"Mantener la mente abierta en presencia de incertidumbre, es el más poderoso secreto para liberar tu potencial creativo" —Michael Gelb
Cuando nos enfrentamos a situaciones que requieren soluciones creativas, innovadoras; nuestra involuntaria inclinación a encontrar una respuesta rápida, echa a perder cualquier intento de innovación.
Ya sea la creación de un nuevo servicio o producto, la solución a un problema complejo, o cualquier otra cosa que pretenda crear algo nuevo, al comienzo es necesario soportar una gran cantidad de incertidumbre. Y resulta que, a nosotros, bichos raros, no nos gusta la incertidumbre. No saber qué es lo que ocurre, caminar entre dudas y ambigüedades, es irritante para nuestro cerebro que prefiere la comodidad de la certeza. Está bien establecido a través de numerosos estudios que no saber nos mortifica, y, en casos extremos, incluso puede conducir a problemas de salud. Así que cuando nos enfrentamos a situaciones inciertas, saltamos de manera precipitada sobre las primeras explicaciones que encontramos razonables. Dar respuesta a un enigma irresoluto nos produce un gran alivio, es como un orgasmo intelectual. Así que una vez “eliminamos” la incomodidad de la duda, volvemos a ser felices. Y como te podrás imaginar, esas soluciones precipitadas casi nunca son las mejores. Ocurre que las primeras ideas o conclusiones que aparecen en nuestra mente son las más obvias, los lugares comunes; es decir, las menos creativas. Pero el problema no para ahí, como diría Murphy (el de las leyes), empeora. A nuestro resabiado cerebro tampoco le gusta estar equivocado o contradecirse. Le fastidia tener que reconocer un error. Esto da origen a un fenómeno conocido como el sesgo de confirmación, el cual se define como la inclinación que tenemos a favorecer la información que confirma nuestras creencias y puntos de vista, y a descartar u olvidar aquellas que nos contradicen. De esta manera, lo que ocurre es lo siguiente: en nuestro proyecto innovador saltamos sobre conclusiones precipitadas para acallar nuestra sed de certeza. Y luego, aunque hallemos información que sugiere que nuestra solución no es la óptima, la descartamos por obra y gracia del sesgo de confirmación. Si de verdad quieres encontrar soluciones innovadoras a un problema, lo mejor que puedes hacer es evitar saltar sobre soluciones apresuradas, y darle a tu proyecto el suficiente tiempo para investigar, evaluar diferentes rutas y contemplar otros puntos de vista. Es de esta manera, permitiendo que nuestro cerebro gane perspectiva sobre el asunto, como se empiezan a incubar las grandes ideas. La capacidad para reprimir durante un tiempo nuestra tendencia a sacar conclusiones apresuradas, es la principal cualidad de todos los genios creativos de la historia de la humanidad. Esta capacidad fue denominada por el poeta británico, John Keats, como “capacidad negativa”. En una carta dirigida a sus hermanos describe la capacidad negativa “como aquella por cual un hombre es capaz de existir en medio de incertidumbres, misterios, dudas, sin una búsqueda irritable del hecho y la razón”. Robert Greene en el magistral libro Maestría profundiza sobre el concepto: El mundo que nos rodea es mucho más complejo de lo que podemos imaginar. Con nuestros sentidos y conciencia limitada, sólo vislumbramos una pequeña parte de la realidad… La única solución para una persona iluminada es dejar que la mente absorba por sí misma todo lo que experimenta, sin tener que formarse una opinión sobre lo que esto significa. La mente debe ser capaz de sentir duda e incertidumbre durante el mayor tiempo posible. En tanto permanezca así, e indague profundamente en los misterios del universo, vendrán ideas de mayor dimensión y más reales que si hubiéramos saltado a conclusiones, y formado juicios desde el principio.
Contener nuestro deseo de hallar respuestas inmediatas es vital para todo proyecto creativo. Saltar sobre soluciones apresuradas impide que encontremos verdaderas soluciones innovadoras.
Evite las dudas y habrá impedido la posibilidad de resultados creativos. Eluda tropezar sobre cosas de manera caótica, y se habrá privado a sí mismo de la materia prima que alimenta la imaginación.
Esa es la advertencia que hace la escritora Denise Shekerjian en su libro Genios Inusuales.
Para aumentar nuestra capacidad creativa, y convertirnos en verdaderos innovadores, no nos queda otra que fortalecer nuestra capacidad negativa. Y bienvenida la duda. ¿Verdad?
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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