En lugar de buscar la perfección, busca mejorar continuamente.
Disruptivo es el que rompe o interrumpe algo de manera brusca. Aquel que cambia de forma radical la manera como se hacen las cosas y establece un nuevo estándar.
Steve Jobs fue disruptivo. Con el iPod y iTunes acabó con una gran parte del negocio de las disqueras y las tiendas de música. Elon Musk es el más disruptivo de hoy. Sus empresas está meneando cuanta industria se le pasa por la cabeza, desde los coches eléctricos hasta los viajes al espacio. Ser disruptivo es una buena opción para conseguir fama y fortuna. ¿Quién no querría estar al lado de semejantes leyendas? Sin embargo, hay un campo donde ser disruptivo es una invitación a fracasar: el desarrollo personal. Resulta que cuando queremos cambiar, adoptar nuevos y mejores hábitos; adquirir nuevas habilidades; fortalecer nuestras relaciones... pretender cambiarlo todo de golpe es una forma casi segura de fracasar. Todos hemos tenido esos momentos en los cuales decidimos que no podemos seguir igual, "esto hay que cambiarlo ya". Quizá necesitamos perder unos kilos o ser más productivos o cualquier otra cosa. Así que leemos unos cuantos blogs, descargamos la app que promete resultados inmediatos y compramos nuevo equipamiento. La imagen de un futuro mucho mejor se nos presenta con total nitidez y nos decimos: “esta vez será diferente, esta vez sí lo voy a lograr”. Y entonces... llega el jueves. Los colegas de la oficina deciden al medio día ir por unas hamburguesas, y bueno, como ya llevamos cuatro días con los cambios, está bien darnos un pequeño respiro. El viernes son unas copas... El fin de semana “es que es tan difícil… mejor continúo el lunes”. En pocas semanas nuestro intento por ser disruptivos con nosotros mismos es un total fracaso. Dejándonos peor que antes, no avanzamos nada y la confianza en nosotros mismos ha sufrido severos daños. Resulta que los hábitos, buenos o malos, se forman gracias a pequeñas acciones llevadas a cabo de forma constante. Lo mismo aplica para el éxito y el fracaso. Ninguno se debe a un gran evento: son la suma de pequeñas decisiones que se van acumulando lo que conduce a uno u otro. En lugar entonces de enfocarnos en grandes cambios en cortos periodos de tiempo, es preferible realizar pequeños cambios que poco a poco, día a día, nos lleven al gran cambio que queremos. Todo lo que necesitamos es mejorar 1% cada día. Si, eso estodo: 1%. Al principio el cambio será pequeño, incluso, difícil de notar, pero a medida que pasa el tiempo, estas pequeñas mejoras se van acumulando y, de repente, nos encontramos con que hay una gran diferencia entre lo que éramos unos meses o años atrás, con lo que somos hoy. Si insistes en que quieres cambiar YA, no funcionará. No vas a dejar de ser malhumorado y convertirte en un manantial de paciencia mañana. Tampoco te pondrás en forma mañana, ni pasado. Pero si evitas la tentación de querer obtener grandes resultados de un día para otro, y te concentras en mejorar un poco todos los días, el éxito llegará. “Pequeños golpes derriban al gran roble”, dijo Benjamin Franklin. John Wooden, el legendario entrenador de baloncesto lo expresaba así: Cuando mejoras un poco cada día, finalmente ocurren grandes cosas. Cuando mejoras tu acondicionamiento un poco todos los días, con el tiempo tendrás una gran forma física. No mañana, no al día siguiente, pero con el tiempo tendrás una gran ganancia. No busques la gran mejora rápida. Busca la pequeña mejora de hecha cada día. Esa es la única forma en que va a ocurrir y, cuando ocurre, perdura.
La regla del 1% funciona para todo hábito que deseas adoptar. ¿Quieres empezar a correr? Sal y corre un minuto, mañana dos, pasado tres. En un mes estarás corriendo 30 minutos seguidos.
¿Difícil? Entonces corre 30 segundos, al día siguiente agrega otros 30. En sólo cuatro meses estarás corriendo una hora continua, eso es más de lo que el 90% de las personas puede hacer. Todos los días podemos mejorar: leer un poco más, comer un poco mejor (solo un poco), caminar un poco más, ser más pacientes. El truco es empezar por muy poco e ir aumentando despacio. Si, ser disruptivo es la caña, yo también quiero serlo, pero en cuanto a mi crecimiento personal, prefiero ir paso a paso. 1% cada día.
1 Comentario
Germán Parella
16/11/2015 05:44:41 pm
Cuanta razón y sabiduría hay en aplicar una pequeña mejora cada día en lugar del planteo de un gran cambio.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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