Hacer tu cama te puede llevar al éxito

"Si usted hace su cama cada mañana, habrá terminado la primera tarea del día. Eso le proporcionará un pequeño sentido de orgullo y le animará a hacer otra tarea, y otra, y otra... Y, si por casualidad tiene un día miserable, volverá a casa en donde hay una cama que está hecha, que usted ha hecho, y una cama hecha anima a pensar que mañana será mejor"
-Almirante William H. McRavem

Gracias a Alex Robert por la imagen (clic sobre ella para más info.)

En ocasiones, solo un pequeño acto basta para dar comienzo a profundas transformaciones en nuestra vida.
 
Cuenta un distinguido profesor de psicología que mientras caminaba por los pasillos de su facultad, un antiguo estudiante se le acercó para darle las gracias por un consejo que le había dado, y que resultó ser de trascendental utilidad.
 
La vida del estudiante, según él mismo reconocía, estaba en un punto muerto, se sentía perdido y sin saber que rumbo tomar. Sin motivación hacia sus estudios y sin metas hacia las cuales dirigir sus esfuerzos. Y, más importante aún, no se sentía capaz de reconducir la situación y salir del agujero en el cual se encontraba.
 
Sin embargo, llevando a cabo lo que su profesor le sugirió, pudo darle vuelta al asunto y empezar a avanzar hacia una vida más prospera, con mayor sentido y mayor satisfacción.
 
¿Cuál fue entonces aquel milagroso consejo que resultó ser tan valioso? El profesor le sugirió a aquella angustiada alma que organizara su habitación.
 
Si, así de simple. No fue necesario explicar al joven complejos asuntos psicológicos, bastó con sugerirle que pusiera orden en su habitación para que su vida diera un positivo vuelco.
 
Muchos de nosotros nos hemos sentido así en algún momento de nuestras vidas. Existe mucho desorden a nuestro alrededor y nos sentimos abrumados ante tanta confusión.
 
Nos vemos atrapados en malos hábitos, nos hallamos faltos de motivación, sin metas que nos inspiren e impulsen a movernos hacia campos más verdes donde brille más el sol.
 
Hace unos años ese también era mi caso. Estaba en una condición física penosa: con un gran sobrepeso debido a falta de actividad física, una mala dieta y  el consumo regular de (abundante) alcohol.
 
Ese desorden se reflejaba en otros aspectos de mi vida, por ejemplo, en el ámbito profesional.
 
Y, al igual que el estudiante de psicología, empezar por darle orden a pequeñas cosas, en apariencia insignificantes, resultó ser la clave de un gran cambio.
 
Cuando damos algo de orden a nuestra vida (incluso no es necesario arreglar toda la habitación, hacer la cama puede ser suficiente), empezamos de esta manera a ir eliminando un poco del caos presente. ¡Una cosa menos que anda al garete!
 
Y ese pequeño acto nos puede hacer ver que está en nuestras manos ir eliminando, aunque no completamente, al menos gran parte del desbarajuste presente en nuestros días.
 
Hacer todos los días la cama significa que hay un desorden menos. De esta manera, es muy probable que ese acto nos motive a querer avanzar un poco más. Quizá puede ser comer más sano, o tomar las escaleras en lugar del elevador. ¡Ka-boom! Dos cosas menos de que preocuparnos.
 
El progreso anhela más progreso.
 
En vista de los buenos resultados que estamos viendo, queremos ir a por más. De repente, nos vemos inmersos en un círculo virtuoso que nos va empujando fuera del hoyo en el cual nos encontrábamos.
 
Poco a poco, paso a paso, vamos desenredando el enredo en que se había convertido nuestra vida.
 
Pero no solo eso, después de comprobar que somos capaces de crear orden, quizá también vislumbremos la posibilidad de crear armonía y belleza. Empezamos, entonces, a pensar en establecer metas y ponernos a trabajar con esmero para hacer de nuestra vida una verdadera obra de arte.
 
Eso fue lo que ocurrió con el estudiante de psicología. Un simple acto, una nueva rutina positiva, abrió la puerta a nuevas posibilidades. Empezó a ver que quizá era posible, no solo romper las cadenas que lo mantenían atascado, sino fluir hacia el crecimiento y la satisfacción personal.
 
Así que si alguna vez te sientes perdido, haz tu cama. Una sola cerilla basta para causar una gran explosión.
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