«Cada vez que lees un buen libro, en algún lugar del mundo se abre una puerta para permitir más luz» —Vera Nazarian Versión en vídeo AQUÍ Todos sabemos que leer es bueno. Es más, leer es de esas cosas que pensamos que deberíamos hacer con más frecuencia (como llamar a nuestros padres y comer más frutas y verduras). Los beneficios de la lectura son indiscutibles; la lectura, por ejemplo, es el gimnasio del cerebro, te ayuda a mantener tu mente en forma y aleja enfermedades como el Alzheimer. Leer ayuda a reducir el estrés; mejora la memoria y la capacidad de concentración; amplía tu vocabulario y te ayuda a ser un comunicador más preciso y eficaz. Y, como si lo anterior fuera poco, a través de la lectura adquieres nuevas ideas que te pueden ayudar a vivir una vida más exitosa y satisfactoria. El verano es una época que nos da un poco de más espacio y podemos leer algún par de libros interesantes mientras tomamos el sol. Ahora bien, una vez decidimos que sí, que vamos a leer más, el siguiente problema es ¿que diablos leo? La lista de posibilidades es interminable; no solo están los libros de moda, esos de los que todo el mundo habla, también están los más antiguos que tal vez llevan años (¿décadas?) en nuestra lista de «algún día que tenga tiempo lo leo». Mi recomendación, siempre leer lo que más curiosidad nos despierte o lo que más necesitemos (lo cual, por lo general, tienden a coincidir). Todos tenemos en nuestra vida aspectos que nos gustaría mejorar: carrera profesional, salud, relaciones, etc. Así que un libro que nos ayude a resolver esos temas tiene muchas probabilidades de capturar nuestra atención. Cuando leemos algo con verdadero interés es cuando más nos aprovecha la lectura. Si nos interesa, prestamos atención; y si estamos atentos, aprendemos mucho más. Resulta que nuestro cerebro decide que almacenar en la memoria de largo plazo con base en la atención que prestamos a algo. Si prestamos poca atención a algo, nuestro cerebro entonces considera que eso no debe ser importante y pronto lo descarta. Pero si algo nos cautiva, el cerebro dice, «esto es importante. Lo guardo». Además, cuando algo nos interesa nuestra mente absorbe el material de forma más eficiente. Por lo tanto, aprendemos más rápido. De esta manera, leer sobre las cosas que más nos interesan es el camino hacia el superaprendizaje y la genialidad. Así que amigo mio, aprovecha el verano para convertirte en un verdadero genio. ¿Te gustó? Recibe gratis artículos con ideas y consejos sobre cómo superarte y ser tu mejor tú. Suscríbete AQUÍ
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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Agosto 2022
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