Uno de los rasgos que definen a una persona psicológicamente saludable es la capacidad de estar agusto consigo misma. De poder disfrutar de su propia compañía.
En otras palabras, de sentirse bien estando solo. Sin embargo hoy, debido a nuestra perpetua conexión, se nos hace más difícil evitar utilizar cada espacio en blanco que tenemos, para darle una ojeada a los últimos y “trascendentales” acontecimientos que se difunden a través de la pantalla del móvil. Mientras esperamos ser atendidos, en el transporte público, en el elevador... cada momento es aprovechado para conectar con lo que pasa en el exterior, y de esta manera rehuimos conectar con lo que pasa en nuestro interior. ¿Y que ocurre cuando no escuchamos a la tímida y silenciosa voz que habita dentro de cada uno? Pues que perdemos contacto con nuestra más pura esencia. Es solo en los momentos de mayor quietud cuando podemos escuchar a nuestra verdadera naturaleza. Cuando podemos descubrir quienes somos y quien queremos ser. A través del silencio podemos conocer que nutre y fortalece nuestra individualidad. Vivir una gran vida significa vivir de una manera que exprese lo que en realidad somos. No se puede vivir de manera satisfactoria si somos un mero reflejo de lo que nos rodea; si diseñamos nuestra vida solo con la información que obtenemos del exterior y despreciamos la que proviene de fuentes internas, que son fuentes más verdaderas, más puras y más necesarias. Nietzsche sabía muy bien que la soledad era necesaria para el florecimiento de su individualidad y, por lo tanto, de sus más brillantes luces. Es por eso que me adentro en la soledad, para no beber del mismo pozo en el que beben todos. Cuando estoy entre muchos, vivo como muchos lo hacen, y no pienso como realmente pienso; después de un tiempo, parece como si quisieran desterrarme de mí y robarme mi alma y me enojo con todos y les temo a todos.
La soledad para mi es también una necesidad vital. Cuando puedo disfrutar de periodos de tiempo a solas, experimento una dicha tranquila que me reconforta y me permite disfrutar de la vida de una manera especial.
Es gracias a la soledad que puedo nutrir y fortalecer lo mejor que tengo para ofrecer a los demás. Para celebrar la fértil soledad te dejo aquí diez sublimes frases. Quien está encantado en la soledad o es una bestia salvaje o es un dios. —Aristóteles
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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