"El mayor bien que puedes hacer a otro no es solo compartir tus riquezas, sino ayudarle a descubrir las suyas" —Benjamin Disraeli
Que de los errores se aprende, no hay ninguna duda. Aunque también hay que decir que para aprender de ellos, primero, debemos querer hacerlo.
Muchas veces, por diversas razones, permanecemos atrapados, girando en círculos, cometiendo el mismo error una y otra vez. Pero si reconocemos la equivocación y APLICAMOS las acciones correctivas necesarias, los errores que cometemos se convierten en poderosos instrumentos sobre los cuales edificamos nuestra grandeza. No existe ningún gran líder, emprendedor o innovador que no haya cometido múltiples. Cuando nos lanzamos a hacer cosas creativas, audaces o difíciles, la posibilidad de fallar siempre está presente. Por otro lado, quienes tienen como prioridad máxima no cometer errores, jamás podrán liderar iniciativas de cambio. El cambio es incertidumbre, y la incertidumbre paraliza a quienes solo desean jugar seguro. Con los errores podemos contar, no es cuestión de si los vamos a cometer, eso está dado; la cuestión es cuando. Ahora bien, algo maravilloso del aprendizaje que obtenemos de las equivocaciones es que estas no tiene porqué ser solo las nuestras. Es posible (¡y preferible!) aprender de los errores ajenos. Por ello, contar con alguien en nuestra esquina (un mentor, un coach, un consejero), que haya recorrido antes la misma senda que deseamos recorrer, puede significar un enorme ahorro de tiempo, recursos y disgustos. Un guía bien informado nos puede llevar de A hasta B, directo y sin escalas. Pero si insistimos en descubrirlo todo mediante investigación, prueba y error; podemos tardar años en lograr algo que de otra manera podríamos conseguir en meses. Cuando debido a la crisis me vi en la necesidad de reinventarme, empecé el proceso como quien busca el interruptor en una habitación oscura, a tientas, palpando en cada rincón donde podía encender la luz. Por fortuna, después de cientos de libros y miles de horas de práctica en mi mismo, la luz apareció. Descubrí cuál es el rumbo que quiero darle a mi vida, que significa PARA MÍ vivir una gran vida y el tipo de persona en que YO me quiero convertir. Y, más importante aún, descubrí que funciona y que no en ese proceso. Como se puede llevar a cabo de manera directa y eficaz. En unas cuantas semanas, ¡no en años! Echando la vista hacia atrás, aunque valoro todo lo aprendido, me doy cuenta de que si hubiera contado con la ayuda de alguien, que hubiera pasado por lo mismo, me habría ahorrado un montón de tiempo. El camino hacia la realización personal no tiene porque ser (tan) confuso. Si, hay desafíos, pero no es indispensable luchar durante cinco o diez años. Si mediante la guía de una mano diestra podemos llegar a nuestro destino en semanas, eso es un enorme ahorro de tiempo. Son muchas las salidas en falso, los giros equivocados y el caos que se podría evitar gracias a un consejo oportuno. Hasta hace poco tiempo, contar con los servicios de un coach o un mentor, era asociado con debilidad, a quien le asignaban uno era porque andaba flojo. Pero eso ha cambiado. Ahora es muy común que los directivos de las empresas empresas más grandes del mundo cuenten con un equipo de consejeros que los ayuden a navegar por las turbulentas aguas actuales. Esto opina Ram Charan, uno de los expertos mundiales en temas de liderazgo: No hay duda de que los futuros líderes necesitarán coaching constante. A medida que el entorno de los negocios se vuelve más complejo, cada vez se recurre más a profesionales que puedan ayudar a entender cómo actuar. El tipo de coaches de los que estoy hablando harán más que influenciar comportamientos; serán parte esencial del proceso de aprendizaje del líder, proporcionando conocimiento, opiniones y juicio en áreas críticas.
La ciencia respalda las palabras de Charan.
Hace unas décadas las investigaciones del psicólogo Benjamin Bloom, experto en la adquisición de maestría, encontraron que contar con la colaboración de un tutor era dos veces más efectivo que cualquier otra forma de educación. Lo que hacen los coaches es tomar sus experiencias, buenas y malas, destilarlas y transmitir sus lecciones. Si escuchas a un buen consejero, o cuentas con la metodología correcta, estarás un paso más cerca de alcanzar tus metas. En el cambiante mundo de hoy, la capacidad de aprender y obtener resultados más rápido, es la ventaja competitiva más importante que podemos adquirir, así que contar con alguien en tu esquina dispuesto a ayudarte, puede marcar una enorme diferencia. ************** P.D. En estos momentos estoy terminando un enorme proyecto en el cual vengo trabajando desde hace varios años. Se trata de ayudar a las personas a establecer y alcanzar las metas que les permitan llevar su vida a otro nivel, el nivel de sus sueños. Si estás interesado, permanece en sintonía. Pronto más noticias.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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