Preparación, trabajo duro, confianza en uno mismo, liderazgo, optimismo, planear, ser productivo, tomar riesgos, rodearse de los mejores… (tomo un poco de aire). Sigamos: recordar que la vida es corta, tener un propósito, ser pacientes, automotivación, levantarse después de cada caída, perseverancia, creatividad, concentración, resiliencia… Son muchas, muchísimas, las recomendaciones que nos brindan a diario para ser exitosos. Cada 'gurú' tiene su receta. Sin embargo, existe una que parece pasada de moda y con poco 'sex appeal', pero que es una característica recurrente en todo gran líder y personaje de éxito: leer. Con leer no me refiero a tuits, actualizaciones, artículos, blogs (si, este tampoco cuenta). Me refiero a la lectura paciente, profunda y extensa que nos proporcionan los libros. Aquellos largos y pesados (bueno, digitales si cuentan) que, de no mediar un esfuerzo épico, no seríamos capaces de terminar en un día. Charlie Munguer, el millonario socio de Warren Buffet, es una perfecta máquina devoradora de libros. El curtido (y muy exitoso) inversor reconoce sin reparos que gran parte de su éxito se lo debe al colosal tiempo que dedica a la lectura: “En toda mi vida, no he conocido a ninguna persona sabia que no lea todo el tiempo. Ninguna. Cero. Te sorprenderías de lo mucho que lee Warren, y lo mucho que leo yo. Mis hijos se burlan de mi. Piensan que soy un libro con un par de piernas que salen de él” La pareja de inversores no es el único caso. Walt Disney al ser preguntado por el secreto de su éxito afirmó: “hay más tesoros en los libros que en todos los botines piratas de la Isla del Tesoro”. Michael Moritz, el inversor de riesgo que edificó una fortuna de 1.500 millones de dólares haciendo descubrimientos de la talla de Google, YouTube, Yahoo y PayPal es otro gran lector y comenta con humor: “mi esposa me llama la Imelda Marcos de los libros, porque tan pronto como un libro entra en nuestro hogar, tiene asegurado un lugar permanente en nuestras vidas”. En ocasiones, encontramos difícil motivarnos a leer porque olvidamos el propósito de la lectura: “[Leer] no es solo por diversión. La humanidad ha estado acumulando su conocimiento en forma de libros por más de 5.000 años. Eso significa que cualquier cosa sobre la que estés trabajando en este momento, cualquier problema con el que estás luchando, probablemente ha sido encarado en algún libro por alguien mucho más inteligente que tu. Ahórrate la molestia de aprender mediante ensayo y error. Beneficiate de la perspectiva del autor”. Aconseja Ryan Holliday, estratega de medios de comunicación y escritor. Sin embargo el propósito de la lectura no es sólo acumular conocimiento. La lectura nos ayuda a entendernos a nosotros mismo, a encontrar significado y hacer nuestra vida mejor. La literatura, por ejemplo, ayuda a las personas a desarrollar una mayor empatía, son capaces de entender y ponerse en el lugar de los demás. La literatura nos permite conocer lo que otros viven y sienten, y nos ayuda a escapar de la limitación de tener que vivir una sola vida. C. S. Lewis, autor de La Crónicas de Narnia, nos habla sobre vivir más vidas que la nuestra a través de los libros: “Aquellos de nosotros que hemos sido verdaderos lectores toda nuestra vida, rara vez nos damos cuenta plenamente de la enorme extensión de nuestra existencia que le debemos a los autores. Lo comprendemos mejor cuando hablamos con un amigo poco leído. Él puede estar lleno de bondad y buen sentido, pero él habita un mundo pequeño. En el, nos sentiríamos sofocados. El hombre que está contento de ser sólo el mismo, y por lo tanto, menos de lo que podría ser, se encuentra en una prisión. Mis ojos no son suficientes para mí, veré a través de los ojos de los demás. En realidad, ver a través de los ojos de muchos no es suficiente. Veré lo que otros han inventado. Aún los ojos de toda la humanidad no son suficientes. Lamento que los animales no puedan escribir libros. Muy gustosamente quisiera saber a las cosas que se enfrenta un ratón o una abeja; y con mayor gusto, aún, percibiría el mundo olfativo cargado con toda la información y la emoción que conlleva ser un perro” Los beneficios de la lectura no son sólo intelectuales o emocionales, también son físicos. Las personas que leen con regularidad sufren menos estrés (investigaciones ha demostrado el poder relajante de la lectura). También tienen una menor tasa de enfermedades mentales como el Alzheimer. Incluso, personas con pobres hábitos de lectura son más propensas a ser menos saludables que aquellas que leen más, simplemente porque disponen de menor información acerca de cómo cuidarse.
Todos deberíamos asumir la lectura como una actividad diaria y necesaria, como lavarnos los dientes, comer o dormir. La falta de tiempo no debería ser una excusa, las estadísticas sobre el tiempo que pasamos viendo televisión o en la redes sociales demuestran que tenemos espacio para la lectura. Como lo dijo Confucio hace siglos: “no importa cuan ocupado tu piensas que eres, debes encontrar tiempo para la lectura, o entregarte a la ignorancia autoimpuesta”, y eso es algo que no te puedes permitir.
3 Comentarios
16/2/2015 10:30:18 pm
La verdad es que me encantaría leer más, aunque soy de los que anda enganchado a Twitter y a mi feed RSS, leyendo blogs tan interesante como éste ;).
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Pablo
17/2/2015 03:18:58 am
Las biografías también son mis grandes olvidadas. Este año espero leerme alguna. Me han recomendado mucho las de Walter Isaacson, biografo de Steve Jobs, Benjamin Franklin, entre otros. El año pasado publicó Los Innovadores, que está listado entre los mejores libros del año. También lo tengo apuntado.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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