"Me he visualizando a mí misma todas las noches durante los últimos cuatro años de pie, en el podio, con el oro colgado alrededor de mi cuello" --Megan Quann, gandora olimpica de medalla de oro
La excelencia, el alto desempeño, es un tema que me apasiona. Desde hace un tiempo lo estudio con intensidad, y lo que he descubierto me ha sorprendido.
Resulta que nuestra mente tiene poderes que parecen de ciencia ficción, y que la mayoría de nosotros no sabe como usar. No estoy hablando de viajes en el tiempo, telepatía o doblar cucharas. No se trata de vender aceite de serpiente. No obstante, que no podamos doblar cucharas no significa que la capacidad de la mente sea menos asombrosa. Por ejemplo, son varias las investigaciones que señalan que imaginarnos haciendo algo, es casi tan bueno como hacerlo en realidad. (Espero que mi mujer no lea esto porque ya la veo: "cariño me duele la cabeza. Mejor te lo imaginas, bueno") Ocurre que cuando nos visualizamos a nosotros mismo haciendo algo, se activa la misma respuesta nerviosa que se activa cuando lo llevamos a cabo. Veamos lo que relata Steven Kotler en el libro The Rise of Superman: Existe un fuerte vínculo entre nuestro sistema visual y nuestra fisiología. El fisiólogo de Harvard, Edmund Jacobson, fue quien primero descubrió este enlace. En la década de los 30 del siglo pasado, Jacobson descubrió que imaginarse a uno mismo levantando un objeto, desencadena la actividad eléctrica correspondiente en los músculos implicados en el levantamiento.
Después del estudio de Jacobson se han realizado otros estudios que han encontrado la misma correlación entre la práctica mental, es decir, la visualización, y el mejoramiento del desempeño.
Esta es la asombrosa historia relatada por Mihaly Csikszentmihalyi en el maravilloso libro Fluir. Una psicología de la felicidad: Un piloto [estuvo] encarcelado en Vietnam del Norte durante muchos años en un campamento en la selva, ahí perdió 35 kilos y su salud. Cuando fue liberado, una de las primeras cosas que pidió fue jugar un partido de golf. Y para el asombro de sus compañeros oficiales, jugó un partido soberbio a pesar de su mala condición física. Cuando le preguntaron, contestó que todos los días que duró su encierro se imaginaba jugando 18 hoyos; cuidadosamente elegía sus palos y la manera de jugar, y sistemáticamente variaba el recorrido. Esta disciplina no solamente le ayudó a conservar su cordura sino que, aparentemente, también conservó sus habilidades físicas.
Ok, vale. Nos podemos saltar la ida al campo de golf y aún así conservar las habilidades. ¿Qué tal el gimnasio, también nos lo podemos saltar? Eso parece.
En 2004, por ejemplo, el fisiólogo Guang Yue de la Clínica Cleveland, quería saber si simplemente pensar en levantar pesas era suficiente para aumentar la fuerza. Los sujetos del estudio fueron divididos en cuatro grupos. Un grupo trató de fortalecer los músculos de los dedos con ejercicio físico; otro trató de fortalecerlos sólo visualizando el ejercicio; el siguiente grupo trató de aumentar la fuerza de los brazos a través de visualización; mientras que el último grupo no hizo nada en absoluto. La prueba duró doce semanas. Cuando todo terminó, los que no hicieron nada no obtuvieron ninguna ganancia. El grupo que utilizó el entrenamiento físico tuvo el mayor incremento de fuerza, un 53 por ciento. Pero fue en los grupos mentales donde las cosas se pusieron curiosas. Las personas que no hicieron entrenamiento físico y simplemente imaginaron sus dedos haciendo ejercicios precisos, vieron un aumento del 35 por ciento de la fuerza, mientras que los que se visualizaron haciendo ejercicios para el brazo vieron un aumento del 13,5 por ciento... Los seres humanos podemos hacernos más fuertes simplemente pensando mucho en ello.
Ahora que (eso espero) estás convencido de la utilidad de la visualización, puedes utilizarla para mejorar tu desempeño. ¿Cómo? Antes de tu próxima entrevista de trabajo o presentación pública, o cita importante, puedes dedicar 10 minutos cada día durante la semana previa a visualizarte teniendo un desempeño óptimo. Debes imaginarte tan detalladamente como te sea posible. Ya esta, eso es todo.
Sin embargo, simplemente visualizar no basta. Como señala el estudio de la Clínica Cleveland, los mejores resultados se obtienen con la práctica real. Para escribir este artículo tuve que sentarme a leer libros de verdad y poner mis dedos a trabajar (de verdad) sobre el teclado. Ahora bien, lo que si me estoy imaginando es que te ha gustado mucho y que lo compartes con entusiasmo. ;)
¿Te gustó? Recibe gratis artículos con ideas y consejos sobre cómo superarte y ser tu mejor tu. Suscríbete AQUÍ
0 Comentarios
Dejar una respuesta. |
Tu privacidad está a salvo, tu correo no será compartido con nadie
pablo a. arangoLector. Escritor. Coach. Emprendedor. Puedes apoyar a Las Notas del Aprendiz entrando a Amazon a través de este enlace
Archivos
Agosto 2022
|