"Paciencia es esperar. Pero no esperar pasivamente, eso es pereza. Sino continuar cuando avanzar es difícil y lento. Eso paciencia" —Autor desconocido
Esta historia, contada por Nikos Kazantzakis en su libro Zorba el Griego, me dejó pensando:
Una mañana ... descubrí un capullo en la corteza de un árbol, justo en ese momento la mariposa estaba preparándose para salir, haciendo un agujero en su envoltorio. Esperé un rato, pero estaba tardando mucho y me impacienté. Me incliné sobre ella y empecé a calentarla con mi aliento. La calenté lo más rápido que pude y el milagro comenzó a pasar ante mis ojos, más rápido que la vida. La envoltura se abrió y la mariposa empezó a gatear lentamente, nunca olvidaré mi angustia cuando vi cómo sus alas estaban dobladas hacia atrás y arrugadas. La desdichada mariposa intentó con toda su energía desplegarlas. Me incliné sobre ella para intentar ayudarla con mi aliento. Fue en vano.
Y aquí mi reflexión…
Hay cosas en la vida que simplemente no podemos apresurar. Proyectos que si nos empecinamos en que rindan sus frutos antes de tiempo, no haremos sino arruinarlos con nuestra impaciencia. Es, por ejemplo, el caso del dueño de restaurante que, tras un éxito inicial, y con el fin de aumentar con rapidez sus beneficios, añade más mesas y arruina su magia. O el que pretende perder peso a toda velocidad, y recurre entonces a dietas milagro o pastillas de dudosa seguridad, arriesgándose a causar más daño sobre su salud del que intenta reparar. También puede ocurrir cuando deseamos apresurar nuestro desarrollo personal. Si nos imponemos plazos imposibles de cumplir, podemos terminar pensando que somos incapaces de cambiar y dándonos por vencidos. Y en realidad lo único que nos hacía falta era un poco de paciencia y perseverancia. Es una pena, pero ocurre: “La mayoría de las personas renuncian justo cuando están a punto de lograr el éxito. Abandonaron en el último minuto de juego, a un pie de distancia de la meta”, afirmó Ross Perot. Cada uno de nosotros, al igual que la mariposa, necesitamos tiempo para alcanzar nuestro potencial y desplegar toda la majestuosidad que nos es propia. Carácter, sabiduría, paciencia, amabilidad, humildad… son cosas que vamos desarrollando poco a poco. No las obtenemos con un viaje al centro comercial. Evolucionar toma tiempo y esfuerzo, y no siempre progresamos. Nuestro avance en todo momento no es hacia arriba y hacia adelante, como muy atinadamente señala Parker Palmer en su libro A Hidden Wholeness (Una integridad oculta): No sé a quién se le ocurrió la frase "Cada día, en todos los aspectos, me estoy haciendo mejor y mejor", imagino que él o ella debe haber tenido una vida fantástica. En los sesenta y cinco años que llevo en la tierra, mi trayecto nunca ha sido solo hacia adelante y hacia arriba. Siempre ha habido altibajos y retrocesos. Durante un tiempo sigo fielmente el rumbo que me señala mi verdadero yo. Pero luego lo pierdo y me encuentro de nuevo en la oscuridad donde el miedo me lleva a buscar de nuevo mi camino.
Pero a diferencia de la mariposa, nuestra magnificencia no se forja dentro del suave y cálido interior de un capullo. No es la caricia tierna del benévolo sol primaveral lo que produce grandes seres humanos.
Es la permanente exposición a la dureza propia de la vida la que tiempla nuestras alas. Es el viento frío de la adversidad el que endurece nuestra piel. Son los tropiezos, las decepciones y el sufrimiento acumulado los que pulen el alma y la hacen brillar. Pero nada de esto ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso cuya duración depende de cada uno. Cada viaje es único. No existe un plazo estándar, porque no existen dos vidas iguales. Pero esta es solo una interpretación de las muchas posibles para la historia de la malograda mariposa. Si tienes una diferente, me encantaría conocerla. Puedes compartirla en los comentarios.
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4 Comentarios
Fernando Gonzalez
24/4/2017 06:16:41 am
Maravillosa historia presisamente ahorita estoy luchando por una vacante en mi trabajo sería un ascenso muy bueno pero me da aliento saber que todo debe ser a su tiempo ...Muy grato es seguir leyendo tus pensamientos Pablo te deseo lo mejor...
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Pablo Arango
25/4/2017 06:28:17 pm
Me alegra un montón Fernando que te haya gustado. Y, bueno, mucha suerte con la promoción, te deseo lo mejor.
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Elaprendizcuarenton
24/4/2017 08:37:50 pm
Precioso artículo Pablo. Llevo tiempo reflexionando sobre la paciencia, me voy dando cuenta que la sociedad actual adolece de esta importante virtud. Yo estoy enfermo de impaciencia general, supongo que podemos mejorar y ser más pacientes practicando. No? Conoces algunos ejercicios para ello? Gracias Pablo y enhorabuena por el magnífico artículo de hoy.
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Pablo Arango
25/4/2017 06:40:55 pm
La paciencia es una virtud muy escasa, a todos nos gustan los resultados inmediatos. Por ello Internet está plagado de artículos que ofrecen "atajos" y resultados inmediatos.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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