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El hermoso obsequio del fracaso

30/4/2015

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"Los hombres son codiciosos para hacer público el éxito de sus esfuerzos, pero mezquinamente tímidos para publicar sus fallos. Los hombres están arruinados por esta práctica imperfecta de encubrimiento de errores y fracasos"       Abraham Lincoln
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Imagen: Jason Mrachina (clic sobre ella para más info)
Esta semana unos amigos me contaron como les había ido preparando unas galletas. Era la primera vez que las hacían y las equivocaciones no faltaron: quedaron duras y deformes. Algunas se quemaron. Según sus propias palabras, “el experimento resultó un completo fracaso”.

El ‘fracaso’ de mis amigos con las galletas no es que los haya hundido en la desolación y los haya hecho miserables. Todo lo contrario, se la pasaron muy bien y se divierten contando la anécdota. Sin embargo, su 'fracaso' me dejó pensando.

Jamás deberíamos llamar fracaso a aprender, en todo proceso de aprendizaje estarán presentes pequeños (o grandes) fallos. Son inevitables. Es como si llamáramos fracaso a las caídas de los niños cuando empiezan a caminar. O a sus errores a la hora de hablar. Todos, cuando estamos aprendiendo algo nuevo, andamos vacilantes y muchas veces caemos.

Los niños asumen este proceso con naturalidad y no se preocupan de los inevitables “fracasos” que ocurren mientras aprenden, no sólo al caminar, lo hacen igual con todo lo demás.

A medida que crecemos, nuestra relación con los errores cambia. Ya no los asumimos con la misma naturalidad y nos avergonzamos de ellos. Esa es quizás la principal razón por la cual dejamos de aprender y de evolucionar. Permitimos que nuestro ego se convierta en el muro que detiene nuestro crecimiento.

Algunos experimentos señalan que bajo las condiciones y con la metodología apropiada, los adultos pueden aprender otro idioma más rápido que los niños. Sin embargo, el principal obstáculo en su aprendizaje es la vergüenza que sienten al cometer errores. La posibilidad de sentirnos ridículos nos petrifica.

Lo sé por experiencia propia, a pesar usar el inglés a diario (casi todo lo que leo y veo es en ese idioma), cada vez que tengo que hablarlo siento como se me sube la sangre a la cara y empiezo a balbucear ¡como sufro! Con los niños no ocurre lo mismo, ellos no se abochornan cuando se equivocan, simplemente toman nota de su equivocación, aprenden, corrigen y siguen adelante.

Ahora bien, si nuestro ego se interpone en algo tan trivial como aprender otro idioma, imaginemos el obstáculo que puede significar dentro de una empresa. Los directivos sienten escalofríos ante la posibilidad de que un proyecto que previamente respaldaron fracase y los haga parecer incompetentes. Como diría el murciélago de los cuentos de mi hija —Bat Pat— “miedo, remiedo”.

Cuanto más grande la empresa, más difícil innovar. Basta que alguien en la cadena de mando burocrático no pueda tolerar el riesgo, para atajar el desarrollo de un proyecto prometedor aunque arriesgado.

Personas y organizaciones debemos aprender a convivir con los errores, abrazarlos, anhelarlos, porque no hay progreso sin ellos. Edison lo sabía muy bien, decía que sus experimentos fallidos con la bombilla no eran fracasos, “simplemente descubrió 10.000 manera diferentes de como no hacer las cosas”.

Sara Blakely, la exitosa emprendedora, fundadora de Spanx, cuenta que su padre todos los días, durante la cena, le preguntaba a ella y a su hermano: “¿en que han fallado hoy?” Después de oír la lista de ‘fracasos’ de sus hijos, su padre los felicitaba como si de medallas olímpicas se tratara. ¿Alguien duda de que esa comodidad ante el fracaso ha sido un factor crítico en la creación del imperio que Blakely creo?

Así como el hosco invierno precede a la luminosa primavera, los errores son la antesala de la maestría y la innovación. Evitarlos, evitará también nuestra evolución.

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Los principios de RAY DALIO, fundador del hedge fund más grande del mundo

28/4/2015

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"Yo creo que el mayor problema de la humanidad es la sensibilidad de su ego. Eso impide que hallemos lo que es cierto o lo que es equivocado e impide que identifiquemos cuales son nuestras fortalezas y nuestras debilidades"
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Ray Dalio es el fundador de Bridgewater, el Hedge Fund más grande del mundo. En 2012 apareció en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo elaborada por la Revista Time. Es, según Forbes, la fortuna número 30 de Norteamérica y la 69 del mundo.

Desde muy joven empezó en el mundo de las inversiones financieras
. Mientras trabajaba como caddy, oyó a algunos de sus clientes hablar sobre el éxito de sus inversiones en la bolsa y pensó que esa era una buena forma de ganar dinero, a los 12 años compró sus primeras acciones.

Su éxito personal y el de su firma de inversión se deben, en gran medida, a su anhelo por aprender y hallar lo que es cierto. En el libro Learn or Die escrito por el estupendo Edward Hess, encontramos un extracto de sus principios:
Aquí están algunas declaraciones representativas realizadas por Ray, tomadas de sus Principios, sus escritos, charlas y mis entrevistas.

- Creo que nada es cierto. Creo que lo mejor que podemos esperar es que sea altamente   probable.

- Creo que tener preguntas es mejor que tener respuestas, porque estas conducen a un mayor aprendizaje.

- Creo que los errores son algo bueno porque considero que la mayoría del aprendizaje proviene de cometer errores y reflexionar sobre ellos. Yo fallo todos los días y en todas partes.

- Mientras otras personas parecen creer que identificar nuestras propias debilidades es malo, yo creo que es algo bueno, porque es el primer paso en el descubrimiento sobre qué hacer con respecto a ellas y no permitir que interfieran en nuestro camino.

- Creo que el dolor psicológico es necesario para ser más fuerte.

- Creo que el deseo de evolucionar, es decir, de ser mejor, es probablemente la fuerza impulsora más penetrante de la humanidad.

- La cualidad más importante que diferencia a las personas exitosas de las que no lo son es la capacidad de aprender y adaptarse.

- La calidad de nuestras vidas depende de la calidad de las decisiones que tomamos.

- Creo que probablemente puedas obtener en la vida lo que quieras, si puedes apartar tu ego y tener una aproximación sin excusas, con una mente abierta, con determinación y coraje hacia tus metas. Ten especialmente en cuenta que debes confiar en la ayuda de personas que son fuertes en áreas que eres débil.

- Aprendí que el fracaso mayormente se debe a no aceptar y lidiar exitosamente con las realidades de la vida.

- Aprendí que no hay nada que temer de la verdad.

- Aprendí que quiero que las personas con las que trato digan lo que realmente piensan y que escuchen lo que los otros responden, para de esa manera hallar lo que es cierto.

- Aprendí que todos cometemos errores y tenemos debilidades y que una de las más importantes cosas que diferencia a las personas es como lidian con eso.

- Aprendí que ser totalmente sincero, especialmente sobre los errores y las debilidades, conduce con mayor velocidad hacia el mejoramiento y hacia lo que uno desea.

- Tampoco obtengo satisfacción ni me angustio por lo bueno o malo que soy. Me satisface o me angustia la velocidad a la cual estoy mejorando.

- Funcione como una meritocracia de ideas, no como una jerarquía burocrática.

- Enfrente con extrema apertura entre sí, la búsqueda de la excelencia. Yo quiero que Bridgewater sea una empresa en la cual las personas piensen de manera independiente y presenten sus mejores ideas.

- ...sea cauteloso con el exceso de confianza y siéntase cómodo con no saber.

- No se preocupe por lucir bien, preocúpese por alcanzar sus metas.

- La motivación por ser mejor debe ser mayor que la motivación por estar en lo cierto.
El implacable compromiso de Ray Dalio con el aprendizaje y la mejora continua ha permitido que Bridgewater obtenga resultados sobresalientes por más de cuatro décadas y se convierta en el Hedge Fund más grande del mundo.
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Liderazgo de Nivel 5: humildad y coraje

25/4/2015

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"Supongo que en un tiempo liderazgo significaba músculo, pero hoy en día significa llevarse bien con las personas"  Mahatma Gandhi
Lincoln
Gandhi
Darwin E. Smith
Durante los últimos treinta años se han realizado al menos ocho bien documentadas investigaciones sobre las características que comparten las empresas que consistentemente tienen un rendimiento excelente. Aunque la metodología varía de un estudio a otro, existen cuatro características que aparecen en cada una de ellos:


  1. Alto compromiso por parte de los empleados.

  2. Implacable mejora constante (aprendizaje).

  3. Apasionados líderes humildes que sirven como si fueran mayordomos.

  4. Culturas empresariales guiadas por un compromiso sólido con un propósito, más allá de hacer dinero.

En estas páginas ya nos hemos referido a la importancia del propósito en las organizaciones y (muy) pronto lo haremos sobre mejoras y aprendizaje. Hoy quiero resaltar el indispensable papel que juega el liderazgo, particularmente el liderazgo humilde y servicial al que Jim Collins hace referencia en su magnífico libro Empresas que Sobresalen:  liderazgo de Nivel 5.

Hoy, cuando gracias a las redes sociales encontramos una desbordante cantidad de expertos, gurús, ninjas y cosas por el estilo, parece ingenuo hablar de liderazgo humilde y servicial. Pero estudio tras estudio se sigue confirmando que quizás es el factor más importante que conduce a las organizaciones hacia la excelencia.

Cuenta Jim Collins la siguiente anécdota: al comienzo de la investigación que pretendía revelar los factores que conducen a las empresas hacia la excelencia, le dijo a su equipo que excluyeran de antemano el liderazgo, debido a que compañías que eran buenas (mas no sobresalientes) contaban también con grandes líderes, así que si otras empresas no sobresalientes, tenían también grandes líderes al mando,  el liderazgo no podía ser una de las razones que conducen a la excelencia.

Sin embargo, un día, sus colaboradores lo citaron a una reunión y sin más preámbulos le dijeron que él estaba equivocado, que no era posible sustraer el efecto que ejercía el liderazgo. Lo que los colaboradores descubrieron, y que Collins no sabía aún, era que la diferencia yacía en el liderazgo de Nivel 5. Otras empresas contaban también con grandes líderes, pero las excelentes tenían líderes de Nivel 5.

El liderazgo de Nivel 5, lo definió el célebre académico como “la mezcla de genuina humildad personal con una intensa voluntad profesional”. Es decir, los líderes N5 son ambiciosos para su organización, para su causa, pero son humildes para ellos mismos.

Un personaje que ejemplifica, según Collins, este tipo de líderes es Abraham Lincoln, quien era tímido y reservado, pero que, a pesar de ello, no le tembló el pulso a la hora de conducir a su país a una sangrienta guerra (que él consideraba necesaria) que costó la vida de un cuarto de la población masculina de EE.UU.

Los líderes de Nivel 5 son los más altos de la jerarquía propuesta por el autor y su equipo:
Nivel 5. Máxima autoridad. Construyen organizaciones duraderas a través de la paradójica combinación de humildad personal y voluntad profesional.

Nivel 4. Líder efectivo. Crea compromiso y estimula a la organización para alcanzar altos niveles de desempeño.

Nivel 3. Gerente competente. Organiza recursos y personal de manera eficiente y efectiva hacia el logro de determinados objetivos.

Nivel 2. Miembro de equipo cooperador. Contribuye a la consecución de los objetivos del grupo. Trabaja eficazmente junto a los otros miembros del equipo.

Nivel 1. Individuo altamente capacitado. Realiza contribuciones productivas debido a sus capacidades, talento, conocimiento y hábitos de trabajo.
En un artículo publicado por la Revista Harvard, Jim Collins relata la historia de Darwin E. Smith, el tímido y de apariencia ordinaria, CEO de Kimberly-Clark durante 20 años (1971-1991). Smith fue el responsable del espectacular cambio realizado por la compañía. Durante su dirección, la empresa generó retornos 4,1 veces superiores a los del resto del mercado.
“Comparado con otros CEO’s, Darwin Smith parecía venir de Marte. Tímido, nada pretencioso, incluso torpe, Smith esquivaba la atención… Su vestimenta era pasada de moda, parecía un chico granjero que viste su primer traje comprado en el supermercado.

Pero si consideramos a Smith blando o manso, estaríamos terriblemente equivocados. Su falta de pretensión estaba aparejada con una fiera, incluso estoica, resolución hacia la vida. Smith creció en una granja en Indiana, estudió durante la noche en la Universidad de Indiana y trabajaba de día en la International Harvester. Un día perdió un dedo en el trabajo. La historia cuenta que esa tarde fue a clase y al día siguiente se presentó a trabajar. Después de un tiempo, el pobre, pero determinado chico granjero de Indiana, obtuvo su ingreso en la Escuela de Leyes de Harvard.

Exhibió la misma voluntad de hierro cuando estuvo a la cabeza de Kimberly-Clark. Dos meses después de ser nombrado CEO, los médicos le diagnosticaron cáncer de nariz y garganta y le dijeron que le quedaba menos de un año de vida. El, diligentemente le informó a la junta de su enfermedad, pero les dijo que no tenía planes de morir pronto. Smith continuó con su exigente trabajo mientras viajaba semanalmente a Houston para recibir terapia de radiación. vivió 25 años más, 20 de ellos como CEO”.
Algunas de las características de los Líderes de Nivel 5: rehuyen la adulación pública, no son jactanciosos; actúan basados en principios, no en lo que es popular; asumen la responsabilidad cuando se presentan resultados pobres, no culpan a otros, ni a factores externos, ni a la suerte. Lo contrario ocurre cuando llega el éxito: lo atribuyen a otras personas, a factores externos o a la suerte.  

El ex-presidente de Estados Unidos Harry Truman afirmaba que “es asombroso lo que uno puede lograr en la vida si no le importa quien se lleve el mérito”. Esa frase captura la esencia de los líderes de nivel 5: no les preocupa quien obtiene el reconocimiento, sólo les preocupa alcanzar los objetivos.
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Anne Lamott: Algunas instrucciones sobre la vida y como escribir

23/4/2015

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"Para algunos de nosotros, los libros son tan importantes como cualquier otra cosa en la tierra. Qué milagro es que de estos pequeños cuadrados de papel, planos y rígidos, nazcan mundo tras mundo tras mundo; mundos que cantan a ti, que te reconfortan y te tranquilizan; o te emocionan. Los libros ayudan a entender quiénes somos y cómo debemos comportarnos. Nos muestran lo que es vivir en comunidad y lo que significa la amistad; nos muestran cómo vivir y morir"
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Desde que empecé con este blog me interesé por entender un poco sobre el oficio de escribir, con la intención de aprender e ir progresivamente mejorando. Cuando buscas en Google cuáles son los mejores libros sobre escribir, siempre aparecen cuatro en los primeros lugares: La Guerra del Arte de Steven Pressfield, Sobre Escribir de Stephen King, Pájaro a Pájaro de Anne Lamott y Los Elementos del Estilo de William Strunk Jr.

Como todos los anteriores, Pájaro a Pájaro es una joya que recomiendo leer a todo aquel que quiera escribir de manera regular. No obstante, la sabiduría depositada ahí trasciende el ámbito de la escritura y es aplicable a nuestra vida en general.

Sobre por qué escribir:
Lo primero que les digo a mis alumnos nuevos es... que la buena escritura es acerca de decir la verdad. Somos una especie que necesita y quiere entender lo que somos. Los piojos de las ovejas no parecen compartir este anhelo, esa una de las razones por las que escriben tan poco. Pero nosotros si lo hacemos. Tenemos mucho que queremos decir y entender. Año tras año, mis alumnos están llenos de historias para contar y empiezan sus proyectos de escritura con entusiasmo y, tal vez, incluso, alegría (¡finalmente su voz será escuchada y podrán dedicarse a lo que han deseado hacer desde la infancia!). Pero después de unos días sobre el escritorio, decir la verdad de una manera interesante resulta tan fácil y tan agradable como bañar a un gato.
Muchas personas que anhelan escribir lo hacen pensando en lo maravilloso que será ver su obra publicada. Lamott advierte sobre esto:
Pero yo, sin embargo, animo a cualquier persona que se siente absolutamente obligado a escribir a hacerlo. Sólo trato de advertir a las personas que esperan ser publicados que la publicación no es todo lo buena que parece. Pero escribir si lo es. La escritura tiene mucho que dar, mucho que enseñar. Tantas sorpresas. Aquello que tuviste que obligarte a hacer —el acto de escribir— resulta ser la mejor parte. Es como darte cuenta de que lo que necesitabas no era la cafeína que obtienes después de realizar la ceremonia del té, lo que realmente necesitabas era la ceremonia del té.

[…]

Yo les digo a mis alumnos que las probabilidades de ser publicados y de que eso les traiga  seguridad financiera, paz mental y, probablemente, incluso, alegría, no son tan grandes. Ruina, histeria, mala piel, tics feos, problemas financieros espantosos, tal vez; pero paz mental, probablemente no. Yo les digo que pienso que de todos modos deberían escribir.

[...]

Esperanza, como Chesterton dijo, es la capacidad de estar animado en circunstancias que sabemos son desesperadas. Escribir puede ser un esfuerzo harto desesperado, porque se trata sobre nuestras más profundas necesidades: nuestra necesidad de ser visibles, de ser escuchados, nuestra necesidad de darle sentido a nuestras vidas; de despertar, y crecer, y pertenecer.
Ser publicado no es la recompensa, la recompensa es escribir:
Pero Yo también les digo a mis estudiantes que a veces, cuando mis amigos escritores están trabajando, se sienten mejor y más vivos que en cualquier otro momento. Y, a veces, cuando están escribiendo bien, sienten que están viviendo por algo. Es como si las palabras correctas, la palabra verdaderas estuvieran ya dentro de ellos y ellos solo quieren ayudarles a salir. Escribir de esta manera es un poco como ordeñar una vaca: la leche es tan rica y deliciosa y la vaca es feliz de que tu la ordeñes.
Cuando empiezas, sientes temor. Temor de equivocarte, de escribir alguna bestialidad, de ser ridiculizado, de que a nadie le importe… Lo que me ayudó a mi a la hora de darle clic a 'publicar', fue pensar, después de revisar muchas veces los borradores, que eso era lo mejor que yo podía escribir en ese momento.
Aunque sabes que tus manuscritos no son perfectos y hubieras esperado mucho más, también sabes que simplemente no hay más vapor en la olla y que esto es lo mejor que puedes hacer por ahora… Bueno, Yo pienso que eso significa que has terminado.
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Uno de los momentos más especiales que puedes vivir mientras lees, ocurre cuando encuentras que el escritor ha dicho exactamente lo que tu sientes, pero no sabías cómo decirlo. Eso sentí yo al leer los siguientes párrafos:
Para ser un buen escritor, no solo tienes que escribir bastante, tambien te tiene que importar. No tienes que tener una filosofía moral complicada. Pero un escritor siempre intenta, creo, ser parte de la solución, entender un poco acerca de la vida y comunicarlo.

[...]

Mientras vivimos, empezamos a descubrir que alivia en la vida y que lastima… Esto es materia moral… Una posición moral es una preocupación apasionada dentro de ti. Ahora todos estamos en peligro y nos enfrentamos a muchas cosas nuevas, y es inútil reunir una audiencia y pedir su atención a menos que tengas algo que decir  que es importante y constructivo. Mi amigo Carpenter dice que ya no necesitamos que Chiken Little nos diga que el cielo se está cayendo, porque lo está. La cuestión es cómo cuidarnos los unos a los otros.

[...]

Si tu das libremente, siempre habrá más… Es uno de los más grandes sentimientos conocidos por el hombre, el sentimiento de ser el anfitrión, de acoger a las personas, de ser la persona a quien ellos acuden por comida, bebida y compañía. Esto es lo que el escritor tiene que ofrecer.
Escribir te hace mejor lector:
Uno lee con una apreciación y concentración más profunda, ahora sabes cuán difícil es escribir, sobre todo, lo difícil que es que se vea fácil. Empiezas a leer con los ojos de un escritor. Te concentras de una nueva manera. Estudias cómo alguien retrata su versión de las cosas de una forma que es nueva, audaz y original. Te das cuenta de cómo un escritor pinta un personaje o una época fascinante para ti, sin tener la sensación de haber recibido una gran cantidad de información, y cuando te das cuenta de cuán artísticamente esto ha ocurrido, en realidad podrías dejar el libro por un momento y saborearlo, simplemente saborearlo.
Escribir y leer nos brindan compañía:
Escribir y leer disminuyen nuestra sensación de aislamiento. Profundizan, amplían y expanden nuestro sentido de la vida: ellos alimentan nuestra alma. Cuando un autor sacude nuestra cabeza con la exactitud de su prosa y sus verdades, e incluso, nos hacen reir de nosotros mismos o de la vida, nuestra ilusión es restablecida. Nos es dada la oportunidad de bailar con, o al menos, aplaudir junto a lo absurdo de la vida, en vez de ser aplastados por ella una y otra vez. Es como cantar en un bote durante una terrible tormenta en el mar. No puedes detener la tormenta, pero cantando puedes cambiar los corazones y los espíritus de las personas que están juntas en esa nave.
Pájaro a Pájaro es un libro para ser leído y releído.
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Ben Horowitz: La deuda de gestión

21/4/2015

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"Al ser el CEO de una startup, duermo como un bebe. Me despierto cada dos horas y lloro"
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En el libro The Hard Thing About The Hard Things, Ben Horowitz expone el concepto, La deuda de gestión, y para explicarla usa un ejemplo proveniente del mundo de la informática: la deuda técnica. La deuda técnica ocurre cuando intentas ahorrar tiempo programando de mala manera, haciendo chapuzas. En ocasiones se justifica tomar un poco de deuda técnica; por ejemplo, durante un fallo que necesitas restablecer lo más pronto. Pero siempre debes tener en cuenta la deuda contraída, porque eventualmente tendrás que pagarla y programar de manera correcta.

La deuda de gestión se crea cuando te enfrentas ante situaciones en donde la decisión correcta es impopular o difícil de tomar, así que para evitarte el disgusto tomas una menos adecuada intentando comprar tiempo.

La deuda de gestión, como todas las deudas, tarde o temprano debe ser pagada (con intereses).


Horowitz refiere tres ejemplos de deuda de gestión:

1. Poner a dos en el cargo.
¿Qué hacer cuando se tiene dos empleados sobresalientes que lógicamente encajan el mismo lugar del organigrama? Tal vez tienes un arquitecto de clase mundial que está dirigiendo ingeniería, pero no tiene la experiencia para conducir la organización al siguiente nivel. También tienes una persona excepcional en operaciones que no es muy buena técnicamente. Quieres mantener a ambos en la empresa, pero sólo tienes una posición. Así que se te ocurre  la 'brillante' idea de poner a "dos en el cuadro" y tomar un poco de deuda de gestión. Los beneficios a corto plazo son claros: mantienes a los dos empleados, además, no tienes que formar a ninguno, porque, teóricamente, se forman el uno al otro. De un plumazo acabas con el asunto de la falta de formación. Por desgracia, tendrás que pagar por esos beneficios con intereses y a una tasa muy alta.
Los problemas, explica Horowitz, no tardarán en aparecer. Por ejemplo, si todo el departamento baja su rendimiento ¿quien es el responsable? Cuando existe una decisión difícil de tomar ¿a cual de los dos se recurre? Cuando se cita a una reunión ¿deben los dos estar presentes? Tarde o temprano tendrás que corregir esa situación quitando a uno de los dos del cargo, o el departamento de ingeniería será un desastre siempre.


2. Pagar demasiado a un empleado porque le hicieron una oferta desde otra empresa.
Un excelente ingeniero decide dejar la empresa porque recibe una oferta mejor. Por diversas razones, estabas pagándole poco, pero la oferta de la otra empresa es superior a la de cualquier ingeniero de tu empresa y el ingeniero en cuestión no es tu mejor ingeniero. Sin embargo, está trabajando en un proyecto crítico y no puedes permitirte el lujo de perderle. Así que igualas la oferta. Salvas el proyecto, pero acumulas la deuda.

Así es como tendrás que pagar. Probablemente pienses que tu contra-oferta es confidencial porque le has hecho jurar que guardará el secreto. Permíteme explicar por qué no lo es. El tiene amigos en la empresa. Cuando le llegó la oferta de la otra empresa, consultó con sus amigos. Uno de sus mejores amigos le aconsejó tomar la oferta. Cuando decidió quedarse, tuvo que explicarle por qué ignoró su consejo o de lo contrario perderá credibilidad personal. Así que le contó y también le hizo jurar que guardará el secreto. Él amigo se comprometió a respetar el secreto, pero se indignó porque tuvo que amenazar con renunciar para conseguir el sueldo adecuado. Además, está furioso por el salario tan alto. Así que le contó la historia a algunos de sus amigos, pero ocultó el nombre para preservar el secreto. Y ahora todos en ingeniería saben que la mejor manera de conseguir un aumento de sueldo es obtener una oferta de otra compañía y luego amenazar con renunciar. Te va a tomar un tiempo para pagar esa deuda.
3. No gestionar el rendimiento ni realizar evaluaciones a los empleados.
Tu empresa ahora emplea a veinticinco personas y sabes que debes formalizar el proceso de evaluación, pero no quieres pagar el precio. Te preocupa que, de hacerlo, la hará parecer como una "gran empresa". Además, no quieres que tus empleados se sientan ofendidos por los comentarios, porque no te puedes dar el lujo de perder a nadie en este momento. La gente es feliz, ¿por qué sacudir el bote? ¿Por qué no tomar un poco de gestión de la deuda?

[...]

Las empresas lo hacen bien cuando todo el mundo está sobre la misma página y todo el mundo está mejorando constantemente. Ante la falta  de la retroalimentación, no hay casi ninguna posibilidad de que tu empresa vaya a funcionar de manera óptima. Mandar, sin corregir, parecerá confuso y torpe. Las personas rara vez mejoran una deficiencia si no son conscientes de ella. El precio final que pagarás por no dar retroalimentación: sistemáticamente la empresa rendirá como una mierda.
El consejo final.
Cada realmente bueno, realmente experimentado CEO que conozco, comparte una importante característica: tienden a optar por la respuesta difícil en los asuntos de la organización. Ante la decisión de pagar a todos el mismo bono para hacer las cosas más fáciles o recompensar con precisión el rendimiento y hacer cosquillas, van a hacer cosquillas. Si tienen que escoger entre de cortar un proyecto popular hoy, debido a que no encaja en los planes de largo plazo o conservarlo por no afectar la moral y parecer coherente, lo van a cortar hoy. ¿Por qué? debido a que prefieren pagar el precio de gestionar hoy y no tener que hacerlo de nuevo.
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La más hermosa historia de entrega y generosidad

18/4/2015

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"Porque es en el dar que recibimos"  Francisco de Asís
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En el libro Pajaro a Pajaro de Anne Lamott me encontré esta maravillosa historia de amor y generosidad
Aquí está la mejor historia verdadera de entrega que conozco, me la contó Jack Kornfield de Spirit Rock Meditation Center en Woodacre. Un chico de ocho años tenía una hermana menor que estaba muriendo de leucemia y le dijeron que sin una transfusión de sangre ella moriría. Sus padres le explicaron que su sangre probablemente era compatible con la de ella y, de ser así, el podría ser el donante. Sus padres le preguntaron si podrían realizarle una prueba de sangre. El respondió, seguro. Así que lo hicieron y resultó compatible. A continuación le preguntaron si le podría dar a su hermana medio litro de sangre. Respondió que tendría que pensárselo durante la noche. 

Al día siguiente fue donde sus padres y les dijo que estaba dispuesto a donar la sangre. Así que lo llevaron al hospital donde fue puesto en una camilla junto a su hermana de seis años. Ambos fueron conectados por vía intravenosa. La enfermera sacó medio litro de sangre del niño, que luego fue puesta en el cuerpo de su hermana. El muchacho yacía en la camilla en silencio mientras la sangre goteaba en su hermana; hasta que el doctor se acercó a preguntar como iba todo. Entonces el muchacho abrió los ojos y preguntó: "¿En cuánto tiempo voy a empezar a morir?"
No te preocupes que sólo yo te he visto y no lo voy a contar. Sécate la lágrima, pero conserva la sonrisa. Te deseo un gran día :-)
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Como convertirte en 'La Definitiva Máquina de Ideas'

15/4/2015

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"No importa lo que la gente te diga. Las palabras y las ideas pueden cambiar el mundo"
Robin Williams
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Existe una fórmula probada para ser más felices: capturar y agradecer los instantes de felicidad que disfrutamos durante el día.

La cosa funciona así: nuestro cerebro tiene una fuerte inclinación a notar lo malo que nos ocurre o que ocurre a nuestro alrededor. Es un mecanismo natural de supervivencia. Nuestros antepasados vivían expuestos a muchos peligros: depredadores, falta de alimentos, condiciones climáticas adversas… 

Dado lo hostil del entorno en el cual vivíamos, desarrollamos un agudo sentido para captar indicios de cosas que podrían resultar potencialmente mortales para nuestra vida. De ahí proviene nuestra inclinación a fijarnos en lo malo y pasar por alto lo bueno que nos pasa.

Mientras que ser capaces de notar indicios de cosas negativas que nos podrían afectar, sigue siendo importante en nuestras vidas (observar que no somos del total agrado de nuestro jefe y, dado que la empresa piensa realizar un recorte de plantilla, significa ¡espabila!), también es necesario advertir y agradecer las cosas buenas. De esta manera podemos darle un mayor balance a la información que captura nuestro cerebro.

Ser conscientes de las pequeñas (o grandes) alegrías que gozamos en nuestra vida cotidiana tiene efectos positivos y duraderos sobre nuestros niveles de felicidad.

¿Como podemos entrenar la mente para capturar felicidad? Al final del día haz una lista de tres cosas buenas que te hayan ocurrido o por las cuales sientas que debes agradecer. Por ejemplo; por tus hijos, o por tus padres; por la comida que disfrutaste, o por la que decidiste no disfrutar para llegar en forma al verano. Seguro que todos tenemos al menos tres cosas por las cuales sentirnos agradecidos en nuestra vida.

Lo mejor de este ejercicio es que no solo te ayuda a reflexionar diariamente sobre las cosas buenas que te ocurren, también entrena tu mente para que capture los momentos de felicidad en 'real time'. Ya no pasarán desapercibidos.

De la misma manera que entrenamos el cerebro para capturar momentos de dicha y ser más felices, podemos entrenarlo también para generar y capturar ideas, y de esta manera ser más creativos.

El ejercicio es el siguiente, todos los días debes escribir 10 nuevas ideas. ¿Sobre que? Sobre cualquier cosa, una idea de negocio, como mejorar tu salud, alguna actividad que puede resultar divertida para tu familia, cualquier cosas que consideres como una nueva idea puede ser anotada.

“La mejor manera de tener una buena idea es tener muchas ideas” afirmó el premio Nobel de química Linus Pauling. Este ejercicio te garantiza abundantes ideas, si lo llevas a cabo durante un año, tendrás 3600 nuevas ideas, con seguridad que al menos una (quizás dos, tres; ¡tal vez diez!) tendrá la capacidad de tener un enorme impacto positivo en tu vida.

Más importante aún que el número de ideas que vas atesorando, es en lo que TÚ te conviertes. Serás 'La Máquina Definitiva de las Ideas'. Tu mismo te sorprenderás por la cantidad y la calidad de las ideas que empezarán a llegar a tu cerebro después de un tiempo realizando el ejercicio.

A tu cabeza llegarán todo tipo de ideas: cómo ser mejor profesional o emprendedor, sorprender a tu pareja, comentarios graciosos, ideas para blogs...

La gente pronto lo notará. Poco a poco te convertirás en LA FUENTE de las genialidades. Continuamente se presentarán ante ti amigos y familiares para que les eches una mano y les des un par de buenas ideas.

Dos recomendaciones para que este ejercicio sea un éxito. La primera; no permitas que tus ideas se pierdan. A mi se me han perdido muchas, por eso ahora siempre llevo conmigo algo que me permita capturarlas al instante, un trozo de un papel y un lápiz, aunque también puedes grabarlas en el móvil, ya sea de manera escrita u oral.

Las segunda. Como con cualquier cuenta, para evitar que se te agoten los fondos tienes que ingresar. Debes darle a tu cerebro una buena dosis de alimento de calidad, que no es otra cosa distinta que la lectura de ideas que previamente se le han ocurrido a gente más lista que nosotros y que han tenido el amable detalle de dejarlas registradas en los maravillosos artefactos que llamamos libros. Leer sigue siendo el mejor mecanismo para mantener una mente vigorosa.

El cerebro funciona como un músculo, en la medida en que lo ejercitas en determinadas tareas, se va volviendo más eficiente en ellas, los científicos le llaman a esto neuroplasticidad. Con el paso del tiempo serán muchas y muy buenas las ideas de las que dispondrás. Luego habrá que ejecutarlas, pero eso es otra historia y será otro post. Por ahora, chao.

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Paul Graham sobre 'Como hacer lo que amas'

13/4/2015

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"Para los más ambiciosos jóvenes, la escalera corporativa está obsoleta"
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Paul Graham es emprendedor, escritor e inversor. En 2004 publicó un libro donde recopila algunos de sus ensayos, Hackers and Painters, el cual fue muy bien recomendado por la crítica —todavía no lo he leído, pero espero hacerlo pronto—; en 2005 fundó Y Combinator, firma de capital semilla que fue nombrada por la Revista Forbes como la mejor incubadora y aceleradora del mundo. Mejor dicho, éxito no le falta.

Hace poco descubrí uno de sus ensayos, Como hacer lo que amas, cuya lectura recomiendo en su totalidad.

En el ensayo Graham aborda tres temas: trabajo no necesariamente debe significar dolor; porque es tan difícil hacer lo que amas y que hacer para dedicarte a aquello que amas.


Desde muy pequeños nos han dicho que trabajar es un castigo, el castigo que todos debemos soportar debido a la imprudencia de Adán cuando probó la manzana:
Hacer lo que amas es complicado. La idea misma es ajena a lo que la mayoría de nosotros aprendimos cuando niños. Cuando yo era niño, parecía como si el trabajo y la diversión fueran opuestos por definición.

[...]

El mundo estaba pues dividido en dos grupos, los adultos y los niños. Los adultos, como una especie de raza maldita tenían que trabajar. Los niños no, pero tenían que ir a la escuela, que era una versión light del trabajo, destinada a prepararnos para la cosa real. Por mucho que no nos gustara la escuela, los adultos coincidían en afirmar que el trabajo adulto era peor y que la teníamos más fácil.

... La escuela, estaba implícito, era tediosa, porque era preparación para el trabajo adulto.

No estoy diciendo que debamos dejar a los niños pequeños hacer lo que quieran. Puede que tengan que trabajar en ciertas cosas. Pero si hacemos que los niños trabajen en cosas aburridas sería conveniente decirles que el aburrimiento no es la cualidad que define el trabajo, y que de hecho, la razón por la que tienen que trabajar en cosas aburridas ahora es para que puedan trabajar en cosas interesantes más adelante.
A que dedicar nuestra vida es una decisión difícil que debe ser tomada por un adolescente con información incompleta y que está expuesto a dos influencias que pueden perjudicar su buen juicio: el prestigio y el dinero.

PRESTIGIO
Lo que no debes hacer, creo yo, es preocuparte por la opinión de nadie, más allá de tus amigos. No deberías preocuparte por el prestigio. El prestigio es la opinión del resto del mundo. En tanto puedas pedir las opiniones de la gente cuyo juicio respetas, ¿qué añade considerar opiniones de gente que ni siquiera conoces?

El prestigio es tan sólo inspiración fosilizada. Si haces algo lo suficientemente bien, te haces prestigioso. Muchas de las cosas que ahora consideramos prestigiosas no lo eran al principio. El Jazz me viene a la mente —aunque es casi lo mismo para cualquier forma de arte establecida—. Así que tan sólo haz lo que te gusta y deja que el prestigio cuide de sí mismo.

El prestigio es especialmente peligroso para los ambiciosos. Si quieres hacer que la gente ambiciosa pierda su tiempo en mandados, la forma de hacerlo es cebar el anzuelo con prestigio. Esa es la receta para hacer que la gente dé charlas, escriba prólogos, sirva en los comités, sean jefes de departamento y así sucesivamente. Sería una buena regla evitar simplemente cualquier tarea prestigiosa. Si no fuera un fastidio, no habrían tenido que hacerla prestigiosa.
DINERO
El consejo de los padres tiende a errar por el lado del dinero. Creo que es seguro decir que hay más estudiantes universitarios que quieren ser novelistas y cuyos padres desean que sean médicos, que los que quieren ser médicos y cuyos padres desean que sean novelistas. Los niños piensan que sus padres son "materialistas." No necesariamente. Todos los padres tienden a ser más conservadores para con sus hijos de lo que serían para sí mismos, simplemente porque, como padres, comparten más los riesgos que las recompensas. Si tu hijo de ocho años decide subirse a un árbol alto, o tu hija adolescente decide salir con el chico malo del barrio, no participas de la emoción, pero si tu hijo se cae, o tu hija queda embarazada, tendrás que lidiar con las consecuencias.
Ante estas dos poderosas influencias ¿como saber si algo realmente te gusta o te encuentras bajo el hechizo del dinero y el prestigio?
Con fuerzas tan poderosas desviándonos del camino, no es sorprendente que nos resulte tan difícil descubrir en qué nos gustaría trabajar. La mayoría de las personas son condenadas desde la infancia, al aceptar el axioma de que trabajo = dolor. Los que escapan a esto son casi todos tentados a confundirse por el prestigio o el dinero. ¿Cuántos descubren en lo que aman trabajar? Unos cientos de miles, tal vez, de miles de millones.

Es difícil encontrar un trabajo que ames; tiene que serlo, si tan pocos lo encuentran. Así que no subestimes esta tarea. Y no te sientas mal si no lo has logrado. De hecho, si admites para ti mismo que estás descontento, estás un paso adelante de la mayoría de las personas que aún están en negación. Si estás rodeado de colegas que dicen disfrutar de un trabajo que encuentras despreciable, lo más probable es que se están mintiendose a sí mismos. No necesariamente, pero probablemente.

La prueba de si a la gente le encanta lo que hace es si lo harían incluso si no se les pagaran por ello —si 
incluso  tuvieran que trabajar en otro empleo para ganarse la vida. ¿Cuántos abogados corporativos ejercerían su trabajo actual, si tuvieran que realizarlo de forma gratuita, en su tiempo libre, y se vieran en la necesidad de tomar trabajos diurnos como camareros para mantenerse?
Descubrir lo que amas hacer es el primer paso. Muchas personas encallan aquí, descubren lo que aman, pero desisten de seguir adelante debido a que encuentran abrumador el esfuerzo requerido para vivir su vocación.
Por supuesto, averiguar en qué te gusta trabajar no quiere decir que te pondrás a trabajar en ello. Esa es una cuestión aparte. Y si eres ambicioso tienes que mantenerlas separadas: tienes que hacer un esfuerzo consciente por evitar que lo que ‘parece posible’ contamine lo que 'quieres ser'.

Es doloroso mantenerlas separadas, porque es doloroso contemplar la diferencia entre ellas. Así que la mayoría de las personas reducen sus expectativas de forma preventiva. Por ejemplo, si le preguntas a gente al azar en la calle si les gustaría poder dibujar como Leonardo, encontrarías que la mayoría diría algo como: "¡Oh!, no se dibujar." Esto es más una declaración de intenciones que un hecho, significa: No lo voy a intentar. Porque el hecho es, que si se toma una persona al azar en la calle y de alguna manera haces que trabaje dibujando tan duro como le fuera posible durante los próximos veinte años, llegaría sorprendentemente lejos. Sin embargo, se requeriría un gran esfuerzo moral, significa mirar el fracaso a los ojos todos los días durante años. Así que, para protegerse, la gente dice: "No puedo"
Graham argumenta que el principal obstáculo que nos impide dedicarnos a lo que nos gusta es la necesidad de ganarnos la vida, pagar las facturas del mes. Para sortear esta dificultad nos presenta dos rutas:
Hay otra razón por la cual "no todos pueden hacer el trabajo que aman" que es muy cierta. Uno tiene que ganarse la vida, y es difícil que se te pague por hacer el trabajo que amas. [Sin embargo] Hay dos rutas hacia ese destino:

La ruta orgánica: a medida que te vuelvas más eminente, aumentan poco a poco las partes de tu trabajo que te gustan a expensas de las que no.

La ruta de los dos trabajos: trabaja en cosas que no te gustan para conseguir dinero y trabajar en las que si te gustan.


La ruta orgánica es más común. Le ocurre de forma natural a todo el que hace un buen trabajo. Un arquitecto joven tiene que aceptar cualquier trabajo que pueda conseguir, pero si lo hace bien, poco a poco estará en condiciones de escoger y elegir entre proyectos. La desventaja de esta ruta es que es lenta e incierta. Incluso un puesto fijo no representa verdadera libertad.

La ruta de los dos trabajos tiene algunas variantes en función de cuanto tiempo trabajas por dinero. En un extremo está el "trabajo diurno," en el que trabajas las horas normales de un empleo para ganar dinero y trabajar en lo que te gusta en tu tiempo libre. En el otro extremo trabajas en algo hasta que haces lo suficiente para no tener que trabajar por dinero otra vez.

La ruta de los dos trabajos es menos común que la vía orgánica, ya que requiere una elección deliberada. Es también más peligrosa. La vida tiende a ser más cara a medida que envejeces, así que es fácil dejarse atrapar trabajando más de lo esperado en el empleo que genera dinero. Peor aún, todo en lo que trabajas te cambia. Si trabajas mucho tiempo en cosas aburridas, pudrirá tu cerebro. Y los empleos mejor remunerados son los más peligrosos, ya que requieren toda tu atención.
¿Qué ruta escoger?
Eso depende de que tan seguro estas acerca de lo que quieres hacer, que tan bueno eres recibiendo ordenes, cuanto riesgo puedes soportar y las probabilidades de que alguien pagaría (en tu vida) por lo que quieres hacer. Si estás seguro del área en que deseas trabajar y es algo por lo que la gente estaría dispuesta a pagarte, entonces probablemente debas tomar la ruta orgánica. Pero si no sabes en lo que quieres trabajar, o no te gusta recibir órdenes, es posible que desees tomar la ruta de los dos trabajos, si puedes sobrellevar el riesgo.

No decidas demasiado pronto. Los niños que saben muy temprano lo que quieren hacer parecen impresionantes, como si tuvieran la respuesta a alguna pregunta de matemáticas antes que los demás niños. Tienen una respuesta, sin duda, pero lo más probable es que esté errada.

Una amiga mía que es una doctora bastante exitosa, se queja constantemente de su trabajo. Cuando las personas que quieren ingresar a la escuela de medicina le piden consejo, quiere sacudirlos y gritarles: "¡No lo hagas!" (Pero nunca lo hace.) ¿Cómo llegó a esta situación? Ya en la escuela secundaria quería ser médico. Y es tan ambiciosa y decidida que superó todo obstáculo en el camino—incluyendo, por desgracia, el que no le gustara.

Ahora tiene una vida elegida para ella por una chica de secundaria.
Como lo dije antes Como hacer lo que amas merece ser leído en su totalidad, no obstante espero hayas disfrutado de este (no tan) pequeño extracto.
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Austin Kleon: 10 cosas que deberíamos recordar para ser más creativos

10/4/2015

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Austin Kleon escribió un magnífico libro sobre creatividad, Roba como un artista: las 10 cosas que nadie te ha dicho acerca de ser creativo. Está convencido (como lo estoy yo) de que la creatividad no es un don abstracto que fue otorgado a unos pocos, sino, más bien, una elección deliberada que todos podemos hacer.

Sus 10 recomendaciones para quien quiera inyectar algo de creatividad a su vida (¿y quien no?) están llenas de inteligencia.


1. Nada es original.
El escritor Jonathan Lethem ha dicho que cuando la gente llama a algo 'original', nueve de cada diez veces lo que ocurre es que simplemente no saben las referencias o las fuentes originales involucradas.

Lo que un buen artista entiende es que nada viene de la nada. Todo trabajo creativo se basa en lo que había antes. Nada es completamente original.
2. No esperes hasta saber quien eres para empezar.
Si yo hubiera esperado a saber quién o qué era yo antes de empezar a "ser creativo", bueno, todavía estaría sentado ahí tratando de averiguarlo, en vez de haciendo cosas. En mi experiencia, es en el acto de hacer cosas y hacer nuestro trabajo donde descubrimos lo que somos.

                       Ya estas listo. Empieza a hacer esas cosas.

Es posible que tengas miedo de empezar. Eso es natural…te sientes como un farsante, como si estuvieras improvisando, realmente no tienes idea de lo que estás haciendo. Pero ¿adivina que? Ninguno de nosotros lo sabemos. Pregunta a cualquiera haciendo un trabajo realmente creativo, y te dirá la verdad: ellos no saben de donde provienen las cosas buenas. Ellos sólo llegan y hacen su trabajo. Todos los días.
3. Escribe el libro que te gustaría leer.
La pregunta que todo joven escritor en algún momento se hace es: "¿Sobre qué debo escribir?" Y la respuesta estándar es, “escribe sobre lo que sabes”. Ese consejo siempre lleva a historias terribles en las que no sucede nada interesante.

El mejor consejo es no escribir sobre lo que sabes, es escribir sobre lo que te gusta. Escribe el tipo de historia que más te guste; escribe la historia que quieres leer.

 
El mismo principio se aplica a tu vida y tu carrera: haz el dibujo que quieres ver, empieza el negocio que deseas dirigir, crea la música que quieres escuchar, escribe los libros que quieres leer, construye los productos que deseas utilizar; haz el trabajo que quieres ver hecho.
4. Usa tus manos.
Mi caricaturista favorito, Lynda Barry, tiene este dicho: "¡en la era digital, no te olvides de utilizar tus dígitos!" Tus manos son los dispositivos digitales originales. Úsalas.

Aunque me gusta mi ordenador, sin embargo, pienso que las computadoras nos han robado la sensación de que en realidad estamos haciendo cosas.

Sólo tienes que mirar a alguien en su ordenador. Está tan quieto, tan inmóvil. No necesitas un estudio científico (de los cuales hay unos cuantos) que te diga que sentarse delante de un ordenador todo el día te está matando y matando a tu trabajo. Tenemos que movernos, para sentir que estamos haciendo algo con nuestros cuerpos, no sólo nuestras cabezas.

El trabajo que sólo viene de la cabeza no es nada bueno. Mira un gran músico tocar en un espectáculo. Mira a  un gran líder dando un discurso. Verás lo que quiero decir.

Necesitas encontrar la manera de traer tu cuerpo a tu trabajo.
5. Proyectos paralelos y hobbys son importantes.
Una cosa que he aprendido en mi breve carrera: son los proyectos paralelos los que realmente despegan. Por proyectos paralelos quiero decir las cosas que pensaste que eran sólo para pasar un rato. Cosas para divertirte. Esas en realidad son las cosas buenas. Ahí es cuando ocurre la magia.

Pasé mi adolescencia obsesionado con escribir canciones y tocar en bandas, pero luego decidí que tenía que centrarme sólo en escribir, así que pasé la mitad de una década casi sin tocar nada de música en absoluto. 

Hace aproximadamente un año que empecé a tocar en una banda de nuevo. Ahora, me estoy empezando a sentir completo. Y lo más loco es que en lugar de que  la música me aparte de la escritura, he descubierto que interactúa con ella y la mejora.
6. El secreto: haz un buen trabajo y compártelo con la gente.
Si hubiera una fórmula secreta para darte a conocer, te la daría. Pero sólo hay una fórmula no-tan-secreta que yo sé: hacer un buen trabajo y compartirlo con la gente.

Es un proceso de dos pasos. Paso uno, "hacer un buen trabajo", es increíblemente difícil. No hay atajos. Hacer cosas todos los días. Sabes que vas a apestar por un tiempo. Falla. Mejora. Paso dos, "compartirlo con la gente", era muy duro hasta hace unos diez años más o menos. Ahora, es muy simple: "Pon tus cosas en Internet”.
7. La geografía ya no es nuestro maestro.
Ahora vivo en Austin, Texas. Un lugar bastante de moda. Toneladas de artistas y personas creativas de todo el mundo. ¿Y sabes qué? Yo diría que el 90 por ciento de mis mentores y compañeros no viven en Austin, Texas. Viven en todas partes. Los conozco a través de Internet... tengo amigos de Twitter y lectores de Google.

No tienes que vivir en otro lugar que no sea el lugar en el que estás para empezar a conectar con el mundo en el quieres estar. Si te sientes atrapado en algún sitio, si eres demasiado joven o demasiado viejo o estas demasiado arruinado, o si estás de alguna manera atado a un lugar, no te desanimes. Hay una comunidad de personas ahí afuera con la que puedes conectar.

Franz Kafka escribió: «No es necesario que salga de su casa. Siéntese en su escritorio y escuche. Ni siquiera escuche, sólo tiene que esperar. No espere, permanezca inmóvil y en paz. El mundo entero se ofrecerá a usted». ¡Y Kafka nació un siglo antes de la Internet!
8. Sea amable (el mundo es un pueblo pequeño)
La regla de oro es aún más de oro en nuestro mundo hiperconectado. Una importante lección que aprender: si hablas de alguien en Internet, te van a pillar. Todo el mundo tiene una alerta de Google con su nombre. ¿La mejor manera de vencer a tus enemigos en Internet? Ignóralos ¿La mejor manera de hacer amigos? Di cosas amables.
9. Se aburrido (es la única manera de dejar el trabajo hecho)
Soy un tipo aburrido con un trabajo de 9 a 5 pm que vive en un barrio tranquilo, con su mujer y su perro. Esa imagen completamente romántica del genio creador que consume drogas y que se acuesta con todos está agotada. Eso es para los superhumanos y las personas que quieren morir jóvenes. La cosa es así: se necesita mucha energía para ser creativo. Usted no tiene esa energía si la desperdicia en otras cosas.

Es mejor asumir que estarás vivo por un tiempo. (Es por esta razón que Patti Smith le dice a los artistas jóvenes que vayan al dentista). Desayuna. Haz algunas flexiones. Toma largos paseos. Duerme lo suficiente.

Neil Young cantó: "Es mejor quemarse que apagarse lentamente". Yo digo que es mejor quemarse lento y ver tus nietos.

10. Escoja a que renunciar.
En la era de la abundancia y la sobrecarga de información, los que saldrán adelante serán aquellos que descubran a qué renunciar, para poder concentrarse en lo que es realmente importante para ellos. Nada es más paralizante que la idea de posibilidades ilimitadas. La idea de que se puede hacer cualquier cosa es absolutamente aterradora.

Al final, creatividad no son sólo las cosas que elegimos crear, son las cosas que elegimos abandonar. Escoge con sabiduría. Y diviértete.
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Confesiones de un publicitario

8/4/2015

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"El consumidor no es un idiota, es tu esposa"
"Si no vende, no es creativo"
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David Ogilvy pertenece al selecto grupo de pensadores (junto con Raymond Rubicam, Leo Burnett, William Bernbach, Ted Bates) que le dieron forma al negocio de la publicidad a partir de 1920.

Bautizado con el nombre de  David Mackenzie Ogilvy, nació en West Horsley, Inglaterra, el 23 de junio de 1911. Estudió en la Universidad de Oxford, aunque no se graduó. Durante su juventud trabajó en la cocina del Hotel Majestic en París, luego regresó a Inglaterra para convertirse en vendedor de estufas puerta a puerta para Aga Cookers. Antes de dejar su empleo como vendedor, en 1935,  escribió un manual de ventas que la revista Fortune llamó como “probablemente el mejor manual de ventas jamás escrito”.

Su tardío (y glorioso) ingreso a la industria de la publicidad desafía dos creencias ampliamente aceptadas por muchísimas personas dentro y fuera del mundo de los negocios. La primera es que el genio es innato y por lo tanto debe manifestarse desde edades tempranas.

La otra creencia es la de los años de experiencia como prueba de idoneidad a la hora de ser contratado. Al respecto, Ogilvy escribió en 1951 a sus socios, tres años después de fundar su agencia, un elocuente mensaje:
¿Contratará alguna agencia a este hombre?

El tiene 38 y está sin empleo. No terminó la universidad.
Ha sido cocinero, vendedor, diplomático y granjero.
No sabe nada de marketing y jamás ha escrito un anuncio.
Declara estar interesado en hacer carrera en la publicidad (¡a la edad de 38!) y está listo para ponerse a trabajar por $5.000 al año.
Yo dudo que alguna agencia americana lo contrate.
Sin embargo, una agencia de Londres lo contrato a el. Tres años después el se convirtió en el más famoso escritor de anuncios del mundo y debido a eso edificó la 10º agencia más grande del mundo.
La moraleja: a veces resulta útil para una agencia ser imaginativa y poco ortodoxa al contratar
Su libro Confesiones de un Publicitario es uno de los mejores libros de marketing que he leído, aunque escrito hace más de 50 años, continúa siendo relevante, no solo para marketeros y creativos, también para todo aquel que quiera establecerse como freelance.

El éxito de su agencia se debió a la combinación, en altas dosis, de ingenio y esfuerzo. Ogilvy estableció desde el comienzo estándares superlativos de servicio con respecto a los clientes. Esa obsesión por brindar un excelente servicio y cumlir sus compromisos, reconoció haberla aprendido en sus años como cocinero en el Majestic bajo las órdenes del gran chef Monsieur Pitard:
M. Pitard me enseñó lo que debe ser un buen servicio. Por ejemplo, me oyó como le decía una vez a un camarero que habíamos agotado el plato del día. Casi me fulminó por ello. En una gran cocina — me dijo — ha de hacerse siempre honor a lo que se haya prometido en el menú.

[...]


Actualmente me pongo frenético cuando alguien, en Ogilvy, Benson & Mather, dice a un cliente que no podemos entregar un anuncio o un comercial de televisión en el plazo prometido. En los mejores establecimientos las promesas se deben mantener siempre, cueste lo que cueste”

En el Majestic aprendí algo más: Si uno puede hacerse indispensable a un cliente, nunca será pobre.
Customer Centricity (centrarse en el cliente) y Content Marketing (marketing de contenido) son dos expresiones de vehemente actualidad en el marketing de hoy. David Ogilvy, hace más de 50 años, sabia de su valor. Con respecto a poner al cliente en el centro de toda acción afirmó:
Siempre he tratado de ponerme en el lugar de mis clientes para ver los problemas a través de sus ojos. Compro acciones de sus compañías, de forma que pueda pensar como un miembro más de su familia. Cuando tengo una visión total de su negocio, estoy mejor preparado para darles un consejo razonable. Si me eligiesen miembro de su Consejo de Administración me resultaría aún más fácil identificarme con sus intereses.
Y sobre el Marketing de contenido:
Otro ventajoso truco consiste en facilitar al lector consejos útiles o servicios. Consigue un 75 por ciento más de lectores que el texto que trata enteramente del producto.
La disciplina y el trabajo duro hicieron posible su éxito. Al respecto, un empleado suyo, al abandonar la empresa le escribió: «Usted nos marcaba la pauta, llevándose trabajo a su casa. Era una experiencia desconcertante la de pasar toda la tarde de un sábado sin hacer nada, sentados en un jardín contiguo al suyo, mientras le estábamos viendo en su mesa, inmóvil junto a la ventana, haciendo su trabajo extraordinario».

El consejo de Ogilvy para los jóvenes aspirantes a destacar en el negocio de la publicidad no podía ser otro que el trabajo duro:
Si, por ejemplo, se trata de una marca de gasolina, hay que leer libros de texto sobre química, geología y distribución de los productos petrolíferos. Hay que estar al día leyendo todos los artículos de revistas técnicas que tratan de esta especialidad. También hay que repasar todos los resultados de investigaciones y planes de márketing que se hayan escrito en su agencia sobre el producto. Conviene pasarse los sábados sirviendo gasolina y conversando con los automovilistas. Es interesante visitar las refinerías y laboratorios de investigación de la empresa cliente. Debe estudiar la publicidad de la competencia. Al finalizar el segundo año, conocerá sobre la gasolina más que su superior. A partir de ese momento, estará ya en condiciones de sustituirlo. Casi todos los jóvenes de las agencias son demasiado perezosos para realizar este tipo de trabajo a deshoras. Y continúan siendo superficiales a perpetuidad.  Por eso no ascienden.
Sin embargo, el trabajo duro es más llevadero si amas lo que hacer, entonces deja de ser trabajo y se convierte en pasión:
Admiro a las gentes para las que el trabajo es un placer. Si no disfrutan ustedes con lo que hacen, les aconsejo que busquen otro empleo. Recuerdo  el  proverbio escocés:   «Sé  feliz  mientras vivas, pues muerto lo estarás largo tiempo»
La vocación del artista no riñe con el deseo de prosperar financieramente:
Muchas de las más grandes creaciones del hombre han sido inspiradas por el deseo de hacer dinero.

Al final de un concierto en el Carnegie Hall, Walter Damrosch preguntó a Rachmaninoff cuáles eran los sublimes pensamientos que habían pasado por su cabeza, mientras observaba al auditorio durante la ejecución de su «concertó». «Estaba calculando el aforo del local», dijo Rachmaninoff.

En el mundo moderno de los negocios, es inútil ser un creador o un pensador original, a menos que uno pueda también vender lo que su creación forje. No puede esperarse de un director de empresa que reconozca una buena idea, si no se la presenta un buen vendedor
En el libro La Vaca Púrpura el genial Seth Godin nos habla sobre la necesidad de diferenciarnos para tener éxito en los negocios. El también genial Ogilvy lo sabia desde mucho antes:
La mayoría de fabricantes son reacios a aceptar cualquier limitación de la imagen de su marca. Quieren que sea apta para todo el mundo. Necesitan que sea, a la vez, una marca-macho y una marca-hembra. Una marca de alto copete y una marca plebeya. Acaban, finalmente, con una marca sin ninguna personalidad, algo neutro y diluido. Ningún capón se hace jamás el amo del gallinero.
El libro Confesiones de un publicitario, es una obra estupenda que debería ser leída por todo aquel con intereses en el mundo del marketing.
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