"De la libertad de explorar viene la alegría de aprender. Del conocimiento adquirido por iniciativa personal surge el deseo de más conocimiento. Y del dominio de lo nuevo y el hermoso mundo en espera de cada niño viene la confianza en sí mismo" —Edwar O. Wilson
El pensamiento científico es quizá el logro más importante de la humanidad. Pues es la herramienta que ha permitido la gran mayoría del progreso que ha hecho nuestra especie.
Gracias al método científico, el conocimiento que hemos adquirido del universo ha avanzado hasta niveles inimaginables hace unos siglos. Hoy sabemos mucho más acerca de cuáles fueron nuestros orígenes como especie. También de cómo funciona nuestro cuerpo y nuestra mente. El Método Científico es también el gran impulsor de los avances producidos en la medicina y la tecnología. Por nombrar solo algunas pocas disciplinas. En su estupendo libro, Consilience, Edward O. Wilson, quizá el biólogo más influyente de nuestra época, resalta la importancia de la ciencia en la historia de la humanidad: La ciencia, a pesar de sus imperfecciones, es la espada en la piedra que la humanidad finalmente extrajo…
Antes de la llegada del método científico, el ser humano no contaba con las herramientas necesarias para poder entender el mundo.
Nuestra mente no fue construida para la racionalidad. Prueba de ello son los numerosos sesgos que habitan dentro de ella, que nos hacen cometer errores, con frecuencia, absurdos. El cerebro del hombre evolucionó para conocer solo un poco más de lo necesario para sobrevivir: La selección natural construyó la mente para sobrevivir en el mundo, y solo incidentalmente para comprenderlo con una profundidad mayor de la que es necesaria para sobrevivir. La tarea característica de los científicos es diagnosticar y corregir esta deficiencia.
Bueno, pues muy bien. Ya sabemos que el método científico es lo más extraordinario desde la invención del bocadillo de calamares.
Pero, ¿qué es la ciencia? dejemos que sea la erudito Wilson quien responda. La ciencia, para presentar su justificación de la manera más concisa posible, es la empresa organizada, sistemática, que reúne conocimiento sobre el mundo y lo condensa en leyes y principios comprobables.
Podemos distinguir la ciencia de la pseudociencia por las siguientes características:
Las características diagnósticas de la ciencia que la distinguen de la pseudociencia son, primera, la repetibilidad: se busca de nuevo el mismo fenómeno, de preferencia mediante investigación independiente, y la interpretación que se le da se confirma o se descarta mediante nuevos análisis y experimentación. Segunda, economía: los científicos intentan resumir la información en la forma que sea a la vez más sencilla y estéticamente más agradable (combinación que se llama elegancia), al tiempo que produce la mayor cantidad de información con la menor cantidad de esfuerzo. Tercera, medición: si algo puede medirse adecuadamente, utilizando escalas aceptadas de manera universal, las generalizaciones sobre ello dejan de ser ambiguas. Cuarta, heurística: la mejor ciencia estimula otros descubrimientos, a menudo en direcciones nuevas e impredecibles; y el nuevo conocimiento proporciona una prueba adicional de los principios originales que llevaron a su descubrimiento. Quinta y última, consiliencia: las explicaciones de fenómenos diferentes que es más probable que sobrevivan son las que pueden conectarse unas con otras y resultar mutuamente consistentes.
La investigación científica, con todas sus mediciones y racionalidad, tiene también mucho de arte. Y los científicos tienen alma de poetas.
El científico ideal piensa como un poeta y trabaja como un contable, y supongo que si está dotado de una caja de herramientas completa, también escribe como un periodista. Del mismo modo que un pintor se coloca frente a un lienzo en blanco o un novelista recicla emociones pasadas con los ojos cerrados, el científico busca en su imaginación tanto temas como conclusiones, a la vez preguntas y respuestas. Incluso si el mayor de sus logros es solo percibir la necesidad de un nuevo instrumento o teoría, esto puede ser suficiente para abrir la puerta a una nueva industria de investigación.
Hasta hace muy poco tiempo, quienes dominaban la información era quienes más poder tenían. Eso está cambiando de forma acelerada. Hoy el conocimiento es cada vez más democrático. Gracias a Internet, el gran cerebro del mundo, podemos acceder a casi todo el conocimiento que la humanidad ha producido.
Para finalizar. Bajo esta nueva realidad, ¿quienes será aquellos que más destaquen? La respuesta, según Wilson, es clara: los sintetizadores. Gracias a la ciencia y a la tecnología, el acceso al conocimiento objetivo de todo tipo está creciendo exponencialmente, al tiempo que su costo unitario se reduce. Está destinado a hacerse global y democrático. Pronto se podrá disponer de él en todas partes, en las pantallas de los televisores y de los ordenadores. ¿Y entonces, qué? La respuesta es clara: síntesis. Nos estamos ahogando en información, mientras que nos morimos por la falta de sabiduría. En lo venidero el mundo estará gobernado por sintetizadores, personas capaces de reunir la información adecuada en el momento adecuado, pensar de forma crítica sobre ella y realizar de manera sabia importantes elecciones.
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1 Comentario
Glady Castellano
24/10/2017 01:36:43 pm
Excelente articulo, muy acertado, totalmente de acuerdo.. la ciencia y la tecnología.... nos permiten el acceso al conocimiento objetivo..generado por el (la) Científico (a)..
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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