«Los sueños nos se alcanzan victimizándose o culpando a otros. Se alcanzan mediante el trabajo duro, la determinación y una buena educación» —Alphonso Jackson Versión en vídeo AQUÍ Dos de los peores hábitos que podemos desarrollar en la vida es sentir pena por nosotros mismos y responsabilizar a otros por nuestras circunstancias. Por desgracia, aunque son muy nocivos, son también bastante comunes. Tanto sentir pena por uno como responsabilizar a otros destruyen nuestra confianza en nosotros mismos y también nuestra autoestima. La autoimagen que creamos, como consecuencia de esta conducta, es la de una persona impotente ante las circunstancias, la de un desvalido ante la vida. Dejamos así de ser los capitanes de nuestra barca y nos convertimos en un madero que flota en altamar, siempre a merced del viento y las corrientes. Los únicos responsables de nuestra vida somos nosotros. Nadie más tiene la responsabilidad sobre nuestro bienestar emocional, profesional, físico y espiritual. Ni nuestros padres, ni nuestros amigos, ni nuestra pareja, ni mucho menos nuestros jefes, son los encargados de hacernos felices. Ser feliz, o como prefiero llamarlo yo, vivir una vida satisfactoria, es deber nuestro. De nadie más. Es cierto que no tenemos control absoluto sobre nuestras circunstancias. Cosas malas ocurren porque sí, porque la vida es caótica. Pero si somos responsables de nuestra actitud ante la adversidad y, por encima de todo, tenemos la responsabilidad de intentar cambiar nuestra situación si consideramos que no es adecuada. Si no me siento agusto con mi vida, si mi trabajo no me es grato, si la relación con mi pareja es insatisfactoria, si mi salud es deficiente, soy yo quien tiene la responsabilidad de arreglar esas situaciones. No es responsabilidad de mi jefe hacer que mi trabajo sea agradable. Si hay cosas que no me gustan de él, debo intentar cambiarlas, y si no es posible, cambiar de trabajo. Muchas personas dicen que detestan su empleo, pero si les preguntamos si están buscando otro de manera activa, la respuesta es no. Lo mismo vale para las relaciones de pareja, si no me gusta como avanza mi relación, yo soy quien debo dar un paso al frente, dialogar y buscar soluciones. Si después de mucho esfuerzo me doy cuenta de que sigue sin funcionar, es mi responsabilidad tomar la decisión de romper el vínculo. Pero lo que es una soberana tontería es permanecer con los brazos cruzados soportando algo que no me gusta. Quejándome por lo infeliz que soy, pero sin mover un solo músculo para cambiar la situación. El otro habito, la victimización, sentir pena por nosotros, es quizá aún peor. Se que suena extraño, pero sentir pena por nosotros mismos es cómodo, se siente bien. A todos los seres humanos nos gusta la atención, y andar pregonando las cosas malas que nos pasan es una forma de obtener atención inmediata. Este patrón de conducta lo aprendemos cuando somos niños. En nuestra infancia, si nos caíamos y nos hacíamos daño, obteníamos atención inmediata de nuestros padres que querían consolarnos. Y en nuestra adultez seguimos pensando igual, si voy contando lo desgraciado que soy, otros me prestarán atención. Por otro lado, declararse víctima de las circunstancias siempre es más cómodo que hacer algo para cambiarlas; no solo es que obtengo atención de otras personas, también me veo liberado de tener que realizar el esfuerzo que significa cambiar. Todos conocemos a personas que se quejan todo el tiempo de lo dura que es su vida, pero que hacen muy poco para cambiarla. Son expertos en encontrar las “razones” por las cuales están atrapados en una situación sin salida. Aunque quizá el control que tenemos sobre la realidad sea muy pequeño, también es cierto que mediante el esfuerzo, la determinación y una buena actitud podemos sugerirle a la vida por donde queremos que vaya. Tal vez tengamos suerte y pase por donde queremos que pase, pero si no ocurre así, es mucho más divertido pasarnos la vida luchando por hacer realidad las cosas que deseamos que andar quejándonos y postrados ante nuestras circunstancias. ¿Te gustó? Recibe gratis artículos con ideas y consejos sobre cómo superarte y ser tu mejor tú. Suscríbete AQUÍ
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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