"No importa que tan rápido vayas mientras no te detengas" — Confucio
Dado que aprender es una de mis pasiones, el día que a mi correo llegó información sobre un curso online impartido por la Universidad de California sobre aprender a aprender, no lo dudé y me inscribí (como era gratis, mejor que mejor).
El curso resultó una delicia y lleno de información aplicable. Un consejo sobre el cual los formadores hicieron mucho énfasis fue en la necesidad de darle tiempo al cerebro para procesar y asentar la información. Es decir, no es lo mismo estudiar un contenido siete horas en un día, que estudiarlo una hora durante siete días. La última opción es mejor, permite al cerebro almacenar la información de manera más durable. Apurar el material de estudio durante el último día puede ayudar a pasar el examen, pero ese conocimiento probablemente no durará. Dado que aprendemos para liderar y no por una nota, embutirse el libro a última hora no es la mejor opción. Leer es para mi la forma más eficiente y divertida de aprender; aunque me mortifica que mi lista de libros por leer crece a velocidad supersónica mientras que la de libros leídos avanza a paso de carroza en carnaval. Debido a ello, siempre me ha seducido la idea de aprender a leer rápido. Sin embargo, cuando pienso en ello, y gracias al curso sobre como aprender, me entra la duda de si leer de esa forma permite comprender y retener lo que se está aprendiendo. La respuesta es: NO. Resulta que los más ilustres participantes en los concursos mundiales de lectura rápida comprenden entre el 40 y el 50 por ciento de lo que leen. Ese solo dato echó por tierra mis esperanzas de ponerme al día con mi lista de libros pendientes. Como tu y yo no leemos para ganar concursos ni para alardear, comprender solo el 50% de lo leído es casi un crimen. John Wanamaker, uno de los pioneros del marketing decía: “la mitad del dinero que invierto en marketing es un desperdicio, lo malo es que no sé cuál mitad”. Si recordamos sólo la mitad de lo que leemos, ¿cómo podemos estar seguros de que la parte que nos queda es la que vale? Profundizando un poco más encontré que las razones por las cuales la lectura rápida no funciona son principalmente dos, una física y otra mental. La física. El parte del ojo que permite captar detalles es una pequeña área (0,33 milímetros) llamada fóvea . La fóvea permite enfocar con detalle hasta 18 letras, esto no se puede mejorar con entrenamiento, razones físicas lo impiden. Muchas de las técnicas de lectura rápida basan sus argumentos en una supuesta ampliación del campo visual, como acabamos de ver, eso no es posible. La mental. La memoria de trabajo de las personas puede almacenar hasta 4 o 5 fragmentos de información a la vez (un dato: los monos pueden almacenar 3, así que la ventaja que les llevamos no es tan grande). Leer 1.000 o 2.000 palabras por minuto significa que tendríamos que lidiar con mucho más de cinco fragmentos de información a la vez para poder retener la información. Las investigaciones señalan que no es posible. Nadie es capaz de leer por encima de 400 palabras comprendiendo el 100% del texto, y aquellos que leen 600 palabras comprenden alrededor del 75%. Incluso los lectores más avezados se ven obligados por momentos a reducir su velocidad. Un estudio llevado a cabo con los profesores de la Universidad de Michigan encontró que cuando abordaban material difícil, los profesores leían en promedio a 300 palabras por minuto, una velocidad muy normalita. Lo mismo ocurre cuando el texto nos resulta interesante o placentero, si estamos disfrutando una novela disminuimos la velocidad de lectura. Mejor dicho, paramos a deleitarnos. Sin embargo, si existe una forma de leer realmente rápido. Cuando conoces muy bien el asunto sobre el que trata el texto (algo que le ocurre con frecuencia a los expertos) puedes saltar párrafos e incluso páginas enteras porque ya dominas muchos de los conceptos que van apareciendo, no es necesario aprenderlos de nuevo. Yo, por ejemplo, cada que me encuentro en un libro de innovación o creatividad la historia de los Post-it, me la salto, eso en muchas ocasiones significa tres o cuatro páginas ahorradas. En conclusión, si quieres leer verdaderamente rápido no queda otra que leer mucho y convertirte en un experto en el tema que estás leyendo. Warren Buffett, lector como pocos, comentó que el tardó casi 10 años en poder leer rápido información sobre inversiones. Leer es un placer y como tal hay que disfrutarlo. Ahora bien, yo me pregunto ¿Estaría alguien interesado en aprender a engullir la comida y dejar de saborearla? o ¿pagarías para que te enseñaran a hacer el amor más rápido?... ya lo pillaste. Nos leemos pronto. Despacito.
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5 Comentarios
7/7/2015 03:16:49 am
El objetivo de la lectura rápida no es enterarse de todo, sino de hacer una idea general de lo que se ha leído.
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Pablo
8/7/2015 05:14:40 am
Eso es cierto, la lectura rápida es muy útil como primera aproximación a un texto.
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Manuel
23/9/2015 10:40:51 pm
Lectura rápida para mi son 400 ppp o 500 en segundas lecturas. como dicen los compis, Como te exige un poco mas de atención aumenta tu motivación sobre todo en asuntos que no te interesan.
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Manuel
24/9/2015 09:47:41 pm
Hola Manuel.
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Juan Sebastian
28/4/2020 05:06:30 pm
Estoy totalmente de acuerdo! Muy buen post
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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