"Si el camino es hermoso, no preguntemos hacia dónde nos lleva" —Anatole France
Nada que valga la pena y que nos haga sentir orgullosos y satisfechos se consigue de un día para otro.
No apreciamos aquello que se obtiene rápido y sin esfuerzo. La cantidad de trabajo y tiempo invertido es lo que le da valor a los objetivos que conseguimos. Sin embargo, una y otra vez fallamos en entender esto y por ello andamos a la caza de atajos, pócimas mágicas y ‘hackeos’. Cuando nos comprometemos con un objetivo de largo plazo, como desarrollar un cuerpo atlético, adquirir una habilidad compleja, escribir un libro, alcanzar la calma mediante la meditación, debemos aprender a disfrutar del proceso y no solo del resultado. Si solo hallamos satisfacción en el logro del objetivo, seremos infelices durante todo el camino hasta ahí. El popular autor y emprendedor, Tim Ferris, estaba practicando un complejo ejercicio de gimnasia y se sentía frustrado por el escaso avance que observaba. Escribió a su entrenador en busca de consuelo y la respuesta de este no tiene desperdicio: Vía Tools of Titans: Hola Tim,
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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Agosto 2022
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