"Para prolongar tu vida, disminuye tus comidas" —Benjamin Franklin
Sobre los beneficios físicos y mentales del ayuno existen abundantes pruebas.
Por ejemplo, en todas las especies animales en las que se han realizado experimentos sobre los efectos a largo plazo de la restricción calórica, se ha encontrado algo sorprendente: prolonga la vida, en promedio, un 30%. Con la única especie que no se han realizado dichas pruebas es con los seres humanos. ¿La razón? Imagino que no hay mucho personal voluntario dispuesto a padecer hambre durante años. Aunque, para ser precisos, hay que decir que lo de soportar una permanente hambre que martiriza, no es real. Ocurre que nuestro cuerpo está muy bien adaptado a pasar largos periodos sin tomar alimentos. Nuestros ancestros vivieron en un entorno en el cual las calorías eran difíciles de obtener. Así que comida no había todos los días. Las personas que han realizado ayunos prolongados (4, 5, o más días) afirman que son los primeros dos en donde se siente hambre con más frecuencia y con más apuro. Luego esta aparece y desaparece y su intensidad es moderada. Lo que en realidad es nuevo es el patrón de alimentación de tres comidas principales y meriendas entre ellas. Ingerir alimentos en periodos irregulares de tiempo (cuando había disponibilidad) es lo que se ha estilado durante la mayor parte de nuestra historia evolutiva. Por lo tanto, ese sistema le viene de maravilla nuestro organismo. En experimentos en los cuales las personas ayunaban algunos días a la semana durante cuatro o cinco semanas, los investigadores han encontrado resultados prometedores. Resulta que cuando nuestro cuerpo experimenta una reducción de calorías, entra en modo reparación, eliminando de esta manera muchas de las células que se encuentran en peores condiciones. El resultado de este proceso es un organismo renovado, y esto hace que mejore el sistema inmunológico y se reduzca el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes. El cerebro, por su parte, también obtiene convenientes beneficios. Reducir la ingesta de calorías algunos días a la semana podría ayudar a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson, además de producir mejoras en el estado de ánimo y la memoria. En otras palabras, el ayuno es una práctica que reduce la fragilidad del cerebro, lo hace más antifrágil: El ayuno es un desafío para el cerebro --afirma Mark Mattson, profesor de neurociencia y director de un centro de investigación--, y pensamos que este reacciona activando respuestas adaptativas al estrés que le ayudan a lidiar con dicha situación.
Los beneficios mentales del ayuno no son un descubrimiento reciente.
En la antigua Grecia, el gran filósofo Pitágoras, exigía a sus alumnos, como herramienta para que mejorarán su concentración, ayunar. Esta práctica también era utilizada por monjes y académicos medievales para incrementar su producción intelectual. Desde una perspectiva evolutiva —continúa el profesor Mattson—, tiene sentido que tu cerebro esté funcionando bien cuando no has podido obtener comida por un tiempo.
Estando hambrientos es cuando debemos ser más listos.
Los organismos cuya capacidad mental se viera disminuida por la ausencia temporal de alimento estarían mal adaptados y correrían el riesgo de extinción. Esto, como todos sabemos, no fue el caso del hombre, que se las arregló para llegar a ser la criatura más dominante del planeta. Así que la literatura disponible me convenció para incluir alguna forma de ayuno dentro de mi régimen alimenticio. Desde hace algún tiempo vengo practicando varios días a la semana (4-5) una restricción alimentaria conocida como alimentación restringida por tiempo. Esta consiste en tomar las comidas durante una ventana temporal de ocho horas, y no probar bocado el resto del día. Adaptarme a esta forma de alimentación no me resultó muy difícil, después de cuatro días estaba habituado del todo. Esta facilidad de adaptación me llevó a querer intentar algo un poco más fuerte: ayunar durante 24 horas. Sin embargo, cada que elegía un día para realizarlo, al poco tiempo me inventaba alguna excusa para aplazar. El niño tenía miedo. Fue hasta esta semana, y, casi sin proponérmelo, que por fin me atreví. ¿Mi experiencia? Buena. Tanto que mientras escribo esto voy a completar mi segundo ayuno de 24 horas. Imagino que la razón por la cual el asunto no fue un terrible suplicio, es que ya estaba más o menos adaptado (para alguien que desee intentarlo mi consejo sería también empezar de manera progresiva). El hambre no fue muy agobiante. Lo que sentí, en cambio, fue más bien un poco de ansiedad a la hora que acostumbro tomar el desayuno. Comer es una actividad placentera, la sensación incómoda en la mañana fue más producto de perderme algo que me resulta agradable (como cuando no puedo ver un partido de fútbol que me apetece). Pasada la hora en que acostumbro desayunar, la ansiedad también desapareció. Mucho del impulso que sentimos hacia la comida se debe más a la costumbre que al hambre. La mayoría tenemos horarios habituales de comida y nuestro cuerpo lo sabe. Cuando se acercan dichas horas, este empieza a fabricar hambre. Yo, por ejemplo, acostumbro a tomar el desayuno a las 8:30 y, luego, entre 11:30 y 12:00, hago alguna merienda. En algunas ocasiones, en fines de semana por lo general, desayuno más tarde. No obstante, aunque haya comido a las 10:00 o 10:30, a las 11:30 vuelvo a sentir un cosquilleo en la tripa. No es hambre verdadera, es hábito. Esto ocurre debido a la acción de una hormona llamada ghrelina (la hormona del apetito). Los niveles de esta aumentan cuando se acercan las horas en las que habitualmente comemos, pero pasado ese tiempo se reduce. En las pruebas realizadas con las personas que ha realizado ayunos prolongados se ha encontrado que después de los primeros dos días los niveles de ghrelina se reducen, disminuyendo por lo tanto el apetito. Así que mi primer ayuno de 24 horas no resultó ser una experiencia tan espantosa, lo seguiré llevando a cabo y ya me estoy mentalizando para intentar algo un poco más prolongado. Si voy a obtener los anunciados beneficios, solo el tiempo lo dirá. Ya les iré contando.
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19 Comentarios
El aprendiz cuarenton
11/7/2017 03:25:29 pm
Hola Pablo, estaba preocupado, creo que nunca habías estado tanto tiempo sin publicar.
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Pablo Arango
12/7/2017 02:38:47 pm
Hola Aprendiz.
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Esteban Moreno
3/9/2018 01:27:14 pm
Este es mi primer ayuno de un día completo
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Pablo Arango
3/9/2018 02:01:32 pm
Genial Esteban, ¿qué tal te fue? 16/3/2019 07:50:54 am
Hola!! Yo realice un ayunó de 24 hs pero en mi caso luego de haber pasado las 24 hs sin comer me sentí muy débil y con dolor en el abdomen y pensaba en comer algo rico sin qierer hacerlo, no sentía ya hambre después de pasar horas sin comer pero si ganas de comer algo, me llenaba de agua nomas y eso me calmaba esas ganas y cuando volví a comer lamento decir que me clmi cosas ricas que engordan será por tanto pensarlo jajaj!! 😔 Solo eso, gracias por leerme. Saludos!
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Julia
12/7/2017 05:36:15 am
Me alegro que estés de vuelta y con buena info. Bendiciones!
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Pablo Arango
12/7/2017 02:40:11 pm
Yo también me alegro de estar de vuelta. Gracias por la bienvenida Julia.
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Jonny
11/10/2018 10:39:48 pm
Hola. Que se acostumbra a comer cuando ha pasó 24hs de ayuno ? Es decir, si en fecha 10 a las 18hs fue la última comida, el día 12 en la mañana que se comería para romper el ayuno y que se comería durante el resto del día y al día siguiente ?
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Pablo Arango
12/10/2018 11:18:15 am
Hola Jonny. Hay personas que rompen el ayuno con comidas livianas, como por ejemplo, algo de pollo sin grasa acompañado de arroz o papa. Algunos lo hacen con un caldo ligero.
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Karina
13/3/2019 03:35:53 pm
Hola gente!!!
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Hola.. Siempre hago ayuno de 12 horas generalmente cuando duermo..
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Ivan Pirla Domenech
12/11/2020 02:57:29 pm
Hola Aprendiz, me gustó mucho tu post.
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Jose
13/4/2021 08:22:50 pm
Cerrando mi primer ciclo de 24 horas ayunando. Me siento muy bien, mucha energía!! Pensando en repetir y extender el lapso responsablemente. Me encuentro por momentos pensando muy ferozmente en algún alimento...mientras sonrío me recuerdo que estoy ayunando. Me intriga mucho retar la mente y el cuerpo. 24 horas es simplemente tolerable, pero muy interesante si estás dispuesto a fijarte en los detalles de tu propio cambio. Saludos!!!
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Tt
13/4/2021 08:25:26 pm
.
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Alicia
20/5/2021 11:36:27 am
Hola! Hoy es mi segundo intento de ayuno por más de 24 horas. Llevo 12h por el momento y aun me quedan 24 h por delante. Ya lo intenté una vez pero me empecé a encontrar super débil y con dolores de barriga, acabé saltándome el ayuno, mi cuerpo estaba tan revuelto que respondió con nauseas. A ver esta vez si soy capaz de cumplir el 100% de las horas y no encontrarme mal.
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Pablo Arango
23/5/2021 09:38:03 pm
Hola Alicia, ¿qué tal fue el intento?
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Itzel
1/7/2021 12:55:45 pm
Hola, quería comentar mi experiencia. Hace unos 7 años realicé un ayuno que duró dos semanas, fue iniciado con una persona que se dedicaba al ayuno como modo de sanación. Él en un principio me dijo que tenía que realizarlo por un mes, o mes y medio, no recuerdo bien, me pareció una barbaridad, más que todo por que yo fui a acompañar a la persona que iba a realizar el ayuno. Pero comenzó a hablarme, y me dijo que debería realizarlo para mejorar mi salud. Yo en ese momento pesaba en torno a los 98/100 kilos, soy asmática, tenía un periodo irregular. Estuvo explicándonos como realizarlo y me animé, creí que máximo lo haría por un día, pero al final lo hice por dos semanas. No podíamos inflarnos de agua cuando nos diera hambre, el agua y jugó, jugo de Granada nos dijo que podíamos tomar, eran a sorbitos, y repartidos durante el día, creo que era máximo medio vaso de jugo lo recomendado al día. El primer día fue muy duro, pero decidí intentarlo, el segundo me sentí con mucho dolor de cabeza y decidí que terminaba, estaba tumbada esperando que el dolor de cabeza pasará y me dormí, al despertar fui a la nevera pues ya había decidido que dejaba el ayuno y rebuscando que comer me di cuenta que en ese momento en realidad no tenía hambre, era ansiedad por masticar algo, así que decidí aguantar un ratito más sin comer. Llegó la noche y me acosté, ya en la cama sentí hambre, pero me dio pereza levantar a esa hora y aguanté hasta el día siguiente. Y al día siguiente comenzaba el tercer día de ayuno, me sorprendió haber pasado los dos primeros días, durante el tercero por momentos sentí hambre, pero soy algo testaruda y me propuse aguantarlo y pasó el tercer día. Comencé a soñar con comida, que comía a escondidas y cosas así. En el cuarto día comencé a sentir que mi ropa quedaba floja y eso me animó a continuar, también es cierto que me sentía con más energía, ganas de pasear... Lo pasaba mal cuando mi esposo comía, pues él los primeros días nada más me ofendía que si no iba a hacerlo que yo no iba a aguantar, y cuando vio que pasaban los días y sí lo conseguía, comenzó a comer cosas que me encantaba a mí todo el día, era lo único que me hacía sufrir, jiji, pero yo me daba ánimos diciendo que cuando terminara el ayuno las volvería a comer. Y con el pasar de los días sentí que no necesitaba tanto mi inhalador de rescate, el cual utilizaba todas las noches y cuando salía a caminar. Empecé a sentirme muy contenta al ver que mi salud mejoraba y eso me animó a continuar. Y unos días después hice prueba para no tomar el medicamento para asma que tenía que tomar cada 12 horas, fui dejando la dosis de la mañana y sentía que respiraba bien y la dosis de la noche la fui tomando a días alternos, la verdad me fui sintiendo cada día mejor. El hambre aparcería de vez en cuando, pero intentaba contentarme en otra cosa y ya. En esas semanas me di cuenta que todo lo que hacemos en sociedad cita en torno a la comida, a casa lugar que iba me ofrecían comida, casa vez que quedaba con alguien terminaban por decir "vamos a picar algo". Al final dejé el ayuno casi por presión familiar, no solo que mi esposo me hacía"sufrir" pasando toda la comida por el morro, mis padres estaban preocupados por el que no comiera, y que ese día, sí que sentí un hambre que no había sentido creo que en la vida. Mis primeros bocados fueron frutas, recuerdo la intensidad del sabor, sentí como si fuera la primera vez que las probaba. Llamé a la persona que realizaba estos inicios al ayuno y le comenté lo sucedido con el hambre, y me dijo que ese era el hambre verdadero, como tú explicas también, estamos acostumbrados a comer a ciertas horas y el cuerpo lo pide. Mucha gente me dice que fue mucho tiempo, y yo lo veo y sí, no se cómo lo logré, pero después de ese tiempo estuve sin problemas respiratorios ni crisis asmáticas ni necesidad de medicamentos por un año, mi ciclo menstrual se reguló, conseguí un embarazo, aunque no llegó a término. No he vuelto a realizar ayunos, tal vez alguno de 24/48 horas, muy de vez en cuando, pues como digo, al final casi todo gira en torno a la comida. Un saludo.
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Pablo Arango
5/7/2021 10:18:59 pm
Hola. En verdad agradezco mucho que hayas compartido tu experiencia. Muy interesante y enriquecedora.
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Mitosha
11/3/2022 05:57:00 pm
Yo empecé este lunes comer sano y hacer ayuno El lunes empeze con 14 h el martes 16 h el miercoles 18h el jueves 20 y hoy viernes 24 h que pensaba hacer 20 nada mas pero en l hora que me tocaba comer no tenia nada preparado Asi que empeze despacito hacerme mis verduritas a la plancha mi ensalada y mis filletes de pollo Hasta que hice mi comida pasaron 2 horas y de tanto humo que me trage mientas estaba cocinando hasta las ganas de comer se me quitaron Asi que decidi que ya que pasaron tantas horas puedo esperar 2 horitas mas Y con la comida en la mesa me puse ver una pelicula y se me pasaron las 2 horas volando La verdad es que yo de siempre he sido hoy como mucho y luego a lo menor me paso un dia entero sin comer y eso ha sido de siempre hasta antes de saber para el ayuno yo lo hacia sin pensarlo Asi que en mi caso mi ayuno de 24 h no me dio ningun problema Ni siquiera estaba muerta de hambre y la mitad de la comida que me prepare me sobro porque me llene y ya no quise comer mas
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