«La capacidad de razonamiento de Betty estando dormida era superior a la de mucha gente que está despierta»
El ENIAC fue la primera computadora programable. Hasta antes de su aparición, las máquinas anteriores estaban diseñadas para una tarea específica. Pero el ENIAC, gracias a que podía ser programado y reprogramado mediante el uso de tarjetas, era capaz de realizar diversas funciones.
Aunque el ENIAC fue diseñado por hombres, fue un grupo de seis talentosas mujeres sobre quienes recayó la responsabilidad de programarlo. En el magnífico libro Los Innovadores de Walter Isaacson, aparece el relato de la presentación del (para esa época) Súper Ordenador. Resulta que hasta la noche anterior a la presentación, organizada por el ejército de los Estados Unidos, el grupo de mujeres programadoras no había podido solucionar un grave problema que amenazaba con arruinar el evento y poner en ridículo a los oficiales. Por fortuna, gracias al mágico poder que tiene el sueño sobre la creatividad, este se pudo resolver por los pelos. [El] ENIAC se mantuvo en secreto. No se mostró en público hasta el 15 de febrero de 1946, cuando el ejército y [La Universidad de] Penn organizaron una presentación de gala... El capitán Goldstine decidió que el plato fuerte de la presentación sería una demostración del cálculo de la trayectoria de un misil. Así pues, dos semanas antes del acto, invitó a Jean Jennings y Betty Snyder a su apartamento y, mientras Adele les servía té, les preguntó si en ese plazo serían capaces de programar el ENIAC para que realizase dicha tarea. «Seguro que sí», prometió Jennings. Estaba entusiasmada. Esto les permitiría meterle mano directamente a la máquina, lo cual no era habitual. Se pusieron manos a la obra; conectaron los buses de memoria en las unidades correspondientes y prepararon las bandejas de tarjetas perforadas con el programa.
El éxito de la presentación acaparó las primeras planas de los periódicos del día siguiente:
La presentación del ENIAC ocupó la primera plana del New York Times , con el titular: «Computador electrónico calcula a toda velocidad, podría acelerar la ingeniería». La noticia comenzaba así: «El Departamento de Guerra desveló anoche uno de los secretos bélicos mejor guardados, una asombrosa máquina que por primera vez aplica velocidades electrónicas a la resolución de tareas matemáticas hasta ahora demasiado complejas y engorrosas como para ser resueltas».
Lo que ocurrió a Betty Snyder es algo de lo cual algunas personas creativas con frecuencia sacan provecho: Durante el sueño nuestro cerebro continúa trabajando sobre los problemas que intentamos resolver mientras estamos despiertos.
Ocurre que cuando pensamos en un problema mientras estamos despiertos, nuestra mente busca ideas y soluciones entre las neuronas más próximas. Mientras que cuando estamos dormidos, lo hace en un área más amplia donde se encuentran neuronas más alejadas. La creatividad precisamente consiste en conectar ideas que en principio parecen no tener relación. No obstante, dado que durante el día pensamos en muchas cosas y, por lo general tenemos varios asuntos que resolver, para guiar a nuestro cerebro sobre cuál problema debe trabajar y así hackear la creatividad, es recomendable que el problema que queremos resolver sea lo último en lo que pensamos antes de dormirnos. Así lo hacía Alexander Hamilton uno de los Padres Fundadores de Estados Unidos y su primer secretario del tesoro: [C]uando [Hamilton] tenía un asunto serio que realizar, su costumbre era reflexionar previamente sobre el mismo. Y habiendo hecho esto, se retiraba a dormir, sin tener en cuenta la hora de la noche, y, después de haber dormido seis o siete horas, se levantaba y habiéndose tomado un café fuerte, se sentaba en su mesa, donde permanecería seis, siete, u ocho horas.
Ray Kurzweil, el jefe de ingeniería de Google, también usa esta técnica para estimular las ideas innovadoras en su mente.
Lo más interesante acerca de los sueños es que usted no se sorprende cuando suceden cosas insólitas, como una habitación que flota —afirma Kurzweil—. Usted acepta esta falta de lógica. Y esa facultad [irracional] es necesaria para pensar de manera creativa. Pero también luego tiene que ser capaz de aplicar el pensamiento crítico, porque no todas las ideas que son diferentes e inusuales van a funcionar.
Ya lo sabes, para ser más creativo, echa una siesta.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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