"Para los más ambiciosos jóvenes, la escalera corporativa está obsoleta"
Paul Graham es emprendedor, escritor e inversor. En 2004 publicó un libro donde recopila algunos de sus ensayos, Hackers and Painters, el cual fue muy bien recomendado por la crítica —todavía no lo he leído, pero espero hacerlo pronto—; en 2005 fundó Y Combinator, firma de capital semilla que fue nombrada por la Revista Forbes como la mejor incubadora y aceleradora del mundo. Mejor dicho, éxito no le falta.
Hace poco descubrí uno de sus ensayos, Como hacer lo que amas, cuya lectura recomiendo en su totalidad. En el ensayo Graham aborda tres temas: trabajo no necesariamente debe significar dolor; porque es tan difícil hacer lo que amas y que hacer para dedicarte a aquello que amas. Desde muy pequeños nos han dicho que trabajar es un castigo, el castigo que todos debemos soportar debido a la imprudencia de Adán cuando probó la manzana: Hacer lo que amas es complicado. La idea misma es ajena a lo que la mayoría de nosotros aprendimos cuando niños. Cuando yo era niño, parecía como si el trabajo y la diversión fueran opuestos por definición.
A que dedicar nuestra vida es una decisión difícil que debe ser tomada por un adolescente con información incompleta y que está expuesto a dos influencias que pueden perjudicar su buen juicio: el prestigio y el dinero.
PRESTIGIO Lo que no debes hacer, creo yo, es preocuparte por la opinión de nadie, más allá de tus amigos. No deberías preocuparte por el prestigio. El prestigio es la opinión del resto del mundo. En tanto puedas pedir las opiniones de la gente cuyo juicio respetas, ¿qué añade considerar opiniones de gente que ni siquiera conoces?
DINERO
El consejo de los padres tiende a errar por el lado del dinero. Creo que es seguro decir que hay más estudiantes universitarios que quieren ser novelistas y cuyos padres desean que sean médicos, que los que quieren ser médicos y cuyos padres desean que sean novelistas. Los niños piensan que sus padres son "materialistas." No necesariamente. Todos los padres tienden a ser más conservadores para con sus hijos de lo que serían para sí mismos, simplemente porque, como padres, comparten más los riesgos que las recompensas. Si tu hijo de ocho años decide subirse a un árbol alto, o tu hija adolescente decide salir con el chico malo del barrio, no participas de la emoción, pero si tu hijo se cae, o tu hija queda embarazada, tendrás que lidiar con las consecuencias.
Ante estas dos poderosas influencias ¿como saber si algo realmente te gusta o te encuentras bajo el hechizo del dinero y el prestigio?
Con fuerzas tan poderosas desviándonos del camino, no es sorprendente que nos resulte tan difícil descubrir en qué nos gustaría trabajar. La mayoría de las personas son condenadas desde la infancia, al aceptar el axioma de que trabajo = dolor. Los que escapan a esto son casi todos tentados a confundirse por el prestigio o el dinero. ¿Cuántos descubren en lo que aman trabajar? Unos cientos de miles, tal vez, de miles de millones.
Descubrir lo que amas hacer es el primer paso. Muchas personas encallan aquí, descubren lo que aman, pero desisten de seguir adelante debido a que encuentran abrumador el esfuerzo requerido para vivir su vocación.
Por supuesto, averiguar en qué te gusta trabajar no quiere decir que te pondrás a trabajar en ello. Esa es una cuestión aparte. Y si eres ambicioso tienes que mantenerlas separadas: tienes que hacer un esfuerzo consciente por evitar que lo que ‘parece posible’ contamine lo que 'quieres ser'.
Graham argumenta que el principal obstáculo que nos impide dedicarnos a lo que nos gusta es la necesidad de ganarnos la vida, pagar las facturas del mes. Para sortear esta dificultad nos presenta dos rutas:
Hay otra razón por la cual "no todos pueden hacer el trabajo que aman" que es muy cierta. Uno tiene que ganarse la vida, y es difícil que se te pague por hacer el trabajo que amas. [Sin embargo] Hay dos rutas hacia ese destino:
¿Qué ruta escoger?
Eso depende de que tan seguro estas acerca de lo que quieres hacer, que tan bueno eres recibiendo ordenes, cuanto riesgo puedes soportar y las probabilidades de que alguien pagaría (en tu vida) por lo que quieres hacer. Si estás seguro del área en que deseas trabajar y es algo por lo que la gente estaría dispuesta a pagarte, entonces probablemente debas tomar la ruta orgánica. Pero si no sabes en lo que quieres trabajar, o no te gusta recibir órdenes, es posible que desees tomar la ruta de los dos trabajos, si puedes sobrellevar el riesgo.
Como lo dije antes Como hacer lo que amas merece ser leído en su totalidad, no obstante espero hayas disfrutado de este (no tan) pequeño extracto.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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