"La competencia es intensa entre los seres humanos, y dentro de un grupo las personas egoístas siempre ganan. Pero en la competencia entre grupos, grupos de altruistas siempre derrotan a grupos de individuos egoístas" —Edwar O. Wilson
Hace un poco más de dos semanas, publiqué un artículo sobre la propensión que tenemos los seres humanos a compartir la información que consideramos útil.
Este impulso permite que otros miembros de nuestro grupo se beneficien de dicha información y, de esta manera, el grupo se hace más fuerte. En la sección de comentarios del artículo, un habitual miembro de esta fantástica comunidad de aprendices comentó, con algo de sonrojo, que en ocasiones el tiene el impulso contrario: guardarse la información y así tener una ventaja sobre los demás. Esta tarde, mientras leía el estupendo libro de Edward O. Wilson, El sentido de la existencia humana, me encontré con un esclarecedor pasaje que explica las tendencias opuestas que conviven dentro de nosotros. Por un lado, actuar de manera egoísta nos beneficia en algunas circunstancias y favorece nuestra causa como individuos. Sin embargo, cuando llevamos a cabo actos altruistas beneficiamos al grupo y nos beneficiamos a nosotros mismos: nuestras probabilidades de supervivencia aumentan cuando hacemos parte de un colectivo fuerte. Así explica el profesor Wilson estos impulsos contrarios: La teoría estándar de la selección natural… se basa en el principio de que la unidad de herencia es el gen, que normalmente forma parte de una red de genes, y el objetivo de la selección natural es el atributo que prescribe el gen. Por ejemplo, un gen mutante dañino para los humanos es el que prescribe la fibrosis quística. El gen es poco común porque su fenotipo, la fibrosis quística, es contraproducente —perjudica la longevidad y la reproducción—. Entre los genes mutantes que nos son favorables encontramos, por ejemplo, los que prescriben a los adultos tolerancia a la lactosa. Tras surgir en las poblaciones consumidoras de leche de Europa y África, el fenotipo prescrito por los genes mutados hizo de la leche un alimento bueno para los adultos, incrementando así la longevidad y la reproducción comparativas de aquellas personas que los poseyeran.
Así que mi querido Aprendiz, que una veces quieras compartir y que otras no, es natural del todo.
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4 Comentarios
Elaprendizcuarenton
8/12/2016 03:10:36 am
Gracias Pablo.
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Pablo Arango
8/12/2016 09:35:24 am
¡Un placer! 😉
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Carlos Pérez
11/12/2016 06:19:53 pm
Yo siempre he sido muy competitivo , Durante toda mi vida, quizás por mi conducta aprendida en mi socialización , quizás por mi carácter y forma de ser. Ahora pasados mis 45 , tengo claro varias cosas : es mucho más beneficioso a largo plazo la visión de que hay para todos , lo importante es llegar a conseguir nuestros propios objetivos y para esto no have falta ser el primero ni el segundo ni ningun numero en ningun ranking y sobre todo lo que tu explicaste en otra entrada cuanto más damos más recibimos. Esto va en contra de nuestra corta visión mundana y nuestro corto día a día pero en mi experiencia funciona. Muchas gracias por tus escritos.
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Pablo Arango
12/12/2016 10:35:09 pm
La mejor competencia es la que llevamos a cabo con nosotros mismos. La cuestión es ser hoy mejor que ayer.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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