hombres, vivos o muertos.” La base de la creatividad es el conocimiento, las experiencias y las influencias que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra vida, esa es la verdadera fuente de la cual bebemos cuando creamos algo nuevo. Gutenberg reconoció que para la imprenta se inspiró en la prensa del vino y la máquina de acuñar monedas. Según el propio Charles Darwin, la teoría de la evolución de las especies surge de la combinación de sus observaciones de los animales, con las ideas de un ensayo del economista Thomas Malthus sobre sobrepoblación humana. La relación entre conocimiento y creatividad es como el Lego. Entre más bloques tengamos mejores serán nuestras creaciones. Así mismo, cuanto más experiencias, conocimientos, habilidades hayamos plantado en nuestra mente, mayores serán las herramientas con que contemos a la hora de crear. La variedad también es importante, un solo tipo de ficha produce construcciones aburridas. Bloques de distinto color y forma dan origen a obras más interesantes. Un hecho común en muchos genios creativos es la amplitud de sus intereses intelectuales. George Lucas, productor de Star Wars e Indiana Jones, ganó no solo la Medalla Nacional de las Artes[1] en 2012, también ganó la Medalla Nacional de Tecnología[2] en 2004. Sus intereses abarcan: antropología, historia, neurociencia, tecnología digital, entre otros. Leonardo da Vinci era pintor, escultor, arquitecto, escritor, botánico...un verdadero polímata[3].
Ahora que sabemos en qué consiste la creatividad, volvamos al asunto sobre que podemos hacer para ser más creativos. Son muchas las actividades que diferentes investigaciones han probado mejoran la producción de ideas, caminar es una de ellas. Científicos de la Universidad de Stanford encontraron que dar paseos aumentaba la creatividad en promedio 60%. Tener plantas en el lugar de trabajo (no importa si son artificiales) también aumenta la creatividad. Tomar siestas, el hábito Thomas Edison y Salvador Dalí, resulta de gran utilidad. Y algunas otras más. Las anteriores técnicas aumentan la eficiencia con la cual combinamos las fichas de nuestro Lego cultural. De hecho, muchos de los más grandes creadores de todos los tiempos las usaban de manera rutinaria. Pero como ya lo habrás intuido, el factor clave son la experiencias y el conocimiento que vamos acumulando durante nuestra vida. Si no nutrimos nuestra mente tendremos poco material para combinar, por el contrario, si permanecemos curiosos y sedientos de aprender cosas nuevas, pronto estaremos teniendo más y mejores ideas. 1 "Medalla Nacional de las Artes - Wikipedia, la enciclopedia ..." 2008. 1 Jan. 2015 <http://es.wikipedia.org/wiki/Medalla_Nacional_de_las_Artes> 2 "Medalla Nacional de Tecnología e Innovación - Wikipedia ..." 2012. 1 Jan. 2015 <http://es.wikipedia.org/wiki/Medalla_Nacional_de_Tecnolog%C3%ADa_e_Innovaci%C3%B3n> 3 "Polimatía - Wikipedia, la enciclopedia libre." 2005. 31 Dec. 2014 <http://es.wikipedia.org/wiki/Polimat%C3%ADa> |
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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