"Desde hace años vienes criticándote a ti mismo y no ha funcionado. Porque no intentas aceptarte y ver qué pasa" —Louise L. Hay
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Hablar de amarnos a nosotros mismos puede resultar un poco confuso. Se puede creer que estamos promoviendo y elogiando el narcisismo. No es así. Narcisismo y amor propio son dos cosas diferentes. El narcisista se cree perfecto. Considera que no necesita mejorar en nada y que todo lo que hace es lo correcto. Por el otro lado, amarnos a nosotros mismos es hacernos responsables de nuestro bienestar y crecimiento. Amarnos no es esconder nuestras deficiencias, es aceptarlas y con paciencia y mucha compasión, esforzarnos por superarlas. Todos, sin excepción, tenemos cosas sobre las que debemos trabajar. Puedes preguntar a cualquier persona que parece que goza de incuestionable éxito y con seguridad tendrá su propia lista de mejoras sobre las cuales está trabajando. Querernos, aceptarnos, sentirnos agradecidos por lo que somos y por la oportunidad de vivir, es uno de los pilares fundamentales de la satisfacción con la vida. Me es difícil imaginar que pueda existir alguien que se considere feliz y que a su vez sienta desprecio hacia sí mismo. Una baja autoestima hace difícil luchar por lo que queremos. Cuestionamos nuestro derecho a ser amados, felices y prósperos. Nos preguntamos: «¿Quién soy yo para aspirar a todas esas bendiciones?». La comediante y activista Margaret Cho describe así el efecto que produce: «Cuando no tienes autoestima, vacilas antes de intentar cualquier cosa en tu vida. Dudarás si luchar por ese trabajo que realmente deseas, dudarás si pedir un aumento... dudarás al denunciar una violación, dudarás en defenderte cuando seas discriminado... Te cuestionarás sobre si debes votar, te cuestionarás sobre la validez de tus sueños».
En lugar de ser nosotros los que escribimos el guión de nuestra historia, nos convertimos en víctimas de las circunstancias. Recibimos resignados lo que la vida nos da.
Aceptamos cualquier cosa que nos sea ofrecida porque no nos sentimos con derecho a reclamar las mismas bendiciones que otros reciben. Las relaciones sentimentales que se establecen desde una baja autoestima es muy probable que sean poco saludables. Son mas dependencia que camaradería y complicidad. Poco aprecio por nosotros mismos hace que nos acerquemos a otras personas en busca de la validación, la aceptación y el amor que nos negamos. Por lo tanto, en lugar de una relación entre personas maduras, seguras y completas, lo que se establece es un culto: se adora a una divinidad en quien hemos depositado todas nuestras esperanzas de redención.
Muy bien, perfecto; ya sabemos que darnos (mucho) cariño es necesario para vivir una vida feliz y satisfactoria. Ahora solo nos falta el cómo empezamos esa revolución.
Lo primero es practicar aceptación y gratitud. Recuerdo muy bien que durante una época de mi vida vivía deseando ser o tener lo que otros tenían. Que si el pelo rubio de este, que la estatura de aquel, que el coche tan lujoso de este otro, que la casa, que la ropa, y la lista no paraba. Ser yo mismo me parecía insuficiente y anhelaba tener o ser lo que otros eran. Necesitamos hacer las paces con quienes somos y aceptarnos tal como somos. Con nuestro pelo rizado e indócil, con nuestra nariz ancha, con el pecho plano o muy abultado. Así, tal como somos ahora, somos seres dignos de amor y con derecho de vivir cosas extraordinarias. Pero yo quiero que vayas un paso más allá. No solo quiero que te aceptes, quiero también que des gracias (a la vida, al universo, al destino o a quien tu quieras) por ser tú y por la oportunidad de vivir. Nadie más es como tu. Eso significa que eres único. Eso significa que eres especial. Agradece tu excepcionalidad. Ahora bien, aceptarnos y apreciar quiénes somos no significa que negamos nuestras deficiencias. Implica que cuidamos de nosotros como lo haríamos con nuestros hijos. Cuando tenemos la responsabilidad de ayudar a un pequeño a desarrollarse, buscamos darle lo mejor. Queremos que esté saludable, por lo tanto cuidamos que su alimentación sea nutritiva, no destructiva. Queremos que esté fuerte, así que le brindamos la oportunidad de que se ejercite y fortifique su cuerpo. Queremos que sea alguien capaz, por eso nos preocupamos por su educación. Querernos es brindarnos la oportunidad y los medios para desarrollar todo nuestro potencial. Querernos es asegurarnos de que estamos floreciendo, ofreciéndole al mundo lo mejor que tenemos para dar. Y una cosa muy importante, querernos también significa entender que nadie más sino nosotros somos los responsable de nuestra felicidad. Debemos dejar de culpar a nuestra pareja, a nuestros padres, al destino, a la sociedad. Somos nosotros los comandantes de nuestra nave. Nuestro destino está mayormente en nuestras manos. Así que mi querido amigo, vamos a celebrar, por ti, por mi, por las personas que queremos y por las que no tanto. Esta vida es corta y sin amor se nos hace insoportable. Te veo pronto. Besos y abrazos. Pablo
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pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
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