"Todo el mundo es igual en su inconfesada creencia de que, en el fondo, son diferentes a los demás" —David Foster Wallace
En 2005, el ya fallecido autor norteamericano David Foster Wallace dio un magnífico discurso de graduación en el Kenyon College que se ha conocido como “Esto es agua”.
En el discurso Wallace invitaba a los estudiantes a aprender a pensar. Lo cual significaba para el autor abandonar la egocéntrica visión del mundo que utilizamos por defecto. “Aprender cómo pensar” significa ser sólo un poco menos arrogante. Tener sólo un poco de conciencia crítica sobre mí mismo y mis certidumbres. Porque un amplio porcentaje de las cosas sobre las que tiendo a estar automáticamente seguro resultan ser totalmente engañosas y erróneas. Yo he aprendido esto de la manera difícil, como predigo que os pasará a vosotros, graduados, también.
Para ilustrar su punto Foster Wallace utiliza en el discurso varios casos de la vida cotidiana. Cuando alguien nos cierra el paso en una autopista, por ejemplo, tendemos a enfurecernos y considerar al otro como un estúpido inepto.
Sin embargo, puede ocurrir que esa persona que nos cerró, en lugar de ser un inepto se dirija hacia el hospital en el que su hijo se encuentra grave después de sufrir un accidente. O quizá la irritante señora que está gritando a su hijo en el supermercado es habitualmente una madre muy afectuosa, pero esa semana puede estar exhausta por haber tenido que cuidar a un familiar enfermo de cáncer. A mi me ha pasado, por ejemplo, que cuando alguien no me saluda con amabilidad pienso que esa persona es engreída o antipática. Pero luego, cuando la conozco un poco mejor, me doy cuenta que es tímida, no engreída. En el libro de Barry Schwartz, ¿Por qué trabajamos? hay una historia que me recordó el consejo de David Foster Wallace de ponerse en la posición de los demás. La empatía nos hace más humanos: Luke trabaja en labores de limpieza en un importante hospital universitario. En una entrevista con la investigadora Amy Wrzesniewski y sus colaboradores... relató un incidente en el que limpió la habitación de un paciente joven que se encontraba en coma dos veces. Ya lo había hecho una vez, pero el padre del paciente, que había estado cuidando a su hijo durante meses, no había visto a Luke limpiar la habitación y le había reñido. Luke la limpió de nuevo. De buen agrado. ¿Por qué? Luke lo explicó así:
Intentar entender la situación de los demás le abre la puerta a la empatía y a la compasión.
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2 Comentarios
Carlos Pérez
11/12/2016 06:05:44 pm
Como todo lo que escribes no puedo estar más de acuerdo.
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Pablo Arango
12/12/2016 10:36:26 pm
Ese es el camino Carlos. ¡Enhorabuena!
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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