La capacidad de hacer predicciones es clave para nuestra supervivencia, necesitamos saber qué viene adelante para de esa manera evitar situaciones que nos pongan en peligro. La incertidumbre, por el contrario, es algo que el cerebro rechaza pues la encuentra molesta, provoca desasosiego. La perenne necesidad de certeza es la responsable de que en ocasiones no nos aventuremos a descubrir cosas nuevas. Por ejemplo, a la hora de escoger que cenar en un restaurante apostamos a caballo ganador y pedimos lo de siempre, lo que sabemos nos gusta, renunciamos a explorar otras posibilidades que pueden sorprendernos y deleitarnos. Otras, hace que permanezcamos atados a empleos que detestamos pues ahí nos sentimos seguros y atemoriza andar nuevos caminos. Para hacer el mundo más predecible nos obsesionamos con hechos, datos, extrapolamos tendencias, hacemos previsiones y planeaciones estratégicas. Apostar por lo predecible y evitar lo desconocido ha causado serios disgustos a muchísimas empresas. Kodak, a pesar de haber desarrollado la tecnología, no se aventuró en el desconocido mundo de la fotografía digital y su negocio se esfumó ¡pumba! La industria de la música se negó a cambiar la forma de vender los CD (too risky) y se vió sorprendida cuando Apple, a través de itunes, empezó a vender no los álbumes completos si no las canciones individualmente. Hoy todos queremos innovar, ¡innovar o morir! gritan desde los balcones de sus oficinas los directivos a las tropas. Sin embargo, a la hora de decidir sobre la financiación de una nueva iniciativa seguimos exigiendo pruebas, tenemos la necesidad de probar lo que no se puede probar. No es posible crear algo nuevo y justificarlo con datos que no existen. “El futuro es acerca de la imaginación, no de mediciones. Para imaginar el futuro, tenemos que mirar más allá de las variables medibles, más allá de lo que puede ser probado con datos del pasado” escribe Roger Martin autor de libros de obligada consulta por todo aquel que quiera conocer sobre estrategia. Al principio de todo proyecto que busque innovar siempre existirá un periodo de incertidumbre, un periodo de exploración en el cual vagamos e investigamos libremente,y donde debemos evitar, por todos los medios, saltar precipitadamente a la primera solución que aparezca, porque cuando lo hacemos, evitamos tropezar con otras soluciones o alternativas que pueden derivar en una mejor solución. “Suprima la lucha y posiblemente habrá empequeñecido el posible resultado creativo. Elimine ir tropezando caóticamente sobre cosas y se habrá robado usted mismo la materia prima que alimenta la imaginación. Un agradecimiento especial a las fuentes de donde me nutrí
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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Agosto 2022
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