Las empresas son, por definición, una competencia por equipos, la variedad y complejidad de las labores que hay que llevar a cabo, exigen el concurso de personas con diferentes talentos. Nadie tiene todas las respuestas y nadie puede hacer todo por sí solo. Las posibilidades de éxito, como ocurre en cualquier equipo, se multiplican cuando quienes forman parte del grupo están motivados y comprometidos. Sin embargo la realidad es otra, de acuerdo con datos de Gallup sólo el 13% de los trabajadores se siente comprometido con su trabajo. Es como si en un equipo de fútbol un sólo jugador entrara a la cancha motivado; otro, medio motivado, y el resto, apenas se presentan. ¿Posibilidades de éxito? pocas, muy pocas. Es una prioridad de quienes lideran, crear las condiciones para que su grupo esté dispuesto a poner sobre la mesa lo mejor que tienen. Para ello, deberán sentirse incluidos y seguros al expresar sus ideas. Por el contrario, cuando sentimos que nuestros puntos de vista no son apreciados dejamos de expresarlos, eso deteriora el desempeño del grupo. La humildad es un factor crítico a la hora de crear ambientes donde todos se sienten bienvenidos. Un estudio de Catalyst señala que cuando el líder es percibido como una persona humilde y generosa, sus colaboradores reaccionan de manera positiva: encuentran mayor sentido a su trabajo, desean participar en la toma de decisiones, sienten más confianza y mayor autonomía. También se sienten más motivados a colaborar y compartir información. Quienes aceptan la crítica y aprenden de sus errores. Alientan a otros para que aprendan y crezcan. Toman riesgos personales en beneficio del bien común, son percibidos como líderes humildes. Estos no sólo crean el espacio para que otros aporten, también reconocen que no tienen todas las respuestas y están dispuestos a aprender. Las doctoras Jeanine Prime y Elizabeth Salib en un artículo en Harvard Business Review, señalan cuatro formas concretas de adoptar un estilo de liderazgo generoso que favorezca el compromiso de todo el equipo.
Un líder generoso no debe ser confundido como débil. Requiere un tremendo coraje practicar la humildad en la forma descrita arriba. Lamentablemente, esta clase de coraje no es siempre reconocido en las organizaciones. Antes de seleccionar a aquellos diestros en promocionarse a sí mismos, las empresas serían más inteligentes siguiendo el ejemplo de compañías como Google, Rockwell Automation y otras, que están repensando cómo actúan los líderes efectivos.[1] [1] "The Best Leaders Are Humble Leaders." 2014. 4 Dec. 2014 <https://hbr.org/2014/05/the-best-leaders-are-humble-leaders/>
4 Comentarios
nathalie gutierrez
7/12/2014 05:54:00 am
Excelente, buen punto a tratar, trabajo en una oficina en la que todos somos contadores y la que dirige la oficina es economista, ella ya de oficio conoce y maneja los terminos contables pero a mi manera de ver las cosas no la dirige como tu mencionas aca, cre que le hace falta humildad, no transmite informacion, a veces no se si es porque no la sabe o por egoismo, pero bueno cada quien a su manera, me gusto mucho tu blog, FELICITACIONES Y EXITOS
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Pablo
7/12/2014 08:16:47 am
Nathalie muchas gracias por tu comentario y tus buenos deseos, aprecio mucho eso.
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Víctor Cervantes
29/1/2015 11:18:22 pm
Excelente artículo. Con su permiso lo he compartido con otras personas, me ha parecido apropiado hacerlo con el fin de difundir el buen conocimiento
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Pablo
30/1/2015 02:34:28 am
Muchas gracias por compartirlo Víctor. Me honra mucho tu gesto.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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