“liderazgo es desbloquear el potencial de la gente para ser mejores” - Bill Bradley
“el líder es mejor cuando las personas escasamente saben que existe. Cuando el trabajo está hecho y el objetivo cumplido, ellos dirán: lo hicimos nosotros mismos” - Lao Tzu Observando el comportamiento que adoptan los participantes del programa Top Chef, una vez son nombrados jefes de los equipos durante las pruebas por grupos; se hace evidente que todavía estamos atrapados en viejas ideas acerca del liderazgo. Los competidores interpretan el momento de liderar como el momento de tomar el protagonismo e imponer: imponer su conocimiento; imponer su estilo de cocina e imponer su forma de trabajo. Incluso aderezan la receta con un poco de rudeza. Como si ésta fuera requisito del buen liderazgo. Liderar es un acto de amor, no de arrogancia. Este comportamiento no es exclusivo de los cocineros de Top Chef, es mucho más amplio, las investigaciones señalan que aquellas personas que demuestran un carácter más autoritario tienen mayores probabilidades de obtener ascensos en las empresas. Liderar un equipo de profesionales creativos, capaces, y que además compiten entre sí, no es tarea fácil; es como pastorear gatos. Sin embargo, la peor forma de hacerlo es utilizar un estilo impositivo, que no tenga en cuenta sus opiniones y mucho menos su saber hacer. No tener en cuenta las ideas de los concursantes, desaprovecha el gran conocimiento y la experiencia que acumulan. El chef norteamericano Mario Batali, poseedor de un imperio culinario que emplea a cerca de 2.400 personas alrededor del mundo, es consciente de la importancia de permitir que la “gran riqueza de talento se involucre” y apunta: “eso significa que no tengo que ser el más inteligente del salón todo el tiempo”. Practicar un estilo de liderazgo participativo genera mayor implicación. Cuando los miembros de un grupo se involucran activamente en las discusiones, sienten que la decisión final también les pertenece, porque han contribuido a ella. Por el contrario, cuando las decisiones son tomadas por el jefe sin ninguna consulta, no existe esa misma identificación, pues no es nuestra decisión sino la de el. ¿Porque genera un mayor compromiso el liderazgo participativo? La lógica es simple; a nadie le gusta estar equivocado, si sentimos que hemos tenido una participación importante en el diseño del curso de acción, con toda seguridad haremos un mayor esfuerzo para que las cosas salgan como se planearon y demostrar que estábamos en lo correcto. Distinto es cuando la decisión es impuesta, aquí cabe la excusa de “yo hice lo que me dijeron” y no salió como esperábamos. Es hora de dejar atrás esa vieja noción del liderazgo como ejercicio de poder y sustituirla por opciones más participativas, que puedan aprovechar lo mejor de cada individuo. Hacer a todos parte de la solución es la mejor forma de alcanzar resultados sobresalientes.
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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